IE 11 is not supported. For an optimal experience visit our site on another browser.

Su sangre y su olor pueden ofrecer pistas para un diagnóstico temprano del párkinson, según investigadores

Dos estudios –uno con el plasma en la sangre y otro con el sebo de pacientes con párkinson– sugieren que puede detectarse antes de que aparezcan los síntomas más evidentes. Uno de ellos fue inspirado por una mujer que notó que el olor de su esposo cambió.

Doce años antes de ser diagnosticado con párkinson Les Milne empezó a oler distinto. “Su encantador aroma masculino a almizcle se había convertido en una especie de desagradable olor a levadura”, contó Joy Milne, su esposa, a la National Public Radio (NPR).

Era 1982 y él tenía 31 años. Con el tiempo no solo su olor cambió, también su personalidad y carácter. En 1994 le detectaron la enfermedad de Parkinson, el segundo trastorno neurodegenerativo más común y el de más rápido aumento en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En una reunión de pacientes con la enfermedad en 2009, Milne reconoció en otros el característico olor que descubrió en su esposo. Un par de años después, su hallazgo la hizo cuestionar a científicos durante una conferencia: “¿por qué no están usando el olor del párkinson para diagnosticarlo temprano?”.

Su pregunta motivó investigaciones de la Universidad de Manchester, Inglaterra, cuyos resultados fueron publicados en el Journal of the American Chemical Society en 2019 y en 2022. Sus autores plantean la urgencia de desarrollar pruebas, en este caso con el sebo de las personas, para detectar la enfermedad antes que aparezcan síntomas severos.

Un estudio español, publicado en la revista Nature en 2021, encontró una marcada reducción en los niveles de varios ácidos grasos libres en el plasma de personas con párkinson, previo a que se acentuaran los signos graves de la enfermedad.

Cuando estos signos aparecen “ya es muy tarde”, explicó a Noticias Telemundo Carolina González, profesora de Química Analítica en la facultad de Farmacia de la Universidad CEU San Pablo, España, y una de las autoras del texto.

Para entonces más del 70% de la neuronas dopaminérgicas —células nerviosas del cerebro que producen dopamina, un neurotransmisor que cumple con un sinfín de funciones en nuestro cuerpo— “ya se han perdido, han muerto y no se pueden regenerar”, lamentó González.

¿Es posible detectar el párkinson antes que esto suceda? Esto dice la ciencia:

El sebo como pista

La teoría del olor sugerida por Milne —una enfermera retirada y considerada por expertos como alguien con súper olfato— se probó inicialmente en un experimento con 12 personas que debían usar camisetas de algodón por una noche.

Milne las olió y detectó el párkinson en siete de ellas. Incluso lo encontró en alguien que todavía no había sido diagnosticado y recibió la noticia oficial varios meses después. El olor que identificó estaba en el cuello y la parte superior de la espalda.

Con esta información los investigadores desarrollaron otra prueba, usaron gasas médicas para recolectar muestras de sebo de la espalda, cuello y frente de 64 participantes.

Luego hicieron otra con hisopos y 150 personas. Así detalló el proceso Depanjan Sarkar, uno de los autores del estudio:

“El sebo se transfiere a un papel de filtro a partir de un hisopo de muestreo, lo cortamos en forma de triángulo, añadimos una gota de disolvente, aplicamos un voltaje y esto transfiere los compuestos del sebo al espectrómetro de masas”.

Encontraron “más de 4,000 compuestos únicos, de los cuales 500 son diferentes entre las personas con la enfermedad de Parkinson”, indicó. Con este método, según los científicos, pueden detectarla en tres minutos.

Este procedimiento no invasivo busca replicar lo que hace Milne con su olfato pero con espectrometría de masas, una técnica de detección y análisis.

“Ahora podríamos tomar pruebas de cualquiera de ustedes y en nueve, de diez casos, podríamos distinguir a alguien con la enfermedad de alguien que no la tiene”, reveló Perdita Barran, líder de la investigación, en una charla de 2019.

Es solo el primer paso de un largo proceso para desarrollar una prueba que pueda utilizarse en la vida real”

Melissa Armstrong, PROFESORA DE NEUROLOGÍA

Ese año se calculaba que 8.5 millones de personas vivían con párkinson. Aunque es considerada una enfermedad del envejecimiento, de acuerdo a Barran, “afectará a una en cada 15 personas en el mundo, y de estas, una en cada 20 tienen menos de 45 años”.

Hasta ahora no existe una prueba que la detecte temprano, antes que los temblores y otros síntomas motores aparezcan, pero se considera que el daño empieza cuando estos no son perceptibles.

[¿Existe un detonante de la esclerosis múltiple? Muchos creen que sí, pero expertas aclaran que falta evidencia]

“El objetivo actual y futuro es traducir estos hallazgos en una prueba de utilidad clínica”, detalló un comunicado en la página de la Universidad de Manchester.

“Yo diría que es un área de estudio activa”, explicó a Noticias Telemundo, Melissa Armstrong, profesora de neurología y directora la sede de investigación clínica Mangurian para la demencia de los cuerpos de Lewy de la Universidad de Florida.

Los investigadores en Mánchester usaron la espectrometría de masas para replicar lo que detectaba Joy Milne con su olfato. Foto de archivo. Septiembre de 2017.
Los investigadores en Manchester usaron la espectrometría de masas para replicar lo que detectaba Joy Milne con su olfato. Foto de archivo. Septiembre de 2017. picture alliance / picture alliance via Getty Image

“La investigación lleva mucho tiempo”, aclaró. “Es solo el primer paso de un largo proceso para desarrollar una prueba que pueda utilizarse en la vida real” y en consultas médicas.

Sobre el particular olor del párkinson agregó que “es cierto que algunas familias lo describen y es cierto que hay investigaciones en esta área”.

En cuanto al sebo, esa sustancia aceitosa y amarillenta que se encuentra en la piel, ya se había identificado como posible signo de la enfermedad por el cardiólogo David Krestin que, en 1927, notó que las personas con párkinson sufrían brotes de acné y exceso de sebo.

Krestin publicó sus observaciones creyendo que podrían servir para diagnosticarlo, pero “su trabajo fue ignorado, incluso fue rechazado por la comunidad neurológica”, contó Barran.

El párkinson y el plasma

En 2021 un equipo español de investigadores, del que es parte González, reveló en la revista Nature que, tras analizar el plasma de 78 personas cuyas muestras se habían tomado 15 años atrás, observaron en 39 de ellas —diagnosticadas con párkinson durante ese período— una “marcada reducción en los niveles de varios ácidos grasos libres que se produjo mucho antes de la aparición de los primeros signos de la enfermedad”.

González precisó que estudiaron todos los compuestos en las muestras y buscaron diferencias entre las personas con y sin párkinson.

“Vimos que los dos grupos se separaban perfectamente y encontramos principalmente una marcada reducción en los niveles de varios ácidos grasos libres”, aseguró.

Los ácidos grasos libres son, por ejemplo, el ácido oleico que se encuentra en el aceite de oliva u otros que se hallan en el cuerpo de forma natural o que se adquieren a través de la dieta. Estos son usados para “generar energía y desarrollar tejidos”.

Sus hallazgos coinciden con los de un estudio previo de enero de 2021 en China.

[A los 81 años decidió escalar montañas y recaudar dinero en honor a su esposa que tiene Alzheimer]

González explicó a Noticias Telemundo que, hasta hoy, el párkinson carece de biomarcadores, que son compuestos específicos de una patología. En el caso de la diabetes su biomarcador podría ser la glucosa o azúcar en sangre que, con una prueba simple, revela los niveles hallados en una persona.

“¿Cómo podríamos obtener un análisis sencillo y rápido de estos compuestos? Es una muy buena pregunta y es lo que a nosotros nos gustaría en un futuro: poder trasladar a la clínica y, a lo mejor, poder desarrollar un dispositivo que nos permitiera medir estos ácidos grasos”, apuntó.

Centro de Metabolómica y Bioanálisis (CEMBIO), Universidad CEU San Pablo, España.
Centro de Metabolómica y Bioanálisis (CEMBIO), Universidad CEU San Pablo, España.Cortesía / Carolina González

Ahora, dijo, necesitan validar los resultados de su estudio con un grupo más grande de participantes.

Las muestras de plasma que usaron estaban almacenadas en un biobanco y fueron recogidas de personas que, en su momento, estaban sanas. El Instituto de Investigación Sanitaria Biodonostia les dio seguimiento y notó que, a lo largo de los años, algunas habían desarrollado la enfermedad.

“Yo creo que todavía, por desgracia, nos queda un largo camino por delante”, aclaró.

[¿Por qué le pican los mosquitos y a otras personas no? Un científico aclara si es cierto que es culpa de “la sangre dulce”]

Pese a que la enfermedad es irreversible, la detección temprana podría mejorar la calidad de vida de los pacientes y sus familias, pues podrían acceder a medicamentos y terapias para aliviar los síntomas.

No vamos a encontrar una cura ahora pero detener o aliviar el párkinson será tremendo”

Joy Milne su súper olfato detectó párkinson

“Mi esposo sufrió por la enfermedad por 21 años después de su diagnóstico, pero la tuvo muchos años antes de eso. Quisiera que las personas no sufrieran de la forma que él lo hizo”, dijo Milne a la revista especializada Scientific American. Les, su esposo, murió en 2015.

En otra entrevista contó lo descorazonador que fue ver la evolución de la enfermedad. En las etapas avanzadas las personas pierden el control de su cuerpo y desarrollan problemas cognitivos, entre ellos la demencia.

“Es horrible ver a tu compañero cambiar de esa manera, si conseguimos que la prueba funcione, no llegaremos a esa etapa, porque para cuando se obtiene el diagnóstico 60 a 70% del daño neuronal ya está hecho. No vamos a encontrar una cura ahora pero detener o aliviar el párkinson será tremendo”, aseguró.

Si quiere recibir nuestros artículos de T Verifica o enviarnos temas sobre los que tenga dudas para que los verifiquemos, comuníquese vía WhatsApp haciendo click en este enlace.