Jenny Fry,una estudiante de 15 años, se suicidó el pasado mes de junio desesperada porque no aguantaba más las múltiples reacciones alérgicas que le ocasionaban las ondas Wifi de su centro escolar, la escuela Chipping Norton de Oxfordshire, relató el sitio informativo Telecinco.es.
La joven se ahorcó en un bosque cercano a su casa en la localidad de Chadlington, donde fue encontrada.
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Jenny sufría un síndrome conocido como de hipersensibilidad electromagnética y aunque los padres habían advertido a los directivos del colegio, que la exposición de su hija a ese tipo de ondas le causaba cansancio, dolores de cabeza y problemas en la vejiga, ellos hicieron caso omiso y no tomaron ninguna consideración con la joven.
Ir a la escuela para Jenny era una tortura, y buscaba estar tranquila en las zonas donde no llegaba la señal. Sus padres habían cancelado el Wifi en su casa, para que pudiera estar bien y sin los malestares de la alergia.
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Los padres de Jenny reconocen que nunca llevaron a su hija un examen médico,a pesar de que su intolerancia era muy alta. Ellos están convencidos que su hija se suicido en una acto de desesperación por el sufrimiento que le causaban las ondas inalámbricas.
Jenny envió varios mensajes a sus amigos antes de quitarse la vida, pero estos no pudieron hacer nada.
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