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¿Por qué la escasez de medicamentos para el TDAH se agrava y cuándo terminará?

Ni los fabricantes de medicamentos ni la DEA previeron un fuerte aumento de los diagnósticos de TDAH durante la pandemia. Estos son los motivos.

Por Caroline Hopkins - NBC News

A medida que la escasez de Adderall en todo el país entra en su quinto mes, las personas que dependen de la medicación para controlar el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) encuentran pocas alternativas, por no decir ninguna. Los expertos farmacéuticos afirman que aún no hay señales de alivio ni una solución fácil al problema.

La escasez generalizada también ha afectado a las alternativas al Adderall. 

En enero, la Sociedad Americana de Farmacéuticos del Sistema de Salud (ASHP, por su sigla en inglés), que realiza un seguimiento de la disponibilidad de medicamentos, informó de la escasez de casi 40 dosis o formulaciones diferentes de Concerta genérico, una forma de acción prolongada de metilfenidato, el fármaco de Ritalin.

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Takeda Pharmaceuticals, que fabrica Vyvanse, también conocido como lisdexanfetamina, su genérico, dice que no hay escasez de ese medicamento, pero según docenas de farmacias contactadas por NBC News, cadena hermana de Noticias Telemundo, Vyvanse ha estado en reserva intermitente durante meses.

Michael Ganio, director senior de práctica farmacéutica y calidad en ASHP, dijo que un aumento inesperado en la demanda era más culpable que el equipo de fabricación o problemas de calidad de los medicamentos. 

“Toda nuestra infraestructura de escasez de medicamentos, y todo lo que tenemos en marcha en este país para mitigar el impacto de la escasez se basa en posibles interrupciones en el suministro”, dijo Ganio. “Ha sido muy inusual tener un desabastecimiento basado en el aumento de la demanda”, añadió.

En los últimos años, las prescripciones de medicamentos para el TDAH han aumentado más de lo que preveían las compañías farmacéuticas o las agencias gubernamentales. Según la empresa de datos sanitarios Trilliant Health, las recetas de Adderall para adultos aumentaron un 15.1% durante 2020, el doble que el 7.4% del año anterior.

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En octubre, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por su sigla en inglés) anunció una escasez nacional de Adderall, citando “continuos retrasos intermitentes en la fabricación".

La doctora Sarah Cheyette empezó a cambiar a sus pacientes a medicamentos alternativos para el TDAH, como Focalin, Vyvanse, Concerta y Ritalin, cuando se enteró de que las farmacias se habían quedado sin Adderall a finales del año pasado. Los fármacos alternativos no siempre funcionaron, pero para muchos pacientes, cambiar de receta tenía más sentido que prescindir por completo de la medicación para el TDAH. 

“Hay un desbordamiento de las personas que no podían conseguir Adderall y han recurrido a otros fármacos”, dijo Cheyette, un neurólogo pediátrico que trata a niños y adultos que tienen TDAH en la Fundación Médica de Palo Alto. “Y la cosa no hace más que empeorar”.

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Algunas compañías farmacéuticas dicen ahora que los problemas de suministro podrían durar hasta bien entrada la primavera. Alvogen, que fabrica Adderall genérico, espera que su escasez dure hasta mediados de abril, según la base de datos de la FDA.

Teva Pharmaceuticals, el mayor proveedor de Adderall del país, informa de que los problemas con algunas de sus dosis de Adderall, en particular las versiones de marca más caras de sus comprimidos de acción rápida, ya se han resuelto, pero indica que las fechas de recuperación de otras son TBD (por determinar).  

Fabricar más “no es tan fácil como apretar un interruptor"

La mayoría de los medicamentos para el TDAH pertenecen a una clase de sustancias controladas llamadas estimulantes del sistema nervioso central. Dado que estos medicamentos tienen un historial bien documentado de abuso y adicción, la FDA y la DEA limitan el número de pastillas que una farmacia puede dispensar a la vez y la frecuencia con la que los pacientes pueden renovar sus recetas. La DEA también limita cada año los principios activos que las empresas farmacéuticas utilizan para fabricar estos medicamentos. 

“La DEA interviene si algún fabricante intenta aumentar la producción”, explica Ganio. La DEA calcula qué cantidad de un determinado principio activo se necesita para satisfacer la demanda y, a continuación, asigna esa cantidad exacta. El problema, según Ganio, es cómo la DEA utiliza los datos históricos -es decir, el número de recetas de años anteriores- para fijar estas cantidades.

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Las previsiones de demanda basadas en datos históricos no pudieron predecir el fuerte aumento de diagnósticos de TDAH durante la pandemia, según Ganio. Ahora hay un desajuste entre las cuotas de la DEA y el número de recetas.  

Las cuotas han sido problemáticas para empresas como Sandoz, propiedad de Novartis, que fabrica Adderall y Concerta genéricos. 

“Desde mediados de 2022, nos dimos cuenta de que cuando un cliente nos pedía más de lo previsto, no podíamos satisfacer esos pedidos”, señaló Leslie Pott, portavoz de Sandoz, a NBC News en un correo electrónico. “Solicitamos a la DEA un aumento del volumen, con algunas peticiones aceptadas y otras denegadas”. Según Pott, estos clientes van desde hospitales e instituciones hasta farmacias minoristas, farmacias especializadas y mayoristas.

Ganio dijo que la DEA suele estar dispuesta a aumentar las cuotas si hay una demanda legítima de los pacientes. Pero es difícil medir un aumento de la demanda mientras se está produciendo. No existe un sistema coordinado en tiempo real para el seguimiento de los diagnósticos de TDAH a nivel nacional, como lo hay para el coronavirus o la gripe. 

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“Fabricar más fármacos no es tan fácil como darle a un interruptor”, afirma Ganio. “La FDA y la DEA ven más demanda, pero ¿cuánta más?”, se preguntó.

El COVID-19, las redes sociales y la telesalud impulsan la demanda

Los médicos tampoco pueden citar cifras exactas, pero muchos dicen que han notado un claro aumento de pacientes que buscan tratamiento para el TDAH desde que empezó la pandemia.

“Como en muchas crisis, se juntaron muchos factores para crear una tormenta perfecta”, dijo Cheyette, que ella misma vio a muchos más pacientes por TDAH recientemente que en los años anteriores a la pandemia. “Esto no tiene precedentes”.

A medida que la gente empezó a trabajar desde casa o a ayudar a los niños con la escuela virtual, empezaron a reconocer los síntomas del TDAH, dijo el doctor Max Wiznitzer, neurólogo pediátrico del Hospital Rainbow Babies and Children’s de los Hospitales Universitarios y de la Universidad Case Western Reserve de Cleveland. Esto era especialmente cierto en el caso de las mujeres adultas. 

“De repente, los padres veían que sus hijos tenían dificultades para mantener la concentración, y nosotros identificábamos a más niños sintomáticos que necesitaban intervención”, explica Wiznitzer. “Los padres de mis pacientes han preguntado más a menudo por el TDAH”. Desde que empezó la pandemia, Wiznitzer dijo que ha estado recetando medicación para el TDAH a más adultos. 

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Ashley Gandy, de 39 años, que vive en Carrollton, Texas, toma Vyvanse para su TDAH, una receta que obtuvo a través de un médico de telesalud. Su hijo de 6 años toma Concerta, que le receta su pediatra. En otoño, Gandy estuvo varias semanas sin recibir Vyvanse, y ahora su farmacia habitual no tiene Concerta para su hijo. 

“La persona de CVS me dijo que hacía un mes que no tenían y que no esperaban tenerlo pronto”, explica.

¿Cuándo terminará la escasez de Adderall?

A finales de diciembre, la diputada Abigail Spanberger, cuyo distrito en el Congreso de Virginia abarca Fredericksburg y otras ciudades de la región noreste del estado, escribió una carta en la que solicitaba a la FDA y a la DEA que coordinaran una respuesta federal a la escasez. La rama de defensa de la ASHP también ha estado presionando al Gobierno para mejorar la forma en que aborda las cuestiones de la oferta y la demanda de medicamentos.

La escasez de medicamentos para el TDAH también ha puesto en alerta a los expertos en adicciones.

Según el doctor Eric Kutscher, especialista en medicina de la adicción de la Facultad de Medicina Grossman de la NYU, la misma razón por la que estos fármacos son sustancias controladas en primer lugar -su potencial de abuso- le hace temer que la escasez continúe.

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Sin acceso a los estimulantes con receta, Kutscher dijo que las personas con trastornos por consumo de sustancias podrían “recurrir a un suministro de drogas que es más peligroso que nunca.” Ya se han registrado muertes por Adderall falsificado mezclado con fentanilo.

“Tenemos un suministro seguro limitado, y un suministro disponible muy peligroso que podría hacer daño a mucha gente”, dijo Kutscher. “Desde el punto de vista de la salud pública, esto es una emergencia”, aseguró.

Una solución rápida es poco probable, reconocen los expertos.

Desde la perspectiva de Ganio, abordar la escasez de fármacos para el TDAH va a requerir mucha más transparencia por parte de las compañías farmacéuticas y sistemas mejores y coordinados para prever la demanda de medicamentos.

A Cheyette le preocupa que la solución no llegue pronto.  

“No se trata de peluches Beanie Babies [de los que hubo escasez y fiebre por conseguirlos en la década de los 90] que la gente no pueda encontrar. Son medicamentos de los que la gente depende para funcionar”, recordó.