Paulina Ramírez García tenía 26 años cuando decidió hacerse una “miniliposucción” en su natal Culiacán, en el estado mexicano de Sinaloa. Quería parecer una buchona: acentuar sus senos y glúteos y reducir su cintura. No sabía que la doctora que le debía quitar un poco de grasa del abdomen no estaba cualificada para operarla, según un reportaje publicado este martes por la web Vice News.
Tras pagar unos 2,000 dólares a Amayrani Adilene Rodríguez Pérez (que tenía el título de médico general y no de cirujana plástica), Ramírez García se sometió a una cirugía que le provocó un shock séptico (el organismo se inflamó debido a una infección). Durante la liposucción, la doctora le perforó seis veces sus órganos, incluidos los pulmones y los intestinos, según indica el medio citado a partir de información de las autoridades mexicanas y de la familia.
La joven pasó tres semanas en el hospital, la mayor parte del tiempo intubada y, a finales de marzo, falleció. La doctora que la operó fue arrestada por homicidio pero más tarde ese cargo fue rebajado a homicidio involuntario, y fue liberada bajo fianza a la espera de una audiencia judicial que está programada para noviembre.
Buchona es un término coloquial que se popularizó hace décadas en Sinaloa como una forma de describir a las novias de los narcotraficantes, a quienes se llama buchón o buchones, según explica un reportaje de Los Angeles Times. La esposa de El Chapo Guzmán, Emma Coronel, es uno de los modelos a los que aspiran muchas de ellas, según dijo a Vice Isaac Tomás Guevara Martínez, psicólogo social que estudia la violencia en el estado de Sinaloa.
Desde hace tiempo el término hace alusión al cuerpo al que aspiran algunas mujeres, que solo se pueden lograr mediante cirugía. Un cuerpo exagerado que es a su vez signo de estatus, que muestra que pueden permitir operarse.
“Estas mujeres parecen muñecas. Tienen cinturas como Barbie. Tienen senos firmes que son casi imposibles de lograr naturalmente”, dijo a Vice Belem Angulo, una mujer local de 26 años que también se sometió a una cirugía estética.
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Ramírez García anhelaba el cuerpo de las mujeres que difunden la cultura buchona en redes sociales como Instagram y TikTok. “Las niñas solían querer una quinceañera para su cumpleaños Ahora piden una lipo”, dijo a Vice News su tío José Ángel Angulo.
En los últimos dos años han surgido clínicas clandestinas de cirugía plástica de forma “exponencial”, aseguró a dicho medio Randy Ross, comisionado de la agencia local de prevención de riesgos de salud pública. Tras la muerte de Ramírez García, el Gobierno de Sinaloa cerró 24 por no cumplir los requisitos básicos. Pero muchos siguen sin ser detectados porque parecen casas normales, dijo Ross.
El Gobierno mexicano no lleva un registro de las muertes causadas por complicaciones como ésta, por lo que para la cirujana plástica Rafaela Martínez Terrazas la muerte de Ramírez García es solo “la punta del iceberg”.
En Estados Unidos, algunas mujeres ponen en riesgo su vida también con una cirugía plástica conocida como levantamiento de glúteo brasileño. Fue el caso de Loren Smith de Palmdale, California, quien viajó a Tijuana para hacerse el procedimiento y dos semanas después del procedimiento estético, su estómago comenzó a hincharse y experimentó un dolor insoportable. Poco después tuvo que someterse a una cirugía de emergencia en Estados Unidos por infecciones graves.
“Me tomó mucho tiempo recuperarme y todavía tengo problemas”, afirmó en mayo Smith, de 30 años. Ella es una de las 22,000 personas en Estados Unidos que se han sometido a uno de los procedimientos de cirugía plástica de moda entre celebridades y personas influyentes en las redes sociales.
La demanda de cirugías estéticas se disparó en EE.UU. tras el fin de la fase crítica de la pandemia de coronavirus. Los procedimientos más populares fueron las lipoesculturas, los retoques faciales, el implante de senos, la abdominoplastía y el cambio de forma de los senos, según un reporte de la Asociación Estadounidense de Cirujanos Plásticos (ASPS).