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“Sientes que le fallaste a tu hijo”. Hospitalizado un niño de 2 años por tragarse 16 bolas magnéticas

El menor se encuentra en estado grave tras varias cirugías por ingerir ‘buckyballs’. Su madre lanza un mensaje angustiante a otros padres.

Por Wilson Wong – NBC News

Un niño de 2 años tiene que alimentarse a través de una sonda luego de someterse a una cirugía en el Hospital Infantil Arnold Palmer, en Florida, por ingerir 16 bolas magnéticas, conocidas como Buckyballs, según informó su madre a través de una publicación en internet.

Hannah Arrington le dijo a la estación WESH de Orlando que su hijo Konin obtuvo las bolas porque uno de sus hermanos las trajo a casa.

"En el momento en que las tuvo de quien sea que las haya dado, Konin terminó tragándose 16 de esas y no teníamos ni idea", dijo Arrington, "Bajaban directo a su tracto digestivo y, luego, cada vez que encontraba otra en algún lugar de la casa, se la tragaba tambien".

[Extraen 61 bolas magnéticas del intestino de un niño, tenía fuerte dolor de estómago]

Ingerir más de uno de estos poderosos imanes puede conducir a que estos objetos se atraigan unos a otros en los intestinos, perforando la cavidad del abdomen y causar envenenamiento en la sangre.

La Comisión de Seguridad de Productos del Consumidor ha alertado sobre el peligro que representan estos imanes para los niños, al punto de prohibirlos por varios años antes de volver a permitirlos a partir de 2016. 

Entre 2009 y 2018 se registraron 4,500 casos en hospitales de ingesta de estos imanes, según la entidad gubernamental.

Konin Arrington
Radiografía de Konin Arrington, de 2 años, luego de ingerir 16 bolas magnéticas. Hannah Arrington / via WESH

La empresa que fabrica los Buckyballs no respondió este jueves a nuestra solicitud para un comentario. Sin embargo, según su página en internet, sus juguetes magnéticos incluyen, al parecer, una etiqueta de advertencia que lee en parte: “¡Manténgase alejado de todos los niños! No colocarlo en la nariz o la boca. Al ingerirse, los imanes pueden adherirse a los intestinos y causar serios daños o la muerte”.

Arrington mencionó que Konin, tras someterse a múltiples cirugías,  tuvo que regresar al hospital y ahora tiene una sonda con un tubo para alimentarse porque no puede retener los alimentos que ingiere.

En noviembre, un niño de 6 años de Nueva Jersey tuvo que someterse a varias intervenciones luego de ingerir unos juguetes magnéticos que le provocaron ocho agujeros en los intestinos. El mismo mes, un menor de 4 años de Indiana fue internado de emergencia por haberse tragado 27 bolas magnéticas.  

 Y en 2018, los médicos tuvieron que remover parte del colon, el intestino y el apéndice a un niño de 4 años de Wisconsin que se había tragado 13 bolas magnéticas.

Arrington, madre de cinco niños, advierte a otros padres de familia a que revisen lo que sus hijos traen a casa.

“Mi esposo y yo nunca pensamos que tuviéramos que examinar a nuestros hijos cuando llegan a casa después de la escuela”, dijo, “revisen las mochilas de sus hijos y pregúnteles cómo les fue, pero también los bolsillos de sus pantalones o de sus camisas”.

“Te hace sentir que le fallaste a tu hijo”, agregó Arrington.