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Seattle aprueba salario mínimo de $15 dólares la hora

Seattle aprueba salario mínimo de $15 dólares la hora

Por Carlos Rajo

Mientras en el Congreso en Washington los republicanos han rechazado el incremento al salario mínimo, en otro Washington y en el otro lado del país, en este caso en el Estado de Washington, la ciudad de Seattle ha aprobado un salario mínimo de $15 dólares la hora.Nada más y nada menos que el más alto salario mínimo en toda la nación. Más del doble por cierto del salario mínimo a nivel federal de $7.25. Más alto también, que los $10.10 dólares por hora de la propuesta del Presidente Obama y que no tuvo éxito en el Senado.

Aplicable además este incremento en Seattle, a todas las empresas y negocios que operan en la ciudad más allá de su tamaño o el número de empleados que tengan.

Quien lo hubiera dicho, Seatlle, esa bonita ciudad del noroeste del Pacífico donde llueve a menudo y que es la sede de dos de los gigantes del mundo de la tecnología digital, Microsoft y Amazon, se pone hoy a la cabeza en uno de los temas más controversiales en la sociedad estadounidense. 

Hay mucha gente que con toda sinceridad -más allá de la simple ganancia de puntos políticos o por decir no a todo lo que diga Obama- se oponen a estos aumentos en el salario mínimo debido a que están convencidos de que lo que traen es menos trabajos y un aumento en los precios. ”Matador de trabajos”, le llaman a las propuestas o leyes como la que aprobó Seattle. Es “discriminatoria, injusta y un claro ejemplo de algo que esta detrás de una agenda política”, señaló para el caso la Asociación de Franquicias de Seattle.

Sólo el tiempo dirá si estas voces tenían razón o no. Habrá que ver qué sucede con por decir algo, un pequeño negocio de cinco o diez empleados que apenas sobrevive y que ahora deberá pagar esos $15 dólares por hora a sus trabajadores (la ley establece diferentes plazos -de tres a siete años- para implementar el nuevo salario dependiendo del tamaño de negocio y otras variables.).

Los que aprobaron la ley piensan por supuesto que no habrá tal perdida de trabajos. Según ellos, el aumento en el salario mínimo era no sólo urgente debido a que Seattle es una ciudad cara -debido en parte precisamente al dinero y salarios que se mueven alrededor de Microsoft y Amazon-, sino también algo positivo para la economía ya que ayudará a que muchos de esos trabajadores que se beneficiarán tendrán salarios de clase media -más de cien mil- con lo que aumentará el consumo de bienes y servicios. Y que con más gasto y más demanda habrá más negocios para las empresas con lo cual no habrá razón para despedir o no contratar trabajadores. 

Alguien de seguro se preguntará, pero y cómo es posible que Seattle haya podido aprobar esta ley, que ni siquiera existe en lugares como California que tiene uno de los más altos salarios mínimos a nivel estatal. Sucede que Seattle ha sido siempre una ciudad progresista o liberal, tan así que su alcalde, Ed Murray, es un demócrata que no sólo apoya el matrimonio entre personas del mismo sexo sino que él mismo es uno de los primeros alcaldes de grandes ciudades que es abiertamente homosexual. 

Según Murray, lo del aumento en el salario mínimo era una “obligación moral” para romper de alguna manera el ciclo vicioso en el que al mismo tiempo que se ha creado una enorme riqueza en la ciudad hay cada día más distancia entre los salarios y niveles de vida de la población blanca con la minorías. “Tenemos una oportunidad de crear un modelo que pueda ser repetido a lo largo y ancho del país”, señaló el alcalde en su discurso a la Ciudad en enero pasado.

Pero es no sólo el alcalde el que es progresista en Seattle. Es tan única la ciudad que tiene entre sus concejales a una mujer de origen indio -Kshama Sawant, nació en la India pero creció en EEUU- que llegó al Concejo Municipal postulada por el llamado Partido Alternativa Socialista (sí, aunque cueste creerlo, hay ‘socialistas’ en USA, o al menos los hay en Seattle). 

“Quince dólares la hora será un paso enorme hacia adelante para mejorar los niveles de vida de la gente”, señaló Sawant en algún momento durante la campaña para pasar la nueva ley, citada por la revista The Nation. Queremos “construir la confianza de la clase trabajadora en Seattle”, añadió la concejal.

Además del alcalde y la concejal -cuesta creer lo que dice Sawant en este Estados Unidos donde aun alguien tan centrista como el mismo Obama es tildado de socialista-, la campaña para el aumento al salario mínimo incluyó a una coalición de sindicatos y otras fuerzas progresistas de la ciudad (inclusive grupos de activistas latinos). Destaca la sede local del sindicato de los servicios (SEIU 775) que puso mucho del 1,6 millones de dólares para la campaña.

La gran interrogante ahora será ver si lo sucedido en Seattle se expande o es copiado en otras ciudades del país. Es claro que a nivel nacional no habrá aumento en el salario mínimo debido a la oposición republicana -la ley no pudo pasar ni el Senado siquiera, no obstante que ahí los demócratas tienen mayoría-. Según el alcalde Murray, es posible que lo de Seattle sí se dé en otras ciudades ya que “el gobierno local ha sido siempre el laboratorio de la democracia en Estados Unidos”.