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Soplan nuevos vientos para las relaciones entre Cuba y EEUU

Nuevo paso para afianzar diplomacia entre Washington y La Habana tras salida de la isla de la lista negra de países que patrocinan el terrorismo
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Una bandera de EEUU y otra de Cuba ondean desde un balcón en La Habana Vieja, en Cuba. (Foto AP/Ramon Espinosa)AP/Ramon Espinosa / AP

Cuba está oficialmente desde hoy fuera de la lista que Estados Unidos mantiene de los países que apoyan el terrorismo, con lo cual se abren toda una serie de oportunidades para facilitar el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y comerciales entre los dos países.

La decisión de quitar a Cuba de la lista la anunció el gobierno del Presidente Obama el pasado mes abril durante la Cumbre de las Américas donde el mandatario se reunió con el líder cubano Raúl Castro en lo que fue la primera reunión formal de líderes de ambas naciones en más de medio siglo.

Con todo, hacía falta que pasaran 45 días de la notificación formal al Congreso y que este actuara al respecto (para impedirlo tenía que dar una resolución aprobada por ambas Cámaras).

Hoy el Congreso en Washington ni siquiera se encuentra en sesión y el tema de Cuba siguió su rumbo sin mayor ceremonia. El Congreso simplemente guardó silencio al respecto con lo que se hizo efectiva la decisión del gobierno.

En la carta que en su momento envió el gobierno de Obama al Congreso explicando su decisión de sacar a Cuba de la lista, se aseguraba que el gobierno de Castro “no había dado ningún apoyo al terrorismo internacional” en los últimos seis meses. Y que además, había recibido la promesa del gobierno cubano de que “no apoyaría en el futuro ningún acto de terrorismo internacional”.

Al reafirmar hoy la decisión, el Departamento de Estado señaló que “aunque Estados Unidos tiene todavía significativas preocupaciones y desacuerdos con una amplia gama de políticas y acciones de Cuba”, estas están fuera de lo que son los “criterios relevantes” para que un país sea incluido en la lista de naciones que apoyan el terrorismo.

Una de las principales consecuencias de estar fuera de la lista de países que apoyan el terrorismo es que muchas compañías estadounidenses tendrán mayor libertad para hacer negocios con Cuba. Firmas como bancos, de tarjetas de crédito, vendedores de productos alimenticios, materiales de construcción y otros productos encontrarán que es más fácil comerciar con Cuba.

Con todo, el embargo sobre Cuba sigue vigente, el cual únicamente lo puede levantar el Congreso estadounidense.

Igualmente, el salir de la lista de estados que apoyan el terrorismo se elimina otra dificultad en las pláticas que tienen Estados Unidos y Cuba para abrir embajadas en las capitales de ambas naciones y el consecuente restablecimiento de completas relaciones diplomáticas.

Aun con el silencio del Congreso, no todos sin embargo comparten el juicio del gobierno de Obama sobre Cuba. El senador de la Florida Marco Rubio para el caso, señaló que Cuba sigue siendo “un estado que patrocina el terrorismo”.

Según Rubio, el gobierno de la isla da refugio a “fugitivos de la justicia estadounidense, incluyendo a alguien que mató a un oficial de policía en New Jersey hace más de 30 años. Es también el país que está ayudando a Corea del Norte a evadir las sanciones de las Naciones Unidas sobre armas”.

Esto de los fugitivos de que habla Rubio es en efecto cierto. Hay varios estadounidenses que en su momento huyeron a Cuba y que están acusados de varios delitos en Estados Unidos. Cuba ha dicho que está dispuesta a negociar con Washington sobre estos casos.

Sin embargo, lo que se entiende en el mundo legal y en las esferas políticas por “apoyo al terrorismo” es algo distinto a crímenes cometidos por civiles -como sería el caso de la muerte de un policía.

Cuando Estados Unidos puso a Cuba en esa lista en 1982 era porque el régimen castrista, en ese tiempo bajo el liderazgo de Fidel Castro, era acusado de dar apoyo a grupos guerrilleros de izquierda en Centro América y Africa. Años más tarde, también se acusó a Cuba de recibir y proteger a miembros del grupo terrorista vasco ETA, lo mismo que de dar ayuda a los rebeldes colombianos de las FARC.

Hoy “las circunstancias han cambiado”, tal lo dicho por el Secretario de Estado John Kerry cuando se anunció la decisión del gobierno sobre Cuba. “Nuestro hemisferio y el mundo son muy diferentes de lo que eran hace 33 años”, añadió el máximo responsable de la diplomacia estadounidense.

Un detalle de este cambio, es que Cuba participa hoy como uno de los países garantes de las negociaciones de paz entre el gobierno colombiano y las FARC, las cuales por cierto se han venido realizando por el último par de años en la capital cubana.

El punto es que hoy Estados Unidos -al menos el gobierno- no ve a Cuba como una amenaza a su seguridad nacional o a sus intereses en Latinoamérica, como sí lo veía en los tiempos de la llamada “guerra fría” en los cuales casi toda acción de política exterior era vista bajo el lente de la disputa con la Unión Soviética.

El sacar a Cuba de la lista de países que apoyan el terrorismo “es una demostración simbólica de que los dos países se han movido más allá de la Guerra Fría”, señaló para el caso, Gregory Weeks, profesor de la Universidad de Carolina del Norte en Charlotte y un experto en asuntos latinoamericanos, citado por el diario The Guardian.

“Es algo de sentido común dadas las cambiantes realidades del terrorismo internacional -que es algo en lo que Cuba no está envuelta”, añadió Weeks. “Por muchos años, Cuba no ha sido una amenaza a Estados Unidos”.

Al salir Cuba de esa lista, quedan hoy únicamente en ella Irán, Sudán y Siria.