Es diciembre, y aquel frenesí que se encendió en Acción de Gracias está a todo lo que da. En la televisión, en los centros comerciales, en internet, por todos lados los niños están siendo bombardeados con todo tipo de posibles regalos que Santa les regalará en Navidad, que van desde un juguete, un videojuego, algún artículo tecnológico…
RELACIONADO: ¡Alerta para padres! Las aplicaciones inducen a los niños a comprar artículos
Y así transcurren estos días: un desayuno con Papá Noel y cada niño recibe un regalo. Luego, Santa llega a la escuela cada niño recibe otro regalo. Después, en la iglesia les dan más golosinas y regalos. Cuando llega el día de Navidad, ya no hay espacio para más regalos en el árbol de Navidad. Los niños abren un regalo tras otro, los miran brevemente y los tiran a un lado. Más tarde, la abuela, el abuelo y los demás familiares llegan con más regalos.
VIDEO: ¿Por qué demasiados regalos navideños pueden tener un efecto negativo en los más pequeños? # 1
Cuando toda la cascada de regalos llega a su fin, muchos niños no pueden recordar lo que realmente recibieron, y mucho menos quién se los dio. Algunos incluso preguntarán: “¿Eso es todo?”.
Como adultos, generalmente recordamos dos cosas acerca de los regalos en nuestra infancia: las cosas que no recibimos y las cosas que esperamos, deseamos, esperamos y anhelamos antes de que las recibiéramos. Queremos que nuestros hijos tengan más de lo que nosotros teníamos, que sean felices y estén satisfechos, y que tengan una vida mejor en general. Eso es bueno. Pero cuando lo llevamos demasiado lejos, les negamos la oportunidad de desarrollar aprecio y gratitud, y de aprender a desear, esperar y esperar.
VIDEO: ¿Por qué demasiados regalos navideños pueden tener un efecto negativo en los más pequeños? #2
También es saludable enseñarles que no siempre obtenemos todo lo que queremos, y que la gratificación retrasada puede hacernos más felices y más satisfechos que tener demasiado. Una buena solución puede ser darles a los niños un regalo grande y uno pequeño. Luego repartir otras cosas a lo largo del año, por ejemplo, un regalo de San Valentín, o regalos para el principio y el final de la escuela. Esto ayuda a los niños a desear y esperar las cosas que desean, retrasar la gratificación y evitar sentirse abrumado por tantos regalos al mismo tiempo.
RELACIONADO: Los videojuegos promueven una conducta agresiva en los niños y adolescentes
Otro buen consejo es tratar de involucrar a los hijos en la compra de regalos para otros, preguntarles su opinión y dejarlos ayudar a elegirlo. También ayuda incitarlos a abrir los regalos lentamente esto permite a los niños mirar el regalo con más atención, escuchar a otros admirarlo y agradecer al donante.
En fin, darles regalos es positivo, y también puede ser una oportunidad para darles herramientas para que se desarrollen como personas plenas.