Por Meghan Holohan - TODAY
Cuando Leslie Stone experimentó sangramiento vaginal, se preocupó y fue al doctor, donde supo que tenía un tumor canceroso en el útero, en julio de 2020. Al principio parecía que una histerectomía podía ser la solución, pero dos semanas y media después descubrió un nuevo tumor.
Después de varias rondas de tratamiento, todo indicaba que se estaba quedando sin opciones. Entonces planificó un viaje de despedida con su hijo, Tripp, de manera que ella pudiera ver el país y decir adiós a amigos y familiares antes de morir. Pero antes de emprender la travesía, su doctor le recetó una droga de inmunoterapia para tratar de ralentizar la metástasis de su cáncer. Justo antes del viaje, recibió una llamada que le cambió la vida.
"[Mi doctor] llamó y me dijo: 'Tu último escáner CT muestra que no tienes cáncer'", relató.

Sangramiento anormal
Cuando el sangramiento comenzó, Stone se preguntó si era el resultado de que estaba envejeciendo.
"Pensé que era sólo parte de la menopausia, un proceso largo e interminable", dijo. Al final, fue a ver a su ginecólogo, quien removió muestras de tejido de su útero para pruebas. Pronto, Stone supo lo que causaba su sangramiento: cáncer uterino.
El doctor de Stone recomendó que viera al Dr. Alberto Mendivil, un ginecólogo oncólogo en Newport Beach, California, para examenes. Inicialmente, parecía que el cáncer podía ser extirpado completamente con una cirugía.
"[El doctor] dijo: 'Bueno, vamos a hacer una histerectomía y eso debe solucionar el problema. No creo que haya más dificultades'", comentó.

Se sometió a una intervención robótica minimamente invasivo para que le extirparan el útero y se sintió mejor casi de inmediato.
"Esa misma noche me fui a casa y al día siguiente estaba bien", declaró Stone. "Estaba impresionada".
Pero unas dos semanas y media después, volvió a tener manchas de sangre y regresó al médico para someterse a unos escáneres. Otro médico detectó un pequeño tumor "del tamaño de un guisante" en la incisión de la histerectomía, lo que indicaba que el cáncer había regresado.
Stone se sometió a seis ciclos de quimioterapia seguidos de cinco semanas de radioterapia cinco veces por semana. Aunque no experimentó las náuseas asociadas a la quimioterapia, sí sufrió de intensas migrañas.
"Veía luces que parpadeaban", relató. "La gente empezó a lucir como pinturas de Picasso. En 20 minutos, no puedes manejar, no puedes hacer nada".
A pesar de los tratamientos, Stone descubrió durante el fin de semana de Acción de Gracias de 2020 que su cáncer de útero se había propagado. Un doctor le dijo que era como "una regadera de cáncer por todos los lugares".
"Fue chocante", dijo. "Ninguno de mis doctores estaban trabajando y yo estaba investigando sobre los resultados [del examen] por mí misma". Leyó que su cáncer era "terminal" y que "no había tratamientos", señaló.
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"Entré un poco en pánico. Estaba llamando, dejando mensajes a todos los doctores", dijo. "Nadie respondía, por supuesto, porque era fin de semana".
Cuando su doctor le devolvió la llamada, le dio noticias positivas.
"Dijo: 'No te preocupes, no te estás muriendo, todavía no [...] Hay un tratamiento llamado Keytruda, y vamos a empezar de inmediato'", contó.

Su médico le advirtió de que después de empezar a tomar la medicina, podía sentirse incluso peor antes de experimentar una mejoría, y eso pareció ser cierto. Tras la primera dosis, empezó a sentir los síntomas.
"Mi estómago empezó a dilatarse. Parecía que tenía siete meses de embarazo", dijo. "Me dolía todo el abdomen. Tenía dolores punzantes por todas partes, hasta el punto de que no podía levantarme de la cama".
Llegó a pensar que tenía apendicitis. De repente, se sintió mejor.
"El estómago se recogió por completo", explicó. "Me sentía muy bien. Desde entonces me siento genial".
Cáncer uterino
De acuerdo con el Instituto Nacional del Cáncer, cerca de 3.1% de las mujeres tendrá un diagnóstico de cáncer de útero durante sus vidas.
"[Leslie tuvo] el segundo tipo de cáncer más común en las mujeres: un adenocarcinoma endometrioide", explicó a TODAY.com el Dr. Mendivil, director del centro Hoag de Ginecología Oncológica, quien la trató.
La Sociedad Estadounidense del Cáncer afirma que el cáncer del endometrio, también conocido como el tejido del útero, es el más común de los cánceres en el sistema reproductivo femenino. El mal crece en el tejido del útero, que se desprende mensualmente durante la menstruación.
"El tejido se puede transformar y convertirse en algo maligno", dijo Mendivil.
De acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, entre los síntomas de cáncer del útero están:
- Sangramiento anormal de la vagina
- Flujo vaginal
- Dolor o presión en la pelvis
Los sangramientos después de la menopausia son siempre algo anormal, y las personas deben acudir a sus doctores si suceden, indicaron previamente expertos a TODAY.com
Aunque el diagnóstico inicial de Stone halló el mal en sus etapas iniciales, el cáncer retorno con rapidez, lo que es una mala señal.

"Cuando la operaron, la idea era que estaba sana y salva, que [el cáncer] se encontraba en una etapa inicial y que la probabilidad de que regresara era inferior a 5%", indicó Mendivil. "Por desgracia, esa probabilidad es de una entre 20, más o menos, y el cáncer reapareció".
Hubo dos factores que hicieron el cáncer de Stone más agresivo. Primero, el tumor creció dentro de lo que es conocido como el espacio linfovascular, conformado por vasos sanguíneos y el sistema linfático. Segundo, Stone tiene una mutación genética llamada Síndrome Lynch, que permite que las células cancerosas se reproduzcan más fácilmente. El tratamiento que recibió, Keytruda, puede apuntar a las células de ese síndrome, añadió Mendivil.
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"Esta droga es probablemente lo que muchos consideran la bala mágica de los tratamientos en pacientes con este tipo de mutaciones", dijo. "No todos los pacientes van a responder de la misma manera, desafortunadamente. Pero cuando los pacientes responden [tratamiento], lo hacen de manera increíble".
Un viaje con un nuevo significado
Antes de empezar la inmunoterapia, Stone se resignó a morir.
"Lo que más me asustaba no era la parte de la muerte, sino que iba a estar indefensa y tener que depender de otras personas", confesó. "No quería acabar en un hospicio o en un hospital ni no tener ningún control sobre mi vida".
Empezó a escoger algunas de sus posesiones para regalarlas a amigos y le preguntó a su hijo, Tripp, que entonces tenía 16 años, qué quería. Al principio, no quería hablar de ello. Pero entonces Stone pensó que era una buena idea crear recuerdos con él.
"Pensé: 'Voy a ir en un último viaje excitante de carretera [...] Voy a ver a todos mis amigos en todo el país por última vez, reconectar con todas esas personas'", dijo. "'Voy a darle a mi hijo experiencias que no va a olvidar, algo para que me recuerde'".
Planificaron salir el 1 de junio de 2022. Antes de eso, recibió la llamada en la que le dijeron que estaba "libre de cáncer". Le dijo a Tripp durante una clase de manejo que tenía malas noticias y, al comienzo, el joven se preocupó.

"Dije: 'Tengo algo. que decirte'. Y él respondió: 'Oh, no, ¿es malo?'. Le respondí: 'No, es muy, muy bueno'. Y ambos lloramos".
"En ese momento el viaje fue de ser de despedida a uno de celebración", relató. "Pasamos días maravillosos".
Recorrieron 3,000 millas desde el condado de Orange, en California, hasta los Cayos de Florida, pasando por Washington, D.C., Nueva York, las cataratas del Niágara y Ohio. A lo largo de su experiencia con el cáncer, Stone siempre mantuvo una actitud positiva, que atribuye a tener un trabajo que le encanta y planificar experiencias que la ilusionan.
"Siempre tengo algo planeado que me divierte. Así que hemos hecho muchos viajes", contó. "Siempre hay un objetivo, algo hacia lo que avanzar".