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Toyota hace nueva llamada para revisar más de un millón de carros

Los modelos afectados por defectos en las bolsas de aire son unidades de Toyota 4Runner, Corolla, Matrix, Sienna, Scion XB y los Lexus ES 350, GX 460, IS 250C, IS 350C, IS 250, IS 350 e IS-F
Fotografía de archivo del 20 de septiembre de 2017 del logo de Toyota en su agencia en la avenida Campos Elíseos en París.
ARCHIVO - Fotografía de archivo del 20 de septiembre de 2017 del logo de Toyota en su agencia en la avenida Campos Elíseos en París. AP / AP

El grupo Toyota anunció hoy la llamada a revisión de 1,3 millones de vehículos en Estados Unidos para reemplazar las bolsas de aire defectuosas del fabricante japonés Takata.

Toyota señaló en un comunicado que los modelos afectados son algunos unidades de Toyota 4Runner, Corolla, Matrix, Sienna, Scion XB y los Lexus ES 350, GX 460, IS 250C, IS 350C, IS 250, IS 350 e IS-F.

El defecto las bolsas de aire ha causado la mayor llamada a revisión en la historia del sector del automóvil en Estados Unidos tras causar la muerte de al menos 15 personas en el país y un total de 23 en todo el mundo.

Los 1,3 millones vehículos llamados a revisión hoy por Toyota se unen a los más de 37 millones de automóviles en Estados Unidos, producidos por múltiples fabricantes, que ya habían sido incluidos en otras campañas para reparar las bolsas de aire de Takata.

El escándalo de los airbag de Takata, que llevó a la quiebra a la compañía en junio de 2017, se inició en 2008 cuando varios fabricantes de automóviles empezaron a hacer llamadas a revisión para reparar las bolsas de aire que explotaban en el momento de activación.

Las bolsas de aire habían sido producidos por Takata en México utilizando nitrato de amonio en los infladores.

Ese gas es inestable con el paso del tiempo y en condiciones de elevada humedad y temperatura, lo que causa la explosión de los infladores en el momento de activación de las bolsas de aire.

Durante años, Takata se negó a reconocer el peligro que suponían estos productos defectuosos y retrasó las llamadas a revisión de los vehículos afectados.

El escándalo finalmente forzó a Takata a reconocer su culpabilidad y pagar 1.000 millones de dólares para llegar a un acuerdo con las autoridades federales estadounidenses.