Por Paul J. Weber - The Associated Press
Texas puede seguir prohibiendo la mayoría de los abortos. Una corte federal de apelaciones rechazó el jueves el último intento del Gobierno de Joe Biden de deshacer una nueva ley que se ha convertido en el mayor freno al aborto en el país en casi 50 años.
El Departamento de Justicia anunció el viernes que el Gobierno federal volverá a llevar el caso ante la Corte Suprema, que en septiembre permitió al estado seguir adelante con la prohibición de los abortos una vez que se detecta actividad cardíaca, normalmente alrededor de las seis semanas. No se hacen excepciones en casos de violación o incesto.
Desde entonces, las mujeres de Texas han buscado clínicas de aborto en los estados vecinos: algunas conducen horas en medio de la noche. Algunas tienen tan solo 12 años.
La decisión del Tribunal de Apelaciones del 5º Circuito amplía una orden anterior que por ahora mantiene en vigor la ley de Texas conocida como Proyecto de Ley 8 del Senado. Es la tercera vez desde octubre que el tribunal de apelaciones, de tendencia conservadora, se pone del lado de Texas y deja en pie las restricciones.
Y deja al Departamento de Justicia y a los proveedores de abortos de Texas con un camino cada vez más estrecho para intentar detener la ley, que hasta ahora ha prevalecido debido a una estructura única que deja su aplicación en manos de los ciudadanos privados.
Cualquiera que presente una demanda exitosa contra un proveedor de abortos por violar la ley tiene derecho a reclamar al menos 10,000 dólares en concepto de daños y perjuicios, lo que, según el Gobierno de Joe Biden, equivale a una recompensa.
A pesar de las numerosas impugnaciones legales, tanto antes como después de la entrada en vigor de la ley el 1 de septiembre, solo una vez un tribunal suspendió la restricción, y esa orden solo duró 48 horas.
Durante ese breve tiempo, algunas clínicas de Texas se apresuraron a realizar abortos a pacientes de más de seis semanas, pero muchas más citas fueron canceladas después de que el 5º Circuito se moviera para restablecer rápidamente la ley. El Gobierno puede ahora solicitar una nueva audiencia o acudir directamente a la Corte Suprema, tal y como intentaron sin éxito los proveedores de servicios de aborto en agosto.
Texas contaba con unas dos docenas de clínicas de aborto antes de que la ley entrara en vigor, y los operadores han dicho que algunas podrían verse obligadas a cerrar si las restricciones se mantienen durante mucho más tiempo.
En los próximos meses ya está en juego el futuro del derecho al aborto en Estados Unidos. En diciembre, la nueva mayoría conservadora de la Corte Suprema estudiará el intento de Mississippi de anular la histórica sentencia Roe v. Wade, que garantiza el derecho de las mujeres al aborto.
[La bebé que cambió la historia de EE.UU. desvela su identidad y habla sobre el aborto]
Una decisión de la Corte Suprema de 1992 impedía a los estados prohibir el aborto antes de la viabilidad, el momento en que un feto puede sobrevivir fuera del útero, alrededor de las 24 semanas de embarazo. Pero la versión de Texas ha superado a los tribunales hasta ahora debido a que deja en manos de los ciudadanos la aplicación de la ley.
Texas Right to Life, el mayor grupo antiabortista del estado, creó una línea telefónica para recibir denuncias contra los proveedores de servicios de aborto, pero no ha presentado ninguna demanda.