Una aerolínea quiere “hacer que las Navidades sean grandes de nuevo”, y para ello se ha burlado en un anuncio televisivo del presidente, Donald Trump, según informa la agencia de noticias Reuters.
Elvis está en esos momentos detenidos en la escuela por haber hecho presuntamente alguna travesura. Cuando recibe el correo de Santa Claus, decide junto a unos compañeros ponerse en contacto con otros niños de todo el mundo y tratar de hacer algo para contentar a Santa Claus.
Con la ayuda de Air New Zealand (claro), convoca la “primera cumbre de niños malos”. A Nueva Zelanda llegan niños malos de todo el mundo, que, para “reequilibrar su karma”, deciden prometer a Santa Claus cambios positivos, en el mismo estilo que los gobernantes de los grandes países del mundo se comprometen a hacer cuando se juntan en grandes encuentros internacionales.
Argentina promete reducir un 27% sus “emisiones gaseosas”. Gran Bretaña promete comer más verduras en 2019. Japón promete reducir un 30% los jalones de pelo. Pero cuando le llega el turno a Estados Unidos, el representante, que remeda a Trump (lleva la gorra roja de “Hagamos grande a Estados Unidos de nuevo”, pero con la palabra Navidades en vez de Estados Unidos), afirma: “Tengo que decir que no soy nada malo. De hecho, soy la persona más buena que conozco”. El resto de niños se ríe.
Se burla así el comercial de la intervención de Trump ante la Asamblea General de Naciones Unidas, remedando sus palabras entonces: “No me esperaba esta reacción, pero está bien”. Parece que la cumbre va a fracasar por este motivo, pero entonces interviene Elvis en nombre de Nueva Zelanda y promete hacer todas las tareas en casa, pasar menos tiempo en el teléfono y (aunque entonces cruza los dedos por detrás de la espalda) ser más amable con la vecina Australia.
¡Éxito! Los niños malos se convierten en buenos, y Santa Claus les saluda al cruzar volando sobre sus cabezas en su trineo mágico. Queda por ver si TODOS los niños malos recibirán sus regalos este año.