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Una nutricionista desmonta cinco mitos de la cultura del ‘detox’ y el bienestar impulsada en internet

Ni toda la comida procesada es mala, ni los jugos de vegetales tienen el poder mágico de curarlo todo y "desintoxicar" el cuerpo, dice Christy Harrison, dietista, nutricionista y autora del libro ‘La trampa del bienestar’.

Por Caroline Kee - TODAY

El bienestar se define como un estado o cualidad de gozar de buena salud. La cultura del bienestar, sin embargo, es un más complicada.

De acuerdo con Christy Harrison, dietista, nutricionista y autora del nuevo libro La trampa del bienestar, la cultura del bienestar tiene más que ver con la creencia de que nuestro cuerpo no puede funcionar bien o regularse lo suficientemente bien por sí solo y requiere de productos, dietas y disciplina para lograrlo.

"La cultura del bienestar plantea ciertas conductas como patrones a lograr", dijo Harrison a TODAY.com, y añadió que promueve un principio de cuidado del cuerpo que es inalcanzable o, incluso, dañino.

La cultura del bienestar ha explotado en la última década, en parte gracias a los medios sociales, y ha llegando a una creciente audiencia de jóvenes
La cultura del bienestar ha explotado en la última década, en parte gracias a los medios sociales, y ha llegando a una creciente audiencia de jóvenesGetty Images

La cultura del bienestar ha tenido su auge en la última década, en parte gracias a los medios sociales, y ha llegando a una creciente audiencia de jóvenes, subrayó Harrison. Pero muchas de las creencias que circulan en internet, especialmente alrededor de la nutrición, tienen pocas pruebas para sustentarse.

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A continuación, algunos de los mitos más comunes que la cultura del bienestar nos ha hecho creer, según Harrison, y por qué debe abandonarlos inmediatamente.

Necesitamos "desintoxicar" nuestros cuerpos

La palabra detox (desintoxicación), que describe la eliminación de toxinas o sustancias del cuerpo, ha sido una de las más adoptadas por la cultura del bienestar, de acuerdo con Harrison. Ya sea dejar de consumir azúcar, comidas sólidas o redes sociales, los llamados "desintoxicadores" son presentados como medios para limpiar el cuerpo y el alma.

"Es una tendencia de bienestar muy dañina", dijo Harrison, y añadió que los desintoxicadores usualmente incluyen comportamientos extremos o restrictivos.

Los jugos limpiadores, suplementos y ayunos, comentó, son mercadeados como maneras de desintoxicar el cuerpo, aunque el cuerpo está diseñado para hacerlo por sí mismo.

"El hígado y los riñones son muy buenos a la hora de remover toxinas del cuerpo sin que tengamos que intervenir", afirmó. Las limpiezas extremas no van a hacer que los órganos funcionen mejor, dijo, y necesariamente esos métodos no son necesarios como medidas de mantenimiento del cuerpo.

"La cultura del bienestar ve al hígado y los riñones como los filtros en un fregadero que se tupe", afirmó la nutricionista. "Gran parte del mensaje tiene que ver con la necesidad de desintoxicarlos o limpiarlos para que trabajen mejor". Pero eso simplemente no es verdad, subrayó.

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"Al menos que tenga una enfermedad en el hígado o los riñones, o en casos raros de envenenamiento [...], usted no tiene que hacer nada para que su hígado o riñones funcionen", añadió.

Las preocupaciones sobre las toxinas impulsadas por la cultura del bienestar son, con frecuencia, exageradas y llenas de malentendidos, dijo. "Hay un miedo sobre las toxinas en nuestra comida y ambiente que nos obliga a supuestamente desintoxicarnos con regularidad", afirmó.

La "cura" de los jugos limpiadores

Los jugos han evolucionado de una manera fácil de tomar frutas y vegetales a una fórmula mágica que puede revertir un abanico de enfermedades, declaró Harrison. "No hay evidencia científica detrás [de los jugos limpiadores], pero aun así son presentados como unos curalotodo", señaló.

Harrison comentó que cualquier tendencia de bienestar que sea promovida como una cura o una manera de ayudar ante un diverso espectro de condiciones de salud, debe levantar una bandera roja.

El jugo de apio, en particular, sigue siendo una tendencia popular entre quienes promueven el bienestar y las celebridades, y muchos aseguran que promueve la pérdida rápida de peso, mejoras en la salud intestinal, mayor energía y una piel más sana.

Aunque las frutas y los vegetales brindan al cuerpo vitaminas y nutrientes, convertirlos en jugo no aumenta sus beneficios
Aunque las frutas y los vegetales brindan al cuerpo vitaminas y nutrientes, convertirlos en jugo no aumenta sus beneficiosGetty Images

"Se supone que el jugo de apio ayuda o cura una docena de condiciones de salud crónicas", explicó, como enfermedades del sistema inmunológico, problemas en la piel, alergias o padecimientos digestivos. Pero las investigaciones para apoyar estas aseveraciones son muy escasas", dijo.

Aunque las frutas y los vegetales brindan al cuerpo vitaminas y nutrientes, convertirlos en jugo no aumenta sus beneficios, reportó previamente TODAY.com. Los jugos pueden ser una gran adición a una dieta, junto a comidas nutritivas, pero tomarlos como sustituto de alimentos o como limpiadores no vale la pena.

Comer "sano" es siempre mejor

La cultura del bienestar ha creado una obsesión con lo limpias y puras que deben ser la cosas que ponemos en nuestro cuerpo, dijo Harrison. Eso se ha trasladado de la comida a los productos de cuidado personal, belleza y limpieza de la casa.

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La premisa de comer sano es poner el foco en ingerir alimentos naturales y evitar las comidas procesadas, eliminar el azúcar, limitar las grasas saturadas o transgénicas y limitar o evitar el alcohol y la cafeína. Una cosa es tratar de consumir alimentos más nutritivos en nuestra dieta, pero comer sano es a veces en realidad una dieta problemática envuelta en un disfraz, afirmó Harrison.

Comer de manera sana incluye eliminar grupos enteros de alimentos (como granos y lácteos, por ejemplo) y mantener hábitos alimentarios muy restrictivos, comentó Harrison. Lo que más preocupa, añadió, es que ello puede conllevar a desórdenes en los hábitos de alimentación o "ortorexia".

La "ortorexia nerviosa" es un desorden alimentario caracterizado por una obsesión con la alimentación sana y comportamientos restrictivos asociados a ella, de acuerdo con los Institutos Nacionales de la Salud. Con frecuencia incluye una fijación en la limpieza de las comidas, reportó TODAY.com previamente.

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Aunque no está todavía formalmente reconocida como un desorden mental, el término "ortorexia" ha existido desde 1998, según la Asociación Nacional de los Desórdenes de la Alimentación, y los casos han estado en aumento desde entonces.

"Las investigaciones son limitadas, pero hay evidencias de que [la ortorexia"] es alta entre la población consciente de los temas de salud", dijo Harrison. Por ejemplo, la prevalencia de la "ortorexia" entre quienes hacen ejercicios fue muy alta, 51%, de acuerdo con un estudio publicado en febrero.

Toda la comida procesada es mala

La "moralización" de la comida –o la clasificación de ciertos alimentos como "buenos" o "malos"– es uno de los aspectos más dañinos de la cultura del bienestar, afirmó Harrison. "No hay alimentos buenos y malos", explicó. Algunas comidas son más nutritivas que otras, pero esta ecuación no captura todo el espectro del valor nutritivo de los alimentos.

Asignar valores morales a los alimentos puede crear sentimientos de culpabilidad o vergüenza a la hora de consumirlos, afirmó Harrison. Frases como "libre de culpa" (guilt free) o "comidas trampa" (cheat meals) refuerzan esta creencia.

"La demonización de las comidas procesadas y el azúcar son de las peores cosas", dijo. "Hace a la gente sentir que si comen algunos de esos alimentos, van a tener consecuencias de salud inmediatas o se están envenenando". No solo esto es un mito, añadió, sino que puede llevar a desórdenes en la alimentación.

Según la autora, aunque la comida procesada puede ser vinculada a algunos problemas de salud, no amerita crear el temor que a veces se promueve sobre su consumo.
Según la autora, aunque la comida procesada puede ser vinculada a algunos problemas de salud, no amerita crear el temor que a veces se promueve sobre su consumo.Getty Images

Las comidas procesadas son aquellas que han experimentado algún tipo de cambio de su estado natural, e incluyen desde caramelos a galleticas, pasando por pescado o vegetales enlatados, reportó previamente TODAY.com. Un paso más arriba de estos alimentos están las comidas ultra procesadas, las cuales han tenido una transformación extensa y han sido vinculadas a un riesgo elevado de ciertos tipos de cáncer.

Harrison reconoció que aunque las investigaciones sugieren que consumir mucha comida procesada o azúcar puede ser asociado con problemas de salud, no cree que ello amerita la atmósfera de miedo alrededor de ciertos alimentos que la industria del bienestar ha creado.

"No significa que siempre la gente con la mejor salud en esos estudios es la que no ingiere azúcar o alimentos procesados", apuntó. La moderación es la clave: una bolsita de papitas ocasionalmente o una barra de chocolate no es razón para asustarse.

Los suplementos curalotodo

No importa su enfermedad, usted puede encontrar siempre un suplemento que asegura que puede erradicarla. La cultura del bienestar siempre empuja la idea de que tomar vitaminas y suplementos dietéticos es una solución más "natural" para tener buena salud, de acuerdo con Harrison.

Sin embargo, los beneficios de los suplementos dietéticos para población general han sido ampliamente cuestionados. Y las investigaciones continúan mostrando que las pastillas y gomitas de vitaminas que son promovidas como vías para mantenernos saludables, podrían no tener ningún efecto, ha reportado TODAY.com.

Además, los suplementos pueden ser dañinos por una serie de razones, dijo Harrison. Pueden provocar efectos secundarios no placenteros e incluso daños a la salud, si se consumen en grandes dosis. Otra desventaja es que la industria de los suplementos en Estados Unidos no está regulada en su mayoría, añadió.

Las vitaminas y los suplementos dietéticos son regulados por la Agencia de Alimentos y Drogas de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés). La FDA no aprueba la seguridad o efectividad de los suplementos, ni la precisión de la información en las etiquetas antes de que sean vendidos al público, reportó previamente TODAY.com.

Harrison explicó que a los fabricantes de suplementos no se les permite que digan que sus productos curan enfermedades, pero pueden hacer afirmaciones vagas como, por ejemplo, que "elevan la energía" o proveen "ayuda inmunológica".

"Asusta porque no hay nadie cuidándonos en términos de qué va en los suplementos antes de que lleguen al mercado", concluyó Harrison.