Por Mike Stobbe - The Associated Press
La temporada de influenza en Estados Unidos sigue empeorando.
Funcionarios federales de salud dijeron este viernes que el 7.5% de las visitas médicas de la semana pasada se debieron a la gripe o enfermedades similares. Esa cifra igual el récord del invierno de 2017 y 2018 y es más alta que cualquier otro año desde entonces.
La temporada anual de gripe no suele arrancar hasta diciembre o enero, pero esta vez empezó pronto y se ha está complicando por la propagación simultánea de otros virus con el coronavirus o el virus respiratorio sincital (VRS, en español; RSV, en inglés).

La cifra del visitas a consultorios médicos se basa en los informes de síntomas como la tos o el dolor de garganta, y no en diagnósticos confirmados por el laboratorio, por lo que puede incluir casos de otras enfermedades respiratorias que no sean la gripe.
Eso dificulta la comparación con las temporadas de gripe anteriores a la pandemia de COVID-19. En otros años tampoco se produjo, como ahora, una ola inusualmente fuerte de VRS (que tiene síntomas similares a la gripe o a un resfriado, pero puede resultar grave para bebés o personas mayores).
Ya son 44 los estados que reportan una actividad alta o muy alta de gripe, según informaron el viernes los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
Es probable además que haya habido una mayor propagación de los virus respiratorios durante las celebraciones del Día de Acción de Gracias y por viajes en aeropuertos abarrotados, dicen los expertos.
[Las hospitalizaciones por gripe crecen drásticamente y más temprano que nunca]
La cepa de gripe dominante hasta ahora es la que suele asociarse con mayores tasas de hospitalización y muerte, sobre todo en personas de 65 años o más.
Los CDC calculan que se han producido al menos 78,000 hospitalizaciones y 4,500 muertes por gripe en lo que va de temporada. Entre las muertes se encuentran al menos 14 niños.