El hijo de Pablo Escobar, el narcotraficante más famoso de la historia, está indignado con la imagen idílica de su padre que trata de dibujar la serie de Netflix Narcos.
"Es imposible cuidar la imagen de mi padre. Yo soy el más duro con él. Pero no mintamos. Mi padre mató a unas 3.000 personas. A la historia real le sobra violencia, explosiones, terror. No es necesario que unos guionistas creativos se pongan a adornarla con mentiras”, declaró Juan Pablo Escobar, que ahora se hace llamar Sebastián Marroquín, en una entrevista con el diario español El País desde Buenos Aires.
Contrario a lo que pudiera pensarse, Marroquín quiere que la serie Narcos, que está en su segunda temporada, trate la historia de su padre con más dureza de lo que está viendo actualmente millones de televidentes alrededor del mundo.
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El elenco de la serie "Narcos"
No quiere dulcificaciones que considera innecesarias a estas alturas, 23 años después de la muerte de Escobar, el 2 de diciembre de 1993.
“Mi padre era mucho más cruel de lo que se refleja en la serie. Sometió a un país con el terror. Hay que tratar esta historia con responsabilidad. Hay miles de víctimas y un país detrás que merece respeto. Están inculcando una cultura en la que parece que ser narcotraficante es cool", declaró Marroquín, de 39 años, quien labora como arquitecto y es propietario de una compañía que hace camisetas sobre su padre.
El hijo del narcotraficante dice que a raíz de la difusión de la serie, está recibiendo preocupantes mensajes de jóvenes de todo el mundo que le confiesan que quieren ser narcos y le piden ayuda para conseguirlo.
"Me escriben como si yo vendiera tickets para ingresar a ese mundo”, declaró molesto.
Pablo Escobar Gaviria, fundador y máximo líder del Cartel de Medellín, figuraba a su muerte entre los multimillonarios del mundo por su inmensa fortuna, invertida en edificios, viviendas, automóviles y haciendas.
Como narcotraficante Impuso la “ley de plata o plomo" que marcó su fama de hombre frío y sanguinario en Colombia. Murió un día después de haber cumplido los 44 años, arrinconado por las fuerzas armadas tras meses de búsqueda.
Marroquín dice que su padre se suicidó al verse rodeado por la policía. Su familia tuvo que negociar con los cárteles para no ser asesinada.
Con sus memorias de los acontecimientos vividos, Marroquín escribió el libro Pablo Escobar, mi padre, en el que narra la brutalidad de sus asesinatos y su carácter despiadado. Ahora está enfrascado en la realización de un segundo libro que incluirá detalles de los últimos dos meses de vida de Escobar, la única etapa en la que el narcotraficante colombiano vivió separado de su familia.
Por eso dice estar molesto con la serie de Netflix, porque "no se reflejan los momentos de soledad, miedo, zozobra, terror" que rodearon la vida familiar.
"La violencia era mucho más atroz de lo que la serie muestra. No estoy en absoluto orgulloso, pero tenemos que ser serios".
Y tiene muchas críticas con Netflix, que rechazó la colaboración que inicialmente ofreció para la serie.
“No vivíamos con lujos en la fuga. Ojalá el final hubiese sido con esas mansiones con piscina que aparecen en la serie. Tampoco estábamos rodeados de bandidos.
Estábamos muy solos, todos le traicionaron, se entregaron o los mataron. A veces compraba una casa y en la misma noche teníamos que abandonarla y se perdía esa plata. Nos movía siempre con los ojos vendados. Decía que así si nos capturaban y nos torturaban no podríamos entregarle", recordó Marroquín.
La familia Escobar pactó con el cartel de Cali para que le dejara vivir a cambio de entregarles todos sus bienes. Finalmente, la esposa, el hijo y la hija del narcotraficante terminaron en la capital argentina, donde llevan una vida discreta, solo estremecida ahora por la transmisión de la serie.
Marroquín ha hecho una lista con 28 errores graves del guión de Narcos, en los que se incluye el club de fútbol de Escobar y el mito propagado de que alguna vez quemó billetes para calentarse en medio del frío.
"Yo alguna vez en el documental que hice conté que pasamos hambre mientras estábamos rodeados de millones de dólares. Y es verdad. Una vez estábamos rodeados por la policía y nos quedamos sin víveres durante una semana. Ahí dije que para lo único que servía el dinero es para tirarlo a la chimenea. Pero nunca llegamos a hacerlo”, relató Marroquín.
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