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Los latinos temen y desconfían de la vacuna del COVID-19. Así intentan convencerlos

Las campañas de vacunación tienen que incluir a líderes que se ganen la confianza de los hispanos e inmigrantes. Lo contamos lo que se prepara.
/ Source: Telemundo

WASHINGTON D.C.— El temor de muchos hispanos a vacunarse contra el coronavirus afectará el futuro éxito de campañas de vacunación, por lo que las autoridades médicas elaboran estrategias junto a grupos comunitarios para persuadirlos de que las vacunas son seguras y salvan vidas.

“La verdad es que yo no confío en esa vacuna; primero, la desarrollaron a toda prisa y quién sabe qué pase después; y segundo, las farmacéuticas solo quieren hacer dinero”, dijo Carlos Caro, de 23 años, nacido en Estados Unidos de padres mexicanos.

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El recelo sobre la eficacia y seguridad de la vacuna a largo plazo es más agudo entre inmigrantes indocumentados, que temen además quedar expuestos a la deportación si comparten sus datos personales, según observadores.

Expertos consultados hoy por Noticias Telemundo coincidieron en la urgencia de desarrollar campañas de educación pública que atiendan los mitos, dudas y temores de las minorías e inmigrantes que, por lo demás, figuran entre los grupos más golpeados por la pandemia del COVID-19.

“Desde luego que a la gente le preocupa si se apresuró el desarrollo y las pruebas de la vacuna, pero acá lo único que se agilizó fue el eliminar las trabas burocráticas, no la evaluación o pruebas de la vacuna”, dijo Melanie Swift, investigadora de la prestigiosa Clínica Mayo y miembro del equipo al frente de los esfuerzos de vacunación masiva en Estados Unidos.

Swift agregó que, aunque entiende el temor a la vacuna, a los inmigrantes debería preocuparles más el contraer el COVID-19, terminar en un hospital o contagiar a familiares vulnerables.  

“Las vacunas funcionan porque le enseñan al cuerpo a desarrollar defensas, no se quedan en tu cuerpo para siempre”, explicó.

  

Una de las “grandes prioridades” de la Clínica Mayo y sus socios comunitarios es acercarse a los inmigrantes, refugiados, indigentes y personas sin acceso a cuidado médico, “para que se sientan cómodos, hagan preguntas, y podamos eliminar barreras a la vacunación”, enfatizó.

Según Swift, es fundamental que la comunidad médica tenga el respaldo de líderes que generen confianza del público, para difundir mensajes de vacunación en millones de hogares.

En junio, una coalición de más de 30 organizaciones, entre éstas la Clínica Mayo, lanzó una campaña nacional para alentar la donación de plasma de  pacientes curados del COVID-19 y así mejorar los tratamientos contra la enfermedad.

Eso se debe a que el plasma contiene anticuerpos que pueden ayudar a que otros infectados puedan vencer la enfermedad con menos estragos.

Esa campaña, que incluyó anuncios y videos en las redes sociales, contó con numerosas celebridades de Hollywood, como Samuel L. Jackson y Helen Mirren, y astros del mundo de los deportes.

“Yo apuesto por la ciencia, y es preferible el posible riesgo de los efectos a largo plazo de la vacuna, que los del virus. Una cosa es la protección del individuo y otra la de la sociedad, y allí es donde tenemos que acercarnos al 70% de la población”, dijo Jim Witte, director del Instituto para Investigación sobre Inmigración de la Universidad de George Mason.

Para Witte, una estrategia integral para la vacunación debe generar confianza en la ciencia, atender los temores de los inmigrantes, en particular de los indocumentados, y apoyarse en figuras de alto nivel, celebridades, deportistas, y demás líderes respetados en sus comunidades.

El otro gran reto, continuó, es contrarrestar las campañas de desinformación con datos sobre la eficacia y beneficio de la vacuna, difundidos por "campeones de la comunidad", celebridades, profesionales de salud, y clínicas de salud.

El año pasado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió de que la renuencia o rechazo a vacunarse figuró entre las 10 preocupaciones globales más apremiantes para la salud pública global.

Eso se debe a que, aunque parezca una decisión meramente personal, las consecuencias pueden tener un impacto global: las vacunas, según la OMS, evitan entre dos millones y tres millones de muertes al año, y la cifra puede ser mayor si se mejoran las campañas de vacunación mundiales.

Entre 2016 y 2019, por ejemplo, se dispararon los casos de sarampión en más de un 200% a nivel global, en parte por el recelo a la vacuna, incluso en países donde la enfermedad estaba a punto de ser erradicada, según datos de Unicef.

Desconfianza y renuencia

En la actualidad, las vacunas contra el coronavirus aguardan revisión de la Administración federal de Fármacos y Alimentos para uso de emergencia.

Según un estudio del Centro de Investigación Pew, divulgado ayer, jueves, el 60% de los estadounidenses “definitivamente” apoyaría recibir la vacuna, en comparación con el 72% que dijo lo mismo en mayo pasado, cuando no había visos de una vacuna.  

Sin embargo, el 39% dijo que “probable o definitivamente” no se la pondría. De entre éstos, el 53% tampoco se dejaría vacunar aún si otros se la ponen y hay más información disponible.

La tarea de convencimiento no será fácil, a juzgar por la baja tasa de vacunación contra la gripe en varios estados del país en 2019, según un estudio divulgado este jueves por el Commonwealth Fund.

Aunque el COVID-19 es más contagioso y mortífero que la gripe, el estudio destacó que la tasa de vacunación contra la gripe en 2019 se quedó corto y muy por debajo del umbral del 70% que las autoridades consideran necesario para conseguir la llamada “inmunidad de rebaño”, es decir, colectiva.

Lo mismo ocurrió durante la pandemia de la gripe H1N1 en el ciclo de 2009 y 2010.

“Las tasas de vacunación para ambos tipos de gripe fueron bajas en muchos estados con altos porcentajes de poblaciones negra, latina y nativo-americana y que ahora tienen altos números de casos de COVID-19”, dijo el Commonwealth Fund.

[¿Quiénes recibirán primero la vacuna contra el COVID-19?]

Ese estudio además dejó plasmado el perenne problema de las desigualdades raciales en las tasas de vacunación.

En el caso de la vacuna contra la gripe, casi todos los estados registraron una brecha entre los blancos y los latinos, que de por sí afrontan mayores barreras para obtener seguro médico y acceso a cuidado médico. En general, 17 estados registraron brechas de al menos 15 puntos porcentuales entre los blancos e hispanos, y la brecha fue de al menos 20 puntos en seis de esos estados.

Aunque los gobiernos estatales guiarán los esfuerzos locales en la vacuna contra el COVID-19, estos datos dejan en claro que la clave de su éxito dependerá también del papel que juegue el gobierno federal, dijo el Commonwealth Fund.