Dos niños con necesidades médicas especiales están hospitalizados en Tennessee debido, según sus doctores, a la escasez de fórmula para bebés que tiene en vilo a miles de familias en todo el país.
Este desabastecimiento supone “una crisis sanitaria”, explicó el pediatra Mark Corkins, del hospital infantil Le Bonheur, en Memphis, Tennessee, donde están ingresados los menores.
Uno de ellos es un bebé y el otro un niño en edad de preescolar, según informó la estación local de NBC News. Ambos sufren una enfermedad intestinal que obliga a alimentarlos con una fórmula para bebés especial, que ni su familia ni los médicos del hospital lograron encontrar en las tiendas, según dicho medio.
“No pasa con todos los niños", explicó el doctor "pero literalmente la retirada de fórmula para bebés [por una alerta de contaminación] ha llevado a que estos niños requieran ser hospitalizados” ante el desabastecimiento que se produjo a consecuencia de esa retirada.
Los niños se encuentran en condición estable, recibiendo fluidos intravenosos y apoyo nutricional hasta que haya fórmula disponible.
La Administración de Joe Biden ha sido criticada por la escasez de fórmula, que ha empeorado desde que se cerró la planta de Abbott en Michigan en febrero. La Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, en inglés) investigó la instalación después de que cuatro bebés que bebieron su fórmula contrajeron infecciones bacterianas y fueron hospitalizados. Las infecciones pueden haber contribuido a la muerte de dos de estos bebés, dijo la agencia.
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La FDA recibió el primer informe en septiembre sobre un bebé enfermo cuya infección supuestamente estaba relacionada con la fórmula para bebés de la planta de Sturgis. En octubre se publicó un informe sobre supuestos fallos de seguridad en la planta, pero la FDA no envió inspectores a la instalación hasta enero.
Las autoridades sanitarias están investigando ahora por qué tomó tanto tiempo enviar inspectores, según dijo lunes el comisionado de la FDA, Robert Califf.
Abbott ha dicho que realizó una revisión exhaustiva y no encontró “ninguna evidencia” que vincule su fórmula con las enfermedades.
La escasez de fórmula para bebés es un preocupante rompecabezas para los padres que deben alimentar a sus bebés, pero puede ser una cuestión de vida y muerte para aquellos menores que necesitan una alimentación especial.
La planta de Abbott en Sturgis no solo era uno de los mayores proveedores de fórmula infantil a nivel nacional, sino que también era el principal fabricante de ciertas fórmulas especiales menos conocidas que son un salvavidas para miles de personas con afecciones médicas raras, incluyendo trastornos metabólicos, alérgicos y gastrointestinales, que pueden convertir en peligroso o imposible comer otra cosa.
“Si esto no se soluciona pronto, no sé cómo sobrevivirá mi hijo”, explicó por ejemplo Phoebe Carter a la web informativa Politico. Esta mujer es madre de un niño de 5 años, John, que sufre una forma grave de Esofagitis eosinofílica, una enfermedad del sistema digestivo e inmunitario, y depende de la fórmula para alimentarse.
La parálisis parcial de la planta de Abbott agravó desde febrero la escasez de fórmula para bebés en Estados Unidos, que responde también a otros factores, según indican expertos, entre los que está la disrupciones en la cadena de suministro por la pandemia.
Los demócratas, que controlan la Cámara de Representantes, presentaron este martes un proyecto de ley de gastos de emergencia de 28 millones de dólares para hacer frente al desabastecimiento.
Esta financiación aumentaría el personal de la FDA centrado en la escasez de fórmulas para aumentar las inspecciones, evitar que los productos fraudulentos lleguen a los estantes de las tiendas y adquirir mejores datos sobre el mercado, dijeron los legisladores.