Han pasado siete meses desde que se declaró la pandemia y aún no acabamos de conocer los efectos del coronavirus. Cada día se descubre algo nuevo sobre su transmisión y sus secuelas. También recibimos información confusa y contradictoria: mientras los expertos nos piden ponernos la mascarilla, vemos al presidente, Donald Trump, sin ella, aun estando contagiado.
Entre las escasas certezas, sabemos que los latinos constituyen uno de los grupos más afectados por la pandemia. El coronavirus ha matado a más de 210,000 personas en Estados Unidos y de ellas, casi 40,000 son latinos.
Los trabajadores de salud en hospitales como Thomas Ardiles y Óscar Sánchez han estado atendiendo a los enfermos, a veces familias enteras. Han visto morir a tanta gente que se sienten molestos cuando se minimiza la gravedad del virus. “Me molesta que haya personas que están pensando que esto es una broma o que lo usen con una intención política”, asevera Sánchez. “El virus no respeta edad”, insiste Ardiles.
En el episodio de esta semana, Julio Vaqueiro y Patricia Guadalupe, reportera de NBC Latino, conversan con Ardiles y Sánchez sobre las secuelas que deja el COVID-19, cómo han ayudado a las familias latinas y cómo logran mantener el equilibrio en un trabajo que requiere ver el sufrimiento a diario. Ellos, mejor que nadie, saben de los efectos del virus.
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