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Un estudio revela que las muertes súbitas inexpicables entre los bebés negros aumentaron en el primer año del COVID-19

Los expertos apuntan a que este hallazgo refleja décadas de disparidades raciales en las comunidades negras.

Por Erika Edwards - NBC News

A pesar de una tasa de mortalidad infantil récord en 2020, un nuevo estudio encuentra un salto inesperado en las muertes inexplicables de bebés negros durante el primer año de la pandemia de coronavirus.

La tasa de SMSL, o síndrome de muerte súbita del lactante, aumentó un 15% en un solo año, pasando de 33.3 muertes por cada 100,000 bebés nacidos en 2019 a 38.2 muertes de este tipo en 2020, según la investigación de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés) publicada este lunes en la revista médica Pediatrics.

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SMSL es un término bien conocido, y se utiliza en casos en los que la causa de la muerte no se puede explicar definitivamente. No se utiliza cuando se descubre que un niño se ha asfixiado accidentalmente con un cojín de almohada, por ejemplo.

En la recopilación de datos, tanto el SMSL como los incidentes de asfixia o estrangulamiento accidental se engloban bajo el término SUID, o muerte súbita inexplicada del lactante.

Los datos del SMSL no se desglosan por raza y etnia, pero los del SUID sí. Ahí es donde los investigadores descubrieron el aumento de muertes inexplicables en bebés negros, pero no en ningún otro grupo racial o étnico.

El hallazgo “nos sorprendió por completo”, afirmó la autora del estudio, Sharyn Parks Brown, epidemióloga jefe del Equipo de Salud Perinatal e Infantil de los CDC. El desglose racial y étnico de este tipo de muertes había sido constante durante décadas.

Se desconocen las razones del aumento. Podría tratarse de una anomalía estadística -un parpadeo inexplicable en los datos- que habría que vigilar durante varios años más para comprobar si el aumento se mantiene.

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También podría reflejar los ajustes que la Asociación Nacional de Médicos Forenses hizo en 2019 a la forma en que se clasifican las muertes súbitas infantiles en los certificados de defunción.

La orientación dijo que encontrar bebés sobre o cerca de ropa de cama suave no era suficiente para calificar tales muertes como asfixia accidental sin evidencia de que las vías respiratorias de los niños habían sido, de hecho, bloqueadas. Esos casos, según las recomendaciones, deberían clasificarse como SMSL.

“Si se hubieran seguido las nuevas orientaciones, podría haber aumentado la notificación de SMSL”, escribieron los autores del estudio.

Sea cual sea el motivo, es evidente que persisten complejas disparidades raciales. La población negra se vio desproporcionadamente afectada por la pandemia, tanto por la enfermedad como por el estrés económico que la acompañó.

Según un editorial publicado junto al estudio, los negros tienen más del doble de probabilidades que los blancos de vivir en la pobreza.

“Y entre las familias con hijos, la falta de vivienda es un 50% más probable entre quienes se identifican como negros no hispanos”, escribieron los autores.

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Una coautora del editorial, la doctora Rebecca Carlin, pediatra afiliada a la Universidad de Columbia en Nueva York, afirmó: “Si no tienes un lugar seguro para que duerma tu bebé, ¿cómo vas a hacer que duerma seguro?”.

Además, las comunidades negras presentan tasas más elevadas de tabaquismo y nacimientos prematuros. Ambos son factores de riesgo de muerte súbita del lactante.

Prácticas de sueño seguro

Parks Brown y su equipo publicaron en 2021 un estudio que concluía que la ropa de cama poco segura es una de las principales causas de muerte inesperada en bebés de 4 meses o menos.

Para este grupo de edad, los artículos blandos, como mantas, almohadas, protectores de cuna y animales de peluche, no deben colocarse en las cunas cuando los bebés duermen o se dejan desatendidos, según la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP). Los niños de esa edad no tienen la fuerza ni la motricidad necesarias para alejarse de los peligros de asfixia.

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Según las directrices de la AAP, los bebés muy pequeños deben dormir boca arriba hasta que cumplan un año. Deben dormir solos en la cama, sobre superficies firmes y planas y con sábanas ajustables. Los sofás y sillones exponen a los bebés a un altísimo riesgo de asfixia, ya que pueden quedar atrapados entre los cojines del asiento o debajo de adultos dormidos.

Los expertos también aconsejan mantener las cunas de los bebés en las habitaciones de los cuidadores durante al menos seis meses.

Otras formas de reducir el riesgo de muerte súbita del lactante, de la AAP:

  • Se ha demostrado que la lactancia materna, cuando es posible, reduce el riesgo de muerte súbita del lactante. La AAP también cita la evidencia de que los chupetes administrados durante las siestas y a la hora de dormir pueden ser beneficiosos.
  • No se deben utilizar mantas ni pijamas con peso sobre los bebés dormidos ni cerca de ellos.
  • Asegúrese de que las cunas de los bebés no han sido retiradas del mercado por riesgos para la seguridad.
  • Ayude a los bebés a fortalecer los músculos que algún día utilizarán para darse la vuelta y alejarse de posibles peligros con “tiempo boca abajo” supervisado. Esta práctica puede comenzar, según la AAP, poco después de que los bebés puedan volver a casa desde el hospital.