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Lociones, champús y otros productos de limpieza comunes contienen sustancias tóxicas, según estudio

Al menos 100 artículos usados en el hogar y por trabajadores de limpieza contienen sustancias cancerígenas y tóxicas, según revela una investigación que alerta que los consumidores no conocen los ingredientes a los que se exponen.

Por Robin Dodson, Megan R. Schwarzman y Ruthann Rudel - The Conversation

Los productos de consumo liberaron en 2020 más de 5,000 sustancias químicas –que provocan cáncer, afectan negativamente el funcionamiento sexual y fertilidad en adultos o dañan a fetos en desarrollo– dentro de hogares y lugares de trabajo en California, revela un estudio que acabamos de publicar.

Muchos productos comunes, como champús, lociones corporales, artículos de limpieza y naftalina, liberan compuestos orgánicos volátiles (COV) tóxicos en el aire dentro de un espacio. Los identificamos en productos muy usados por trabajadores, como líquidos de limpieza, adhesivos, removedores de pintura y esmaltes de uñas. Sin embargo, la falta de leyes que regulen la divulgación de los ingredientes provoca que ni consumidores ni empleados sepan qué contienen los productos que utilizan.

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Para este estudio analizamos los datos de la Junta de Recursos Atmosféricos de California (CARB, por sus siglas en inglés), que rastrea los COV liberados por productos de consumo para tratar de reducir el smog. La agencia encuesta periódicamente a empresas que venden productos en California, recopilando información sobre las concentraciones de COV presentes en todo tipo de artículos, desde fijadores para el pelo hasta líquidos para limpiar el parabrisas.

Las personas podrían estar expuestas a muchas sustancias químicas peligrosas combinadas al usar productos diferentes.
Las personas podrían estar expuestas a muchas sustancias químicas peligrosas combinadas al usar productos diferentes.FangXiaNuo / Getty Images/iStockphoto

Los datos recientes se cruzaron con una lista de sustancias químicas cancerígenas o tóxicas para la reproducción o el desarrollo, de acuerdo a la Propuesta 65 o Ley de Derecho a Saber de California. Esta medida, promulgada en 1986, obliga a las empresas a notificar a los californianos la exposición significativa a sustancias que se conoce que provocan cáncer, malformaciones congénitas u otros daños reproductivos. 

Encontramos 33 COV tóxicos en productos de consumo. Más de 100 artículos estudiados por la CARB contienen COV que aparecen en la lista de la Propuesta 65.

De ellos, identificamos 30 tipos de productos y 11 sustancias químicas que consideramos de alta prioridad para ser reformulados con alternativas más seguras o que urgen ser regulados debido a la alta toxicidad de sustancias químicas y uso generalizado.

¿Por qué es importante?

Nuestro estudio identifica artículos de consumo que contienen cancerígenos y sustancias tóxicas para la reproducción y el desarrollo, y cuyo uso es generalizado en el hogar o lugares de trabajo pero que los consumidores tienen poca información sobre sus ingredientes.

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También descubrimos que las personas podrían estar expuestas a muchas sustancias químicas peligrosas combinadas al usar productos diferentes que contienen varias sustancias químicas perjudiciales para la salud. Por ejemplo, los conserjes pueden recurrir a una combinación de productos como desengrasantes, detergentes y otros artículos de limpieza, lo que les expone a más de 20 COV diferentes de la lista de la Propuesta 65.

También hay personas que se exponen a la misma sustancia química a través de varias fuentes. El metanol, tóxico para el desarrollo, se encontró en 58 categorías de productos. La dietanolamina, una sustancia química empleada en productos como champús cremosos o espumosos, aparecía en 40 categorías de artículos diferentes. Canadá y la Unión Europea prohíben su uso en cosméticos porque puede reaccionar con otros ingredientes y formar sustancias químicas cancerígenas.

La N-metil-2-pirrolidona y el etilenglicol, incluidos en la Propuesta 65 porque son tóxicos para la reproducción o el desarrollo, aparecían en productos de cuidado personal, de limpieza y materiales de manualidades utilizados por niños o mujeres embarazadas.

Nuestros hallazgos podrían ayudar a agencias estatales y federales a reforzar la normativa sobre sustancias químicas. Identificamos cinco –cumeno, 1,3-dicloropropeno, dietanolamina, óxido de etileno y estireno– como prioritarias para la evaluación y gestión de riesgos en el marco de la Ley de Control de Sustancias Tóxicas por parte de la Agencia de Protección del Medio Ambiente de Estados Unidos.

Lo que aún no sabemos

Nuestro análisis de datos de la CARB no ofrece un panorama completo porque muchas sustancias químicas tóxicas, como el plomo, los PFAS y el bisfenol A (BPA), no tienen que notificarse a la Junta de Recursos Atmosféricos al no ser volátiles, es decir, no pasan fácilmente de líquido a gas a temperatura ambiente.

Además, no pudimos identificar los artículos específicos que nos preocupaban porque la agencia agrega datos sobre categorías generales de productos.

¿Qué otras investigaciones se están realizando?

Los estudios han demostrado que las mujeres suelen usar más productos cosméticos, de cuidado personal y de limpieza que los hombres, por lo que podrían estar más expuestas a las sustancias químicas nocivas de estas categorías. Aquellas que trabajan en entornos como salones de manicura resultan afectadas por los artículos utilizados, tanto en su ámbito personal, como profesional.

Al menos 100 artículos usados en el hogar y por trabajadores de limpieza contienen cancerígenos y sustancias tóxicas.
Al menos 100 artículos usados en el hogar y por trabajadores de limpieza contienen cancerígenos y sustancias tóxicas.Dusan Sapic / Getty Images/iStockphoto

La investigación de nuestro equipo también demuestra que el uso de productos varía según la raza y la etnia, en parte debido a los estándares de belleza racializados. Las políticas de intervención podrían adaptarse para priorizar a estos grupos potencialmente más expuestos.

Por último, una ley como la Propuesta 65 llega hasta cierto punto en la lucha contra éstas sustancias tóxicas. En otras investigaciones hemos encontrado que algunos fabricantes prefieren reformular sus artículos para evitar las sustancias incluidas en la norma, en lugar de advertir a los consumidores sobre los ingredientes tóxicos.

La Propuesta 65 no prohíbe ni restringe ninguna sustancia química y no exige a los fabricantes que elijan sustitutos más seguros. Nuestro análisis apunta a la necesidad de una acción nacional que garantice que tanto consumidores como trabajadores tengan productos más seguros.