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Prohibir el aborto no lo impide: por qué preocupa que la Corte Suprema llegue a anular Roe v. Wade

La historia ha demostrado que quienes no desean llevar a término un embarazo, buscan la manera de interrumpirlo, independientemente de las leyes. Al eliminarse el acceso a abortos seguros, se multiplican los clandestinos. Por eso doctores, expertos y activistas protestan en contra de que el fallo tentativo filtrado por Politico se convierta en una realidad.

La filtración del borrador de un fallo tentativo de la Corte Suprema sobre el futuro de Roe v. Wade ha encendido las alarmas de los defensores de los derechos de salud reproductiva, porque aunque se trate de un asunto divisivo que genera protestas a favor y en contra en Estados Unidos, entre los expertos del país y el mundo no hay debate sino unanimidad: los médicos que abogan por el acceso a la salud reproductiva han visto cuáles son las consecuencias de prohibir el aborto y por eso coinciden en lo peligroso que sería revertir este derecho.

Contrario a lo que creen quienes se oponen al procedimiento, las leyes restrictivas no impiden que ocurran. Tampoco hay evidencia de que prohibir el acceso al procedimiento reduzca la tasa de abortos. 

“Tenemos abortos porque tenemos sexo (...) Tanto en la antigüedad como en la actualidad existieron diferentes posturas respecto al aborto, pero eso no impidió que fuera una práctica regular”, asegura el médico obstetra Mario Sebastiani en su libro Aborto legal y seguro, donde ofrece una visión histórica para explicar que siempre ha habido abortos y que siempre seguirán ocurriendo si la persona gestante decide que no quiere que su embarazo llegue a término, independientemente de las leyes.

En el siglo XX, escribe Sebastiani, “los médicos comenzaron a percibir que la criminalización del aborto no tenía consecuencias en la cantidad de interrupciones realizadas y que, en cambio, lo que aumentaba significativamente era el número de enfermedades y muertes, con consecuencias catastróficas para la salud pública”. Y recalca: “En los países donde el aborto es ilegal, la tasa de mortalidad de mujeres en edad reproductiva es más alta que en los países donde es legal”. 

Efecto desproporcionado en los más pobres

Cuando el aborto es ilegal, deja de ser seguro. En países como El Salvador, donde el procedimiento está totalmente prohibido, incluso en casos de violación, incesto o hasta de un embarazo ectópico, “se registran muertes todos los días como consecuencias de abortos clandestinos”, explica en su libro titulado Her Body, Our Laws la especialista en leyes Michelle Oberman, quien lleva años recolectando historias de mujeres sobre sus “secretos más oscuros”.

“No son las hijas de la élite, a quienes el dinero las ayuda a encontrar formas privadas y seguras para acabar con los embarazos que no desean. Son las mujeres que viven lejos de las ciudades, con pisos de tierra y sin agua. Son ellas las que siguen usando ganchos de ropa en la era de internet porque no pueden costear pastillas para abortar vía online”, asegura Oberman en la misma publicación.

Protesta en Nueva York
Miles de manifestantes salieron este martes a protestar en distintas ciudades de Estados Unidos. En la imagen se lee: "Nunca más, mantengan legal el aborto", acompañado de un gancho de ropa, utilizado en los abortos clandestinos.Anadolu Agency / Anadolu Agency via Getty Images

Pese a que el aborto sigue siendo legal en Estados Unidos, los efectos descritos por la investigadora ya se observan en aquellos estados como Texas, que han aprobado múltiples restricciones y que en la práctica ya complican el acceso a un procedimiento. Ha habido reportes de cómo las más pobres deben inventar maneras de viajar a otros estados para acceder a un aborto seguro y cómo las minorías de menos recursos son las que se ven más impactadas por estas prohibiciones.

[Texas aprueba nueva y dura ley que restringe el aborto después de las seis semanas]

Si se llegara a confirmar la decisión de la Corte Suprema, "los latinos se verían impactados de manera desproporcionada, al igual que las personas de bajos recursos y los pertenecientes a la comunidad LGBTQ, al imponer riesgos graves a su salud y convertirse en un precedente peligros para otras protecciones civiles", reaccionó este martes la Hispanic Federation en un comunicado.

Defendiendo el derecho a decidir sobre sus cuerpos

“La Corte Suprema no tiene nada que ver con mi cuerpo y mis decisiones y quiero que mi hija nacida en este país tenga ese mismo derecho”, dijo a Noticias Telemundo la periodista María Hinojosa, entrevistada este martes por la reportera Lourdes Hurtado.

Hinojosa ha compartido públicamente que se practicó dos abortos mientras estudiaba en la universidad: "Soy madre orgullosa de dos adultos, he estado casada por 30 años. Tuve dos abortos en la universidad tras embarazarme sin planearlo mientras usaba pastillas anticonceptivas. No estoy avergonzada, no hay nada de qué avergonzarme. Este es mi derecho. Mi vida. Todas las mujeres merecen lo mismo", escribió en un tuit en septiembre de 2021.

Pese a la oposición de médicos y activistas de salud reproductiva, es un hecho que las restricciones al aborto ya se han multiplicado en el país. Oklahoma, por ejemplo, aprobó este martes una legislación que prohíbe el procedimiento a las seis semanas, cuando muchas personas gestantes ni siquiera saben que están embarazadas.

Expertos en el tema ya han imaginado cómo sería Estados Unidos si se anula el fallo de Roe v. Wade. La reportera y escritora Robin Marty de hecho tiene un libro titulado Handbook for a Post-Roe America (Guía para un Estados Unidos despúes de Roe), en el que explica cuáles estados seguirían manteniendo el derecho si eso pasara.

El escenario también es planteado por Oberman en su publicación Her Body Our Laws donde concluye: "Convertir el aborto en un crimen es en verdad más una pregunta que una respuesta. Si el aborto es un crimen, ¿quiénes son los criminales? (...) Las consecuencias son tan alarmantes como predecibles".