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La muerte de Powell por COVID-19 pese a estar vacunado evidencia el alto riesgo para los adultos mayores y los inmunodeprimidos

Es extremadamente raro que alguien vacunado muera por coronavirus. Sólo han fallecido 7,178 personas de las más de 187 millones que han sido inmunizadas, la mayoría de 65 años o más. Pero el exsecretario padecía además una condición muy particular que comprometía su sistema inmune.

Por Elizabeth Chuck — NBC News

Las infecciones fatales por COVID-19 entre personas que han sido completamente vacunadas, como el exsecretario de Estado Colin Powell, son raras. Pero los expertos dicen que tales muertes muestran la necesidad de que la sociedad en su conjunto proteja a los más vulnerables: los de edad avanzada y los que tienen el sistema inmunológico comprometido.

Powell, quien murió este lunes por complicaciones por el coronavirus, cumplió con ambos criterios de alto riesgo. El ex secretario de Estado tenía 84 años y padecía mieloma múltiple, un cáncer de la sangre en el que células plasmáticas malignas superan el espacio normalmente reservado para aquellas plasmáticas normales que luchan contra las infecciones.

Es posible que el cáncer que padecía lo haya vuelto particularmente susceptible: el mieloma múltiple no solo le quita al cuerpo su capacidad para resistir infecciones, sino que también puede interferir con la eficacia de una vacuna. Una investigación publicada en la revista Nature en julio sobre pacientes con mieloma múltiple encontró que solo el 45% desarrolló una “respuesta adecuada” a las vacunas de ARNm contra el coronavirus. 

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El ex secretario de Estado Colin Powell y su esposa Alma llegan al Capitolio de los Estados Unidos en diciembre de 2018 para asistir a la ceremonia por la muerte del expresidente George H. W. Bush.
El ex secretario de Estado Colin Powell padecía un tipo de cáncer que debilita el sistema inmunológico.Shawn Thew / AP

El coronavirus ha sido nuestra peor pesadilla”, dijo el doctor Paul Richardson, líder del programa clínico y director de investigación clínica en el Centro de mieloma múltiple Jerome Lipper en el Instituto de Cáncer Dana-Farber.

“Los pacientes no sólo son vulnerables a la infección en primer lugar, incluso a pesar de estar vacunados, sino que cuando se infectan, su sistema inmunológico es tan disfuncional, que obtienen lo peor de ambos mundos [el virus y la respuesta inmunológica]”, explicó. 

En comparación con la cantidad de muertes que han ocurrido entre personas que no se han vacunado, que ahora supera las 722,000, los fallecimientos entre aquellos inmunizados son ínfimos. 

Entre las más de 187 millones de personas que han sido completamente vacunadas en Estados Unidos, han habido sólo 7,178 muertes por coronavirus, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés). Y el 85% de las muertes ocurrieron en personas de 65 años o más.

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La edad siempre ha sido un factor que contribuye al nivel de gravedad que puede tener una infección por coronavirus y por muchos otros virus, dijo el doctor William Schaffner, profesor de enfermedades infecciosas en la Facultad de Medicina de la Universidad de Vanderbilt y director médico de la Fundación Nacional para Enfermedades Infecciosas.

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“A medida que envejecemos, nuestras células físicas se vuelven menos robustas. Se vuelven más frágiles y eso también puede suceder con nuestro sistema inmunológico”, dijo. “Si agrega a eso, por supuesto, la enfermedad subyacente, eso es un doble golpe para el sistema inmunológico”, indicó.

La esperanza, dijo Schaffner, es que las inyecciones de refuerzo contra el COVID-19 en las personas de 65 años en adelante aumenten la cantidad de anticuerpos que tienen, brindándoles una protección más prolongada. 

Por el momento, las dosis de refuerzo están disponibles para personas de 65 años o más y otras personas con alto riesgo que recibieron la vacuna Pfizer-BioNTech. Se espera que pronto se aprueben dosis extras para otras personas mayores de 65 años. 

No estaba claro si Powell había recibido una vacuna extra, pero los expertos dijeron que probablemente habría calificado para la dosis adicional que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) autorizó para ciertos grupos de personas inmunodeprimidas en agosto.

Una responsabilidad compartida

La muerte de Powell refleja por qué todos tienen la responsabilidad de hacer su parte para poner fin a la pandemia, dijo el doctor Khalilah Gates, profesor asociado de cuidados pulmonares y cuidados intensivos en la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern.


Cuando hablamos de vacunas, no se trata solo de nosotros como individuos. Se trata de aquellas personas en nuestras comunidades y en nuestra sociedad que son más vulnerables: nuestros ancianos y nuestros hijos”, dijo, refiriéndose a los niños menores de 12 años para quienes la vacuna aún no ha sido aprobada. “Tenemos la responsabilidad de proteger a quienes no pueden protegerse a sí mismos”, señaló.

La función de las vacunas es no solo proteger al individuo, sino también crear un “capullo de protección” para que el virus no pueda llegar a personas vulnerables, dijo Schaffner.

No vacunarse, dijo, “es como cuando alguien llega a un semáforo y pasa el semáforo en rojo. Sí, asume un cierto grado de riesgo para sí mismo, pero pone a los demás en riesgo”.

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La muerte de Powell no debería disuadir a nadie de vacunarse si aún no lo ha hecho, dijo Schaffner, y agregó que más del 90% de las personas admitidas por coronavirus en su hospital no están vacunadas.

“Las vacunas no son perfectas”, dijo. “Pero la vacuna cambia las probabilidades a su favor de tener una enfermedad grave a estar protegido de una enfermedad grave”.