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La nueva ola de COVID-19 en China amenaza la cadena de suministros médicos de Estados Unidos

Cierres de fábricas en China por los contagios masivos de coronavirus pondrán a prueba el sistema de salud en Estados Unidos, que ha tratado de reducir su dependencia del país asiático desde el inicio de la pandemia.

Por Shannon Pettypiece - NBC News

A medida que aumentan las infecciones de COVID-19 en China, Estados Unidos nuevamente corre el riesgo de quedarse sin suministros médicos mientras el país asiático batalla para mantener las fábricas en funcionamiento y el flujo de mercancías que salen de sus puertos.

Los hospitales, las empresas de atención médica y los funcionarios federales estadounidenses trabajaron para disminuir su dependencia de China para los productos médicos después de que la primera ola de infecciones por COVID-19 en 2020 dejara al descubierto el papel tan importante que desempeña China en la fabricación de artículos tan cruciales como mascarillas, guantes de látex y batas quirúrgicas, además de medicamentos y componentes clave en muchos dispositivos médicos.

Se espera que esos esfuerzos de los últimos tres años se pongan a prueba en las próximas semanas y meses a medida que el virus avanza por China luego de que el país levantara casi todas las restricciones por el COVID-19 el mes pasado. China ha dejado de publicar cifras oficiales de infecciones y muertes, pero los informes de los medios muestran hospitales abrumados con pacientes, funerarias sin espacio para los cuerpos y fábricas incapaces de operar por la cantidad de trabajadores enfermos.

Una fábrica de mascarillas en  Ha'ian, en la provincia oriental china de Jiangsu, el 28 de enero de 2020.
Una fábrica de mascarillas en Ha'ian, en la provincia oriental china de Jiangsu, el 28 de enero de 2020.Chinatopix via AP file

Estados Unidos ya está lidiando con una escasez no relacionada de medicamentos para niños, incluidos analgésicos y antibióticos.

Los funcionarios estadounidenses y los proveedores médicos dijeron en entrevistas que están monitoreando de cerca la situación en China y que aún no han visto ninguna escasez directamente relacionada con la última ola de infecciones. Funcionarios de la Administración Biden dijeron que han estado coordinando con las agencias federales para controlar la cadena de suministro y no anticiparon una escasez significativa, a diferencia del comienzo de la pandemia, debido a los esfuerzos del Gobierno para reforzar las reservas de Estados Unidos y los movimientos de las empresas para disminuir su dependencia de China.

“Estamos muy atentos a señales de advertencia temprana por cualquier tipo de interrupción en la cadena de suministro médico”, dijo un funcionario de la Administración. “En este punto, no hemos detectado ninguna interrupción actual o probable, al menos en el flujo de medicamentos, dispositivos o suministros de PPE (equipo de protección personal) para Estados Unidos, dado lo que está sucediendo en China”.

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Pero algunos ejecutivos del sector salud y analistas de la cadena de suministro advierten que el impacto de la última ola de COVID-19 en China podría demorar meses en sentirse en la cadena de suministro y dependerá mucho de la trayectoria de la pandemia en las próximas semanas, algo de lo que los funcionarios estadounidenses tienen conocimiento limitado, dada la falta de datos de China.

“Una de las principales preocupaciones durante toda la pandemia ha sido que, debido a la política de cero COVID-19 en China, los cierres redujeron en gran medida la capacidad de fabricación en China. Obviamente, este es ese tipo de actividad pero con esteroides”, dijo Michael Osterholm, director del Centro de Investigación y Política de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Minnesota. “Este es, con mucho, el peor de los desafíos de la cadena de suministro que hemos visto hasta ahora en las pandemias de China”.

La posible escasez podría abarcar desde medicamentos genéricos, como antibióticos y anticoagulantes, hasta componentes electrónicos utilizados en dispositivos médicos avanzados. A pesar de los esfuerzos de los últimos dos años por parte de la administración Biden para reforzar la cadena de suministro médico del país, la complejidad, los costos y las regulaciones involucradas en la fabricación de productos para el cuidado de la salud han limitado la capacidad de las empresas para cambiar la producción.

“Cuando tienes una propiedad intelectual específica que está vinculada a un fabricante específico o tienes una producción de fábrica muy costosa, algo común en la industria farmacéutica y de componentes críticos como los circuitos integrados, no hay virajes fáciles, hay mucho de por medio”, dijo Douglas Kent, vicepresidente ejecutivo de alianzas corporativas y estratégicas de la Association for Supply Chain Management.

Estados Unidos importó 3,200 millones de dólares en medicamentos e ingredientes farmacéuticos activos directamente de China en 2020, incluidos antibióticos, antidepresivos, píldoras anticonceptivas y medicamentos para quimioterapia, según un análisis de la cadena de suministro de 2021 realizado por la Casa Blanca.

Más de una cuarta parte de las instalaciones que fabrican los ingredientes activos de los anticoagulantes para Estados Unidos y casi el 20% de las que fabrican un tipo de anestésico se encuentran en China. Los medicamentos importados a Estados Unidos desde otros países, como India y los de Europa, también obtienen la gran mayoría de sus ingredientes en China, según el informe.

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El sistema de atención médica estadounidense estuvo lidiando con escasez durante el año pasado como resultado de las políticas de China contra el COVID-19, que provocaron el cierre de fábricas e interrumpieron el flujo de mercancías en todo el país. La primavera pasada, los médicos tuvieron que limitar las exploraciones médicas después de que una planta de GE que producía un agente que contiene yodo utilizado en el procedimiento se cerrara durante semanas.

La Asociación de Distribuidores de la Industria de la Salud descubrió que los retrasos en el envío de productos médicos han persistido durante el año pasado en parte debido a los cuellos de botella creados por las continuas interrupciones del COVID-19 en China. El grupo encontró que hasta 10,000 contenedores médicos se retrasaron un promedio de 25 días en octubre.

“Si bien la situación ha mejorado en comparación con las primeras etapas del COVID-19 en 2020, los fabricantes y distribuidores aún enfrentan escasez, largos plazos de entrega y riesgos de suministro, combinados con mayores costos operativos”, dijo Vijay Mohan, vicepresidente de o9 Solutions, que proporciona tecnología de gestión de la cadena de suministro a las empresas de salud. “La nueva ola de COVID-19 que ha comenzado a resurgir amplificará aún más los desafíos”.

Hay algunos signos de desaceleración en los puertos más grandes de China y en la finalización de los pedidos de fabricación, según datos de CNBC. Otros datos de envíos muestran que los cruces oceánicos han seguido disminuyendo. Pero los analistas de la industria advierten que tomará varias semanas más determinar cuánto de eso se debe al virus y cuánto se debe a la disminución de la demanda de los consumidores estadounidenses provocada por otros factores económicos.

La falta de datos provenientes de China sobre el número y la ubicación de las infecciones, la tasa de mortalidad y las variantes ha hecho que sea particularmente difícil para las empresas evaluar dónde pueden encontrarse con interrupciones. Los ejecutivos de logística dijeron que han estado confiando en su red de contactos chinos y datos analíticos, que hasta ahora no han indicado ningún problema importante.

“Tenemos esta pandemia colosal, sin precedentes y de muy rápido movimiento que alcanzará múltiples picos en múltiples geografías diferentes en diferentes tiempos, y estamos un poco ciegos por la falta de datos que nos darían una idea más clara de lo que está sucediendo”, explicó Stephen Morrison, director del Centro de Políticas de Salud Global en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.

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Aún así, Morrison no espera que las interrupciones se prolonguen o se extiendan demasiado porque las compañías de atención médica ya han estado alejando sus operaciones de China.

“Ha habido muchos ajustes por parte de la industria, que ya ha comenzado a calcular que, en términos de sus intereses estratégicos, necesitaban disminuir su exposición a China y diversificarse. Así que ahora es una realidad diferente”, dijo Morrison. “Si esto hubiera sucedido al comienzo de la pandemia, los impactos habrían sido mayores, pero hemos tenido tres años de recalibración”.

Es posible que las empresas también tengan que lidiar con el riesgo de que China desvíe medicamentos y suministros médicos para satisfacer las necesidades de su propia población y deje de exportar esos productos a otros países.

Los informes de los medios chinos indican que el país se ha estado quedando sin artículos que reducen la fiebre, como el ibuprofeno y el paracetamol, y las empresas chinas ajustan la producción para satisfacer esas demandas. Pero los funcionarios estadounidenses dijeron que no anticiparon que habría una escasez significativa de esos medicamentos en Estados Unidos. La farmacéutica Johnson & Johnson, que fabrica Tylenol y Motrin, indicó que no obtuvo ninguno de los ingredientes activos de esos medicamentos de China.

Los funcionarios de salud esperan que Estados Unidos esté mejor preparado para resistir cualquier impacto de China. Después de que los hospitales vieron escasez de guantes, batas y máscaras en los primeros días de la pandemia, muchos se movieron para tener a mano reservas más grandes. Los hospitales también han buscado cada vez más diversificar de qué países provienen sus suministros esenciales.

“Hemos visto mucho éxito en toda la cadena de suministro al garantizar que los inventarios estén donde deben estar”, dijo Kyle MacKinnon, director sénior de excelencia operativa en Premier, que ayuda a los proveedores de atención médica a administrar sus cadenas de suministro. “Parece que hay espacio para absorber algunos impactos potenciales de esto. Ahora, hasta qué punto es un poco más difícil identificarlo debido al nivel potencialmente muy grande de casos de COVID-19”.