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Un estudio revela que dejar de hacer ejercicio físico está relacionado con la pérdida de memoria y la salud cerebral

Los investigadores descubrieron que las personas que durante el estudio se saltaron el ejercicio en favor de ocho minutos de comportamiento sedentario experimentaron descensos de entre el 1% y el 2% en sus puntuaciones cognitivas.

Por Berkeley Lovelace Jr. - NBC News

Omitir el ejercicio en favor de actividades menos exigentes -como sentarse o tumbarse- está relacionado con un ligero declive de la memoria y la capacidad de pensar, según un estudio publicado el lunes en la revista Journal of Epidemiology and Community Health.

Las diferencias, aunque pequeñas, muestran cómo incluso cambios menores en los niveles de actividad física pueden afectar a la salud de una persona, incluida la salud cerebral, señaló el autor principal del estudio, John Mitchell, investigador del Instituto de Deporte, Ejercicio y Salud del Reino Unido.

Mitchell y sus colegas utilizaron datos del Estudio de Cohortes Británico de 1970, un estudio en curso que realiza un seguimiento de la salud de un grupo de personas nacidas en el Reino Unido en 1970. Los hallazgos del estudio se basaron en datos de casi 4,500 personas a las que se realizó un seguimiento entre 2016 y 2018.

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Los participantes proporcionaron información sobre su salud, antecedentes y estilo de vida. También se les pidió que llevaran un rastreador de actividad durante al menos 10 horas consecutivas al día durante un máximo de siete días, incluso al dormir y bañarse.

Durante el estudio, los participantes se sometieron a una serie de pruebas que evaluaban su capacidad para procesar y recordar información.

Los participantes, de media, hicieron cada día 51 minutos de ejercicio moderado o intenso; unas seis horas de actividad ligera, como un paseo lento; y unas nueve horas de comportamiento sedentario, como sentarse o tumbarse. También durmieron, de media, unas ocho horas.

En el estudio, la actividad de moderada a intensa se consideraba cualquier cosa que pusiera “el corazón en marcha” o hiciera que alguien “sintiera más calor”, señaló Mitchell.

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Tras analizar los datos de actividad de los participantes, los investigadores descubrieron que aquellos que se saltaron el ejercicio en favor de ocho minutos de comportamiento sedentario experimentaron descensos de entre el 1% y el 2% en sus puntuaciones cognitivas.

Los investigadores observaron descensos similares en el rendimiento cognitivo cuando las personas sustituían el ejercicio vigoroso por seis minutos de actividad física ligera o siete minutos de sueño.

Pero también se observó lo contrario: hacer ejercicio en lugar de estar sentado mejoraba el rendimiento cognitivo. Según el estudio, la sustitución de estar sentado o tumbado por nueve minutos de ejercicio intenso se asoció a un aumento de más del 1% en las puntuaciones cognitivas. 

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Según Aviroop Biswas, profesor adjunto de Epidemiología y científico asociado del Instituto de Trabajo y Salud de Toronto, estas conclusiones deberían animar a la gente a moverse más.

“La actividad física está vinculada a toda una serie de beneficios, por lo que realmente se quiere promover la actividad física regular tanto como sea posible”, dijo Biswas, que no participó en la investigación.

El Departamento de Salud y Servicios Humanos recomienda a los adultos realizar al menos 150 minutos de actividad física de moderada a intensa a la semana, además de dos días de entrenamiento de fortalecimiento muscular.

La relación entre más ejercicio y mejor rendimiento cerebral aún no está clara, pero es probable que sea el resultado de cómo funciona el sistema cardiovascular del cuerpo.

“Cuando se es activo, se mejora la fuerza del corazón y su capacidad para bombear sangre a todo el cuerpo y a uno de los órganos más importantes: el cerebro”, explica.

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Por el contrario, cuando las personas no hacen suficiente ejercicio, pueden sufrir una serie de problemas de salud, incluidos los que afectan al cerebro, como la demencia, según Marc Roig, profesor de fisioterapia y terapia ocupacional de la Universidad McGill de Montreal, que tampoco participó en el nuevo estudio.

La intensidad del ejercicio también es importante, añadió Roig, y señaló que las personas del estudio que realizaban una actividad física ligera en lugar de una actividad más vigorosa también experimentaron un descenso del rendimiento cognitivo.

Los científicos siguen tratando de determinar qué ejercicios son los mejores para mejorar la salud y prevenir las enfermedades crónicas.

Mitchell, autor del estudio, señaló que la actividad ligera sigue siendo preferible a estar sentado.

Parece incuestionable que la actividad ligera es mejor que estar sentado para muchas facetas de la salud, pero aún no se ha decidido cuál es el “umbral” crítico de intensidad para una salud óptima, incluida la salud cognitiva”, afirmó.