La tribu india que mató a un misionero no quiere contacto con el mundo exterior para evitar explotación sexual y más
*Se calcula que los sentineleses han permanecido aislados desde hace 60 mil años
*Tener contacto con otros grupos humanos podría ser fatal tanto para unos como para otros
La muerte del misionero norteamericano John Allen Chau a manos de la tribu nativa de la isla Sentinel del Norte, ubicada en el Golfo de Bengala (India), ha atraído la atención mundial hacia este grupo humano reconocido como uno de los más aislados en la historia de la humanidad.
De acuerdo con la organización de conservación Survival International, el reciente incidente reafirma lo que los sentineleses han comunicado durante décadas: quieren que los dejen en paz.
“Han dejado claro que no quieren que los contacten. Es una decisión sabia. Las tribus de las islas vecinas quedaron devastadas tras la colonización británica y ellos [los sentineleses] carecen de toda inmunidad contra enfermedades comunes como la gripa o el sarampión, lo que podría diezmar su población”, asegura la organización en su página web.
Según información de Times of India, los sentineleses se han salvado de la devastación derivada de los encuentros con el exterior, a diferencia de las tribus vecinas.
Un ejemplo de lo anterior se puede ver en la tribu de los Jarawa, a quienes décadas de encuentros con el exterior, los han orillado a depender absolutamente de las donaciones y la protección estatal.
“¿Y qué les ha dejado esto? Todo tipo enfermedades, explotación sexual y cazadores furtivos acabando con sus recursos naturales”, señala Denis Giles, editor del medio local Andaman Chronicle.
La lingüista Anvita Abbi, quien compiló un diccionario de idiomas de las islas Andaman, también ha comentado que las tribus locales ni siquiera contaban con un término para referirse al abuso sexual “pero ahora, dolorosamente, saben lo que significa porque han sido agredidos por los extranjeros”.
Y a esto es a lo que se está arriesgando a los sentineleses.
Lo que se sabe de la tribu hasta la fecha se deriva de las visitas a su territorio y los pocos contactos con ellos. Un dato revelador es que se desconoce a fondo su lengua y ni siquiera se sabe cómo se denominan a sí mismos, ya que el apelativo ‘sentineleses’ surge de su lugar de origen.
Desde el siglo XVIII hasta la fecha ha habido apenas un puñado de contactos significativos con la tribu, según Times of India. En 1771 se registró la primera mención de la tribu en una expedición de la East India Company y se volvió a mencionar hasta 1867, cuando un barco llamado Niniveh fue atacado por los nativos.
Un siglo más tarde, las autoridades indias emprendieron un esfuerzo por acercarse, pero fueron rechazados con flechas; igualmente ocurrió en 1974, cuando el director de un equipo de filmación que pretendía hacer un documental sobre ellos fue herido en un muslo por una flecha por los nativos.
En 1981 estuvo a punto de ocurrir lo mismo luego de que una embarcación india encallara en la costa de la isla Sentinel, pero afortunadamente antes de que la tribu pudiera atacar, estos fueron rescatados. Cabe destacar que los nativos acabaron utilizando el metal de la nave para las puntas de sus armas.
Fue hasta 1991 cuando se registró un parteaguas en la historia de la tribu: el antropólogo Triloknath Pandit entabló el primer contacto pacífico con la tribu y realizó subsecuentes visitas para entregarles cocos, bananas y algunos objetos como sartenes, ollas y herramientas de acero.
Sin embargo, según contó en una entrevista reciente con la BBC, en uno de estos encuentros el hombre se encontraba sumergido en el agua entregando los utensilios a un grupo de sentineleses cuando, en su distracción, se empezó a apartar del grupo y acercarse más a la isla.
“Un niño sentineles me vio y me dirigió una mueca, tomó su cuchillo e hizo el gesto de que me cortaría la cabeza. De inmediato me retiré y regresé al bote”, contó Pandit. Para el académico, este gesto resultó sumamente significativo, dejándole claro que “no era bienvenido”.
Como estudioso de los sentineleses, Pandit ha lamentado la muerte del misionero John Allen Chau a manos de la tribu; sin embargo, consideran que haberse infiltrado ilegalmente en la isla fue un error que él cometió y que acabó pagando con su vida.
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