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Un año después de Acción Diferida, los Soñadores (Dreamers, en inglés) cambian sus vidas y el debate sobre la inmigración

SOÑADORES CAMBIAN DISCURSO DE INMIGRACION

Por Jacquellena Carrero, NBC Latino

Siendo muy joven, José Aguiluz estuvo involucrado en un accidente de carros en su Honduras natal. Se impresionó tanto con la atención de las enfermeras, que desde ese mismo momento soñó con un día ser enfermero. Pero años después como inmigrante indocumentado en los Estados Unidos, José estaba a punto de no cumplir su sueño. Para su suerte todo esto cambió el 15 de junio de 2012.

Aguiluz es uno de los 291.000 inmigrantes que están temporalmente protegidos de la deportación gracias al programa Acción Diferida para Llegados en la Infancia (Deferred Action for Childhood Arrivals [DACA], en inglés) que el presidente Obama anunció en junio pasado. El mismo permite a los indocumentados que fueron traídos al país siendo muy jóvenes obtener un número de seguro social, la licencia de conducir y el permiso de trabajo.

Al cumplir el programa su primer aniversario este sábado, Aguiluz no duda en explicar cuánto cambió su vida.

“Me gradué con mi diploma de enfermería en diciembre del 2011, pero no pude continuar debido a mi estado. No podía obtener un permiso de trabajo ni afrontar la continuación de mi educación”, recuerda.

Aguiluz, que contaba con quince años cuando vino por primera vez a Estados Unidos, en vez de estudiar se encontró a sí mismo haciendo trabajos de electricidad. Una vez que el presidente Obama anunció DACA, Aguiluz pudo seguir sus sueños sin miedo a la deportación.

Volver lo político personal

Mientras el Senado oficialmente comenzó su debate sobre la reforma migratoria integral esta semana, tanto los Dreamers como los politólogos, similarmente, acuerdan que los inmigrantes jóvenes como Aguiluz han sido los instrumentos para que el tema esté en primer plano.

Gabriel Sánchez, director de Investigaciones para las Decisiones Latinas, y politólogo de la Universidad de Nuevo México, dice que DACA cimentó el proyecto de ley de la reforma de inmigración completa en el momento en que llegó al Senado un año más tarde.

“Lo que los Dreamers en realidad han hecho es lograr una victoria importante en la política, que la gente que impulsa la reforma necesitaba realmente. Es un elemento poderoso”, dice.

Un papel clave de las voces cada vez mayores de los inmigrantes jóvenes es el volver lo político personal de una manera nueva en su conjunto. Los Dreamers han mostrado algunos de los momentos más íntimos de sus vidas y los han exhibido para que el público vea.

La politóloga Cristina Beltrán, profesora asociada de análisis cultural y social, y directora de estudios latinos de la Universidad de Nueva York, dice que los Dreamers por sí solos han cambiado el discurso sobre inmigración.

“Uno de los aspectos más interesantes del debate de inmigración ha sido el papel que los inmigrantes por sí solos están jugando en darle forma al debate. No vimos esto en el 2006, ni en otras ocasiones cuando la inmigración fue debatida”, dice Beltrán, quién ha escrito un libro sobre los políticos latinos. “Los Dreamers han sido un componente crítico en todo ello y cambiaron la forma en que luce la reforma”, agrega.

A principios de esta semana, un grupo de inmigrantes indocumentados grabó en vídeo e invitó a la prensa a una emotiva reunión fronteriza entre madres deportadas y sus hijos. El jueves, un grupo de Dreamers se dirigió al Capitolio en birretes, intentando hablar con miembros del Congreso y empujar la reforma.

Sin embargo, Myrna Orozco, una inmigrante indocumentada de 23 años que vino de México a los Estados Unidos cuando tenía cuatro años, dice que no siempre ha sido fácil que el centro de la atención sea tu vida personal.

“Da miedo llegar y decirle al mundo entero ‘sí, soy un indocumentado’”. Ella recuerda. Pero da mucha fuerza ver a Dreamers más jóvenes que yo hacer lo mismo. Eso demuestra cuán lejos hemos llegado”.

Orozco, quien también es gerente de campo de la organización más grande conducida por inmigrantes del país, United We Dream (Soñamos Unidos), cree que sus tácticas han ido lejos exitosamente.

“Nuestro papel es el de encontrar y cambiar la historia de cómo la gente ve a los inmigrantes. Queremos demostrarle a los Estados Unidos que la reforma real de inmigración luce bien”, dice Orozco. “El esfuerzo conjunto de compartir nuestras historias fue algo sobre el cual la gente dijo que no era posible, que nosotros no podíamos hacerlo. Pero nos desviamos y lo hicimos”.

Según Sánchez, los Dreamers le pusieron rostro a lo que solía ser un debate abstracto.

“Han puesto un elemento humano en el debate de toda la política. Simboliza que son jóvenes y no eligieron conscientemente entrar ilegalmente a un país”, explica.

Plantear demandas

Los Dreamers, dice Beltrán de la Universidad de Nueva York, son otro tipo de grupo de inmigrantes contrario a la corriente convencional: están retando a los políticos.

“El hecho de que quisieron confrontar a Obama sobre ello el verano antes de las elecciones es verdaderamente crucial”, dice.

Desde las elecciones, los Dreamers siguen presionando tanto al Congreso como a la Casa Blanca por igual. Docenas de Dreamers visitaron la Casa Blanca la semana pasada para pedir una senda para que regresen los familiares deportados. A principio de esta semana, United We Dream visitó el Capitolio y visitó al Vocero Boehner y la Oficina del Representante Steve King, con las togas y los birretes

Julieta Garibay, asociada en asuntos legislativos con United We Dream, dice que muchos inmigrantes no desean presionar a los políticos que se sabe los han ayudado a ellos.

“Muchas veces la gente dice ‘el presidente hizo esto por nosotros’, debemos estarle agradecidos. Pero en realidad, todavía los soñadores están siendo deportados”, ella comenta. “El Senador Rubio es latino, así como parte de la Pandilla de los Ocho, pero un día él dice que va a apoyar la propuesta de ley, otro día lo contrario. Deseamos convocarlo y pedirle que no siga haciendo esos giros de ciento ochenta grados”. 

Los nuevos retos

Mientras el proyecto de ley del Grupo de los Ocho se debate en la Cámara del Senado, el reto de los Dreamers es seguir tan envueltos con el tema como están, dice Beltrán.

“Una vez que un movimiento social entra en la fase legislativa, estás lidiando con voceros representativos en favor de todos los demás”, explica ella.

Si la legislación de inmigración falla y el programa de acción diferida lo cancela el próximo presidente, los Dreamers nuevamente podrían encarar la deportación. Acción Diferida ya ha enfrentado oposición de parte de algunos de los Republicanos de la Cámara. El congresista Republicano de Iowa, Steve King, presentó la semana pasada una enmienda para tirarle a DACA; pasó 224-201 el pasado jueves, pero no se espera que se convierta en ley.

Todavía los Dreamers como Aguiluz están esperanzados de que ellos se quedarán en el país, esta vez permanentemente.

“Estoy preocupada, pero tengo grandes esperanzas de que la reforma de inmigración pasará y que finalmente podamos tener la estabilidad de saber que realmente nos podemos quedar”, concluye.