IE 11 is not supported. For an optimal experience visit our site on another browser.

Los médicos piden que se suavicen las leyes que castigan el consumo de drogas durante el embarazo: "No podía dejarlo"

Las sobredosis son una de las principales causas de muerte evitable entre las mujeres embarazadas y puérperas, pero el temor a las leyes contra el maltrato infantil les impide buscar ayuda.

Por Erika Edwards - NBC News

Brandi Williams llevaba dos días seguidos sin dormir fumando crack cuando se dio cuenta de que se iba a poner de parto.

Era una fría mañana de Tennessee en diciembre de 2014, y Williams tuvo que recomponerse para llegar a un hospital. Pidió prestado un auto a un amigo cuyo consumo excesivo de alcohol le obligaba a tener un alcoholímetro conectado al arranque del vehículo. 

“Estaba de parto, conduciendo y sentía la cabeza del bebé justo ahí”, recuerda Williams. “Y tenía que soplar en esta maldita máquina o el auto se apagaría”, añadió.

[¿Cuán peligroso debe ser un embarazo para ponerle fin de manera legal?]

Llegó al hospital a tiempo. Mientras cruzaba las puertas para dar a luz a su hija, Williams hizo un último preparativo antes del parto: tiró su pipa de crack a una papelera.

Brandi Williams, en una foto de 2021: "Si yo puedo salir de algo así, todo el mundo".
Brandi Williams, en una foto de 2021: "Si yo puedo salir de algo así, todo el mundo".Cortesía de Brandi Williams

Bajo la cruda honestidad de Williams se esconde una capa de triste humildad. “Me avergonzaba seguir drogándome estando embarazada. Me avergonzaba porque no podía dejarlo”, explicó.

Los tratamientos para la drogadicción durante el embarazo son seguros tanto para la madre como para el bebé, afirman los médicos. La metadona y la buprenorfina, por ejemplo, pueden reducir el deseo de consumir y ayudar a las embarazadas a llevar la gestación a término, sin efectos duraderos en el bebé.

Pero la vergüenza y el estigma, los mismos que sintió Brandi Williams, impiden a muchas embarazadas buscar ayuda.

Sin embargo, un factor disuasorio mayor es el miedo atroz a que las autoridades estatales se lleven a sus hijos. Algunos estados, basándose en su interpretación de una ley federal, consideran el consumo de sustancias durante el embarazo como un abuso infantil tan atroz que merece un proceso penal. 

[Los republicanos de Carolina del Norte anulan el veto del gobernador a la ley que prohíbe el aborto desde la semana 12 del embarazo]

Por eso, un número cada vez mayor de expertos -entre ellos especialistas maternofetales, funcionarios federales de sanidad y personas que tratan la adicción- piden que se modifiquen las leyes.

“Deberíamos eliminar la criminalización de las mujeres que están embarazadas y toman drogas”, dijo en una entrevista la doctora Nora Volkow, directora del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA, en inglés). “Eso tiene que acabar”, afirmó.

El trastorno por consumo de sustancias “no diagnostica la capacidad de nadie para ser padre”, señaló la doctora Hendrée Jones, directora ejecutiva del Programa Horizons de la Universidad de Carolina del Norte, un programa integral de tratamiento de drogas para cualquier persona con capacidad para dar a luz a un hijo.

“Tengo a una mujer que se prepara para dar a luz y está aterrorizada de que, de algún modo, vayan a encontrar drogas en su organismo y llamen a los Servicios de Protección de Menores y le arrebaten a su bebé”, explicó Jones.

Un estudio publicado este miércoles en la revista Maternal and Child Health Journal, en el que participaron 26 mujeres embarazadas de Massachusetts, reveló que la decisión de tomar o no medicamentos contra la adicción “estaba totalmente ligada a lo que ocurriera con respecto a la denuncia obligatoria a los Servicios de Protección de Menores en el momento del parto”, afirmó la doctora Davida Schiff, autora de la investigación y especialista en medicina de la adicción del Hospital General de Massachusetts, en Boston. 

[Por qué la ley de Florida que prohíbe el aborto luego de las seis semanas golpeará más a personas latinas y negras]

Las mujeres del estudio sintieron “ansiedad y estrés intensos” ante la amenaza de que las denunciaran a los SPI.

“Esto ha llevado a muchas mujeres a decidir no empezar a tomar medicación vital durante el embarazo o a dejar de tomar esa medicación y arriesgarse a tener malos resultados para ellas y sus bebés”, advirtió Schiff. 

Los efectos no se limitan a Massachusetts. 

“En todo el país, estamos viendo una tendencia general hacia políticas más punitivas, y esas son las políticas que consideran el consumo de sustancias durante el embarazo como abuso o negligencia infantil”, aseguró Laura Faherty, investigadora de políticas en la Corporación RAND.

Las peticiones de cambio son urgentes.

La tasa de mujeres con diagnósticos relacionados con opioides en el momento del parto aumentó un 131% de 2010 a 2017, según un estudio de 2019. La investigación está en curso, aunque los expertos en adicciones esperan otro aumento significativo de la tasa después de 2017.

Y la causa número uno de muerte prevenible entre las mujeres embarazadas y posparto no está relacionada con el embarazo en absoluto. Es la sobredosis de drogas, según Volkow del NIDA. 

“Sabemos que la mortalidad por sobredosis es mayor en las mujeres embarazadas que en las mujeres de la misma edad que no están embarazadas”, señaló Volkow. “Esto es extraordinariamente importante porque nos está diciendo que hay algo que hace que estas mujeres embarazadas sean más vulnerables”, agregó.

[Da a luz mujer de Florida obligada a embarazo de bebé que doctores sabían moriría pues no tenía riñones]

Según un estudio publicado el año pasado, el número de mujeres embarazadas y madres recientes que murieron por sobredosis de drogas alcanzó un máximo histórico en 2020: 11.85 por cada 100,000, frente a 6.56 por cada 100,000 en 2017.

La “personalidad fetal” y el consumo de sustancias

En 1974, el Congreso aprobó la Ley de Prevención y Tratamiento del Maltrato Infantil, conocida como CAPTA. En ella se exige a los estados que dispongan de un plan para abordar y responder al maltrato y abandono infantil. 

La ley se ha revisado con el tiempo, y ahora incluye una disposición que sugiere que el maltrato infantil puede incluir a los bebés nacidos afectados por la abstinencia de drogas.

Corresponde a cada estado determinar cómo interpretar la CAPTA.

Veinticinco estados y Washington D.C. consideran que el abuso de sustancias durante el embarazo es maltrato infantil, según el Guttmacher Institute, grupo de investigación sobre salud y política reproductiva. Esos estados exigen a los profesionales sanitarios que informen a las autoridades de cualquier sospecha de consumo prenatal de drogas. 

Pero los medicamentos recetados por los médicos que las embarazadas utilizan para contrarrestar la adicción, como la metadona o la suboxona, pueden aparecer temporalmente en los recién nacidos sin efectos duraderos para la salud, según los médicos. 

“Sabemos que los medicamentos para el trastorno por consumo de opiáceos disminuyen el riesgo de muertes por sobredosis. También mejoran los resultados del embarazo. Aumentan las probabilidades de que los bebés” nazcan a término, según el doctor Stephen Patrick, neonatólogo y director del Centro Vanderbilt de Políticas de Salud Infantil en Nashville. 

[Mueren 200 personas y desaparecen 600 de una secta en la que su líder les ordenó que se mataran para reunirse con Jesús]

Las comunidades locales e incluso los hospitales pueden interpretar la ley de forma diferente, lo que deja a muchas mujeres embarazadas y a sus médicos sin saber cómo cumplirla, si es que lo hacen.

De hecho, a un número creciente de expertos les preocupa que la CAPTA y sus interpretaciones estatales hayan ido demasiado lejos en lo que se refiere a la definición de “abuso” in utero.

“Puede que la intención de la ley no haya sido punitiva, pero la forma en que se aplica en una comunidad concreta o en una oficina de bienestar infantil concreta a veces puede parecer punitiva”, señaló la doctora Marian Jarlenski, directora asociada del Centro de Investigación Innovadora sobre Igualdad de Género y Salud del Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh.

“Es probable que esto se complique mucho más a medida que los estados vayan prohibiendo o penalizando la atención al aborto. Estamos entrando en una situación de ‘persona fetal”, opinó Jarlenski. 

Otros afirman que el enfoque penal del consumo de sustancias durante el embarazo es erróneo.

“¿Cuál es el problema que intentamos resolver? Trato muchas más complicaciones por diabetes no tratada en la UCIN que por trastorno por consumo de opiáceos”, aseveró.

[Un comité de la FDA recomienda vacunar a las embarazadas para prevenir el virus respiratorio sincitial en los lactantes]

“Imagínese que nos acercáramos a alguien con diabetes no controlada y le dijéramos: ‘Escuche, si su bebé nace pesando 12 libras porque tiene diabetes no controlada, es posible que afecte al bienestar del lactante”, dijo Patrick. “Eso parece una locura”, añadió.

Embarazadas sin ayuda

El consumo de sustancias legales e ilegales se ha disparado en las últimas décadas, por lo que no debe sorprender que muchas mujeres ya estén bebiendo alcohol o consumiendo drogas, como opiáceos, cuando se quedan embarazadas.

Sin embargo, los recursos para ayudar a estas mujeres que se quedan embarazadas pueden ser difíciles de encontrar. 

“Los especialistas en adicciones pueden ser algo reacios o dudar a la hora de tratar a las embarazadas”, explicó la doctora Jeannie Kelly, directora médica de transporte materno-fetal de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, en St. Louis. “Puede ser un grupo de pacientes desalentador de tratar porque te preocupa qué tratamientos son seguros durante el embarazo", señaló.

[La corte de apelaciones se muestra escéptica a mantener el libre acceso a la píldora abortiva mifepristona]

“Por otro lado, los obstetras tradicionalmente no están muy bien formados en la atención a las adicciones”, dijo Kelly. 

Nos encontramos ante una “tormenta perfecta que deja a las pacientes sin nadie que se sienta cómodo atendiéndolas”, afirmó. 

Un camino hacia la sobriedad

Aquel día de 2014, Brandi Williams sabía que no podría llevar a su hija recién nacida a casa en un entorno peligroso en el que, según Williams, ni siquiera podía cuidar de sí misma. Dio a la bebé en adopción, pero se mantiene en contacto con la familia que la ha criado.

La niña no sufrió secuelas a largo plazo. “Es muy lista”, dice Williams con orgullo.  

[La marihuana legal es más potente que nunca, pero todavía no está bien regulada]

Williams, que ahora tiene 40 años, permanece sobria desde 2021 y lo consiguió con la ayuda de la suboxona. Sigue tomando la droga porque “es mejor que clavarme una aguja en el brazo”.

Williams tiene un trabajo estable y está cursando una licenciatura en psicología para poder algún día ofrecer asesoramiento sobre el consumo de sustancias a otras personas que lo necesiten. 

“Si yo puedo salir de algo así, todo el mundo puede salir”, afirma Williams. “Sólo tienes que desearlo lo suficiente”.