La esperanza de vida en Estados Unidos bajó de 77 a 76.4 años en 2021, y se situó en el mismo nivel que en 1996, una caída impulsada por los efectos de la pandemia de coronavirus y por la crisis de las drogas opiáceas, según los datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés) publicados el jueves.
La diferencia de esperanza de vida entre mujeres y hombres subió una décima respecto a 2020, quedando en 73.5 años para ellos y 79.3 para ellas (una brecha de 5.8 años).
Las cardiopatías, el cáncer y COVID-19 fueron las tres principales causas de muerte; en total, más de 3.4 millones de personas en EE.UU. murieron en 2021, unas 80,000 más que el año anterior.
Se registraron 107,000 muertes por drogas, casi un 16% más que las 92,000 de 2020. Las sobredosis relacionadas con opioides sintéticos como el fentanilo aumentaron un 22%, pasando de 17.8 a 21.8 por cada 100,000 personas.
Las enfermedades hepáticas crónicas y la cirrosis se convirtieron en la novena causa de muerte en 2021, mientras que la gripe y la neumonía desaparecieron de la lista de las diez causas principales.
El resto de causas principales (lesiones no intencionadas, accidente cerebrovascular, enfermedades crónicas de las vías respiratorias inferiores, enfermedad de Alzheimer, diabetes y enfermedad renal) se mantuvieron en los mismos puestos que en 2020.
Esta caída en la esperanza de vida (lo que se prevé de media que viva un bebé nacido este año) borra los avances médicos del último cuarto de siglo, según explicó Steven Woolf, profesor de medicina de la Virginia Commonwealth University, al diario USA Today.
"El hecho de que EE.UU, en 2020 y 2021 lo hiciera mucho peor que otros países es una señal de aviso de que esta desventaja sanitaria que ha tenido durante muchos años está empeorando", agregó.
Sube la tasa de mortalidad
La tasa de mortalidad ajustada por edad aumentó un 5.3%, de 835.4 muertes por 100,000 habitantes en 2020 a 879.7 en 2021. Por grupos demográficos, subió el 2.3% para las mujeres hispanas; el 6.1% para los hombres indios americanos o nativos de Alaska no hispanos, y el 7.3% para las mujeres; el 1.3% para las mujeres negras no hispanas; el 7.2% para los hombres blancos no hispanos; y el 6.9% para las mujeres blancas no hispanas, según los CDC.
Estos datos se dan a conocer el mismo día en que la Oficina del Censo estimó que la población de Estados Unidos creció en 1.2 millones de personas en 2022, hasta llegar a 333.2 millones, un incremento impulsado en gran medida por la inmigración.