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Una joven estuvo a punto de terminar en un asilo psiquiátrico, pero su doctora la salvó a último momento

La médica Elizabeth Mitchell siguió sus instintos y logró diagnosticar la afección que sufría una paciente luego de años de tratamientos fallidos. “Nunca había visto algo así... Me quedé sin palabras”, dijo. “Solo podía pensar: ‘¿Cómo nadie se dio cuenta de esto?”.

Chloe R. Kral, de 23 años, estaba detenida en California con una orden psiquiátrica de emergencia que permite que las personas consideradas peligrosas para sí mismas, o para otros, sean recluidas involuntariamente durante 72 horas.

Tenía las manos y los pies atados a una camilla cuando Elizabeth Mitchell, médica de urgencias, la atendió en un hospital de Los Ángeles.

Kral había pasado los seis meses anteriores en un centro médico privado sometiéndose a un tratamiento por trastorno bipolar y depresión.

Cuando se mejoró, y ya estaba lista para mudarse a una vivienda de transición, de repente se volvió combativa y amenazó con atacar al personal y suicidarse.

Por eso la policía la trasladó a la sala de emergencias del Hospital Cedars-Sinai Marina del Rey, antes de llevarla a un hospital psiquiátrico. Mitchell la vio murmurando incoherencias y algo le llamó la atención.

"Recibimos muchos pacientes psiquiátricos, que solo están esperando ser trasladados", dijo Mitchell, en una entrevista con The Washington Post.


Una tomografía que muestra una lesión cerebral.
Una tomografía que muestra una lesión cerebral.Tonpor Kasa / Getty Images/iStockphoto

Sin titubear, la doctora pidió que le hicieran una tomografía computarizada para evaluar mejor su estado mental. Y, cuando recibió la imagen, no lo podía creer.

"Nunca había visto algo así (...) Me quedé sin palabras", dijo. "Todo lo que pude pensar fue: '¿Cómo nadie se dio cuenta de esto?".

Kral tenía una afección potencialmente mortal que Mitchell describió como "el caso más grave de hidrocefalia que he visto". Necesitaba una cirugía cerebral urgente.

La hidrocefalia, más conocida como "agua en el cerebro", es causada por la acumulación de líquido cefalorraquídeo en las cavidades conocidas como ventrículos. El líquido cefalorraquídeo, que protege el cerebro, es de vital importancia para una amplia variedad de funciones cerebrales.

El exceso de líquido comprimía los lóbulos frontales del cerebro (responsables de la memoria, la toma de decisiones y las emociones) contra el interior del cráneo de Chloe. Sin tratamiento, la hidrocefalia puede causar daño cerebral, un coma o la muerte.

"No puedo creer que nadie le haya hecho una tomografía computarizada", dijo Mitchell. "Es muy extraño".

Una resonancia magnética determinó que la hidrocefalia de Kral fue causada por una estenosis del acueducto, un estrechamiento entre los ventrículos que causó una obstrucción.

La obstrucción, que estaba presente al nacer, fue parcial y su cerebro la compensó hasta que ya no pudo más, dijo el neurocirujano Ray M. Chu, quien la operó en Cedars-Sinai.

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"Es una historia con moraleja", le dijo Chu a The Washington Post. “La gente queda encasillada" si tiene un diagnóstico psiquiátrico.

Chu realizó un procedimiento mínimamente invasivo que crea una vía permanente para aliviar la presión y permitir que el líquido drene adecuadamente.

Mitchell ha reflexionado sobre cómo habría sido el futuro de Kral sin esa tomografía computarizada.

"Creo que habría terminado en un centro psiquiátrico" hasta que tuviera una convulsión "y, quizá, alguien habría descubierto esto. Pero no estoy segura", dijo la doctora.