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"Haré lo necesario para salvar a mi hija". El estatus migratorio de su padre pone en riesgo la vida de esta niña latina enferma

Julia Espinosa, de 11 años, nació en Estados Unidos con un defecto congénito que le impide comer. Su familia enfrenta una lucha con autoridades migratorias para poder salvarle la vida.

Por Michael McAuliff - KHN

Los deseos de Nicolás Espinosa para Julia, su hija de 11 años, son a la vez sencillos y profundos: que pueda seguir viviendo y, quizá, algún día, pueda comer normalmente. Todo esto podría suceder si la niña recibe tres trasplantes de órganos. Y si el sistema de inmigración no lo impide.

En un caso que refleja fallas significativas y a menudo desgarradoras del sistema, los Espinosa afrontan no solo al complicado y costoso laberinto de la atención médica en Estados Unidos, sino también a un sistema migratorio que el Congreso no ha reformado en décadas.

Esa realidad caótica amenaza la vida de una niña estadounidense.

Julia nació en Miami cuando sus padres asistían a la universidad con visas de estudiante. Nació con un defecto congénito llamado vólvulo, un intestino delgado torcido, y los médicos la salvaron de bebé al extraerle la mayor parte del órgano.

Julia Espinosa es una ciudadana estadounidense de 11 años que necesita atención de alta tecnología y tres trasplantes debido a un raro defecto de nacimiento.
Julia Espinosa es una ciudadana estadounidense de 11 años que necesita atención de alta tecnología y tres trasplantes debido a un raro defecto de nacimiento.KHN

Como nunca ha podido comer de manera normal, Julia ha sobrevivido gracias a infusiones diarias de nutrientes cuidadosamente elaboradas, que ingiere a través de un catéter intravenoso colocado en su pecho, explicó Espinosa.

Es una atención muy costosa y especializada que, según Espinosa, Julia no podría obtener en Ecuador, a donde planeaban regresar.

La familia se mudó a Seattle hace 10 años para estar cerca del hospital infantil, donde los especialistas pueden manejar bien las necesidades nutricionales de Julia. Aun así, obtener nutrición a través de infusiones no es algo para lo que el cuerpo humano esté diseñado, y el proceso ha dañado sus órganos.

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Julia está en las listas de trasplantes para intestino delgado, y para reemplazar su hígado y páncreas deteriorados.

La salud de su hija ya es un desafío, pero Espinosa y su esposa, María Sáenz, enfrentan una lucha adicional: una batalla continua con las autoridades de inmigración para permanecer en el país.

Por segunda vez en tres años, Espinosa enfrenta la posibilidad de perder su permiso de trabajo, lo que le costaría no solo su empleo como proveedor de soporte técnico en una empresa de software, sino también su seguro médico. Sin cobertura, su hija perdería su elegibilidad para trasplantes.

“Dependemos del seguro de salud para mantenerla en la lista de trasplantes”, dijo Espinosa, “si no puedo mantener mi seguro, es posible que mi hija no sea elegible para un trasplante”.

Julia ha sobrevivido recibiendo infusiones diarias de nutrientes a través de una vía intravenosa en su pecho.
Julia ha sobrevivido recibiendo infusiones diarias de nutrientes a través de una vía intravenosa en su pecho. KHN

Espinosa es consciente de su precaria situación y actuó pronto para renovar su estatus migratorio, lo que se conoce como acción médica diferida. Es una categoría en la que el Gobierno posterga una deportación para que la persona pueda lidiar con una enfermedad grave.

Las personas que tienen una acción diferida también pueden solicitar un permiso de trabajo. Espinosa solicitó renovar su acción diferida en noviembre, a pesar de que su prórroga actual está vigente hasta finales de julio.

Pero no recibió noticias de inmigración hasta hace poco, y la aprobación se produjo solo después de consultas a la agencia por parte de miembros del Congreso y de un reportero.

Sin embargo, la familia aún no puede descansar tranquila. La solicitud de Espinosa para un nuevo permiso de trabajo aún no ha sido aprobada. Todavía puede perder su trabajo y seguro a fines de julio si el nuevo permiso no llega a tiempo.

Un vocero del Seattle Children’s Hospital informó que trabajarían con los Espinosa para cuidar a Julia si su seguro vence, aunque es posible que su lugar en la lista de trasplantes deba suspenderse, lo que dejaría a Espinosa ante opciones como Medicaid.

Incluso con la incertidumbre actual (una brecha en la cobertura podría resultar catastrófica), Espinosa dijo que tiene más esperanzas que hace una semana, ya que los permisos de trabajo generalmente se otorgan con el estatus de acción diferida.

Y la incertidumbre es algo a lo que Espinosa se ha acostumbrado en un país donde parece no haber un sistema racional para ayudar a las familias migrantes que enfrentan crisis de salud.

“El problema es que no hay un marco legal”, dijo Espinosa. “La acción diferida no es una visa, es solo una decisión del Gobierno de no deportar”.

Si los médicos pueden mantener viva a Julia, la familia enfrentará la misma perspectiva aterradora de perder el estatus legal cuando este nuevo aplazamiento finalice en dos años.

No está claro cuántas otras familias enfrentan circunstancias similares. Katie Tichacek, vocera de la agencia de ciudadanía, no proporcionó datos, y no hay estadísticas disponibles públicamente.

Datos obtenidos por la estación WBUR después de que legisladores de Massachusetts los solicitaran en 2020 revelaron que, en 2018, hubo más de 700 solicitudes de acción diferida por razones médicas. Menos de la mitad fueron aprobadas.

Fue entonces cuando Julia enfrentó la primera amenaza contra su vida relacionada con la inmigración. En ese momento, la Administración Trump suspendió todas las acciones médicas diferidas. Enfrentando demandas y protestas públicas, la Administración cedió, pero Espinosa no pudo trabajar legalmente durante un año y medio.

Sin embargo, no todo ha sido tristeza. La familia ha manejado la condición de Julia para que asista a la escuela, pueda viajar y realizar actividades que le gustan.

La familia de Julia ha hecho todo lo que está a su alcance para ayudar a la niña. Lo que no pueden controlar, dicen, es la burocracia migratoria.
La familia de Julia ha hecho todo lo que está a su alcance para ayudar a la niña. Lo que no pueden controlar, dicen, es la burocracia migratoria. KHN

“Hemos tratado de vivir al 100%, porque hasta ahora hemos tenido la suerte de tener a Julia”, dijo Espinosa. “Siempre nos han dicho que es posible que no sobreviva. Originalmente fue el primer mes de su vida, luego fue el primer año, y luego dos años, y luego el siguiente período”.

Han vencido todo pronóstico haciendo todo lo que está a su alcance. Lo que no pueden controlar es la burocracia federal.

Incluso algunas de las cosas que están bajo su control, como elegir dónde vivir para darle a Julia la mejor oportunidad, pueden ser problemáticas. Espinosa dijo que algunos otros estados y regiones del país pueden tener una mayor disponibilidad de órganos. Mientras Julia se mantenga estable, quedarse donde están tiene más sentido. Sería diferente si el hígado de Julia siguiera deteriorándose.

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Mahsa Khanbabai, miembro de la junta de la American Immigration Lawyers Association, dijo que el problema que enfrentan Espinosa y otras personas con necesidades obvias es que los Servicios de Ciudadanía e Inmigración están abrumados, con una burocracia y sin fondos, no están a la altura de la tarea.

“Este es un muy buen ejemplo de un sistema roto”, dijo Khanbabai. “Podría solucionarse fácilmente con una reforma migratoria”.

Tichacek dijo en un comunicado que la agencia no comenta sobre casos específicos, pero agregó que “está comprometida a promover políticas y procedimientos que protejan a los más vulnerables”, y que está trabajando arduamente para reconstruir la confianza con los inmigrantes y ampliar el acceso a servicios vitales.

Espinosa es muy consciente de que incluso con la atención de los medios, la asistencia legal y la ayuda de legisladores, su familia aún podría pasar desapercibida. No sabe qué podría pasar entonces, pero dijo: “haré todo lo necesario para salvar a mi hija”.


KHN (Kaiser Health News) es la redacción de KFF (Kaiser Family Foundation), que produce periodismo en profundidad sobre salud. Es uno de los tres principales programas de KFF, una organización sin fines de lucro que analiza la problemática de salud y salud pública de la nación.