Por Jo Yurcaba - NBC News
Florida se convirtió este jueves en el octavo estado en restringir la atención médica para la transición de género de menores de edad, luego de que el estado promulgara una ley que prohíbe a estas personas empezar a recibir medicamentos bloqueadores de la pubertad o terapia hormonal.
Tras meses de tensas audiencias y debates, la Junta Médica de Florida aprobó la medida, que los padres de menores trans anunciaron que impugnarán ante los tribunales.
Quienes ya habían empezado el tratamiento previo a la entrada en vigencia de la norma podrán seguir con este, aunque se les prohíbe se sometan a cirugías de afirmación de género.
La Junta de Medicina Osteopática de Florida promulgará una norma idéntica el 28 de marzo.
En las audiencias públicas para ambas normativas, los miembros de la Junta de Medicina aseguraron que no hay suficiente investigación para justificar posibles efectos secundarios de los tratamientos.
En una audiencia pública el 10 de febrero, algunas personas compartieron su testimonio y afirmaron que la norma contradecía la mayoría de las pruebas médicas, así como las directrices de casi todas las asociaciones médicas relevantes del país, incluidas la Asociación Médica Estadounidense, la Academia Estadounidense de Pediatría y la Asociación Psicológica Estadounidense.
Héctor Vila, anestesiólogo pediátrico y miembro de la Junta Médica, se opuso argumentando que la junta ha “revisado cientos de estudios”.
“Hemos hablado con médicos y recibido testimonios de apoyo y oposición al tema y los datos abrumadores no apoyan” el uso de bloqueadores de la pubertad y la terapia hormonal, sentenció Vila.
“Esta junta no está en contra de la ciencia; no está en contra de la atención a los niños transgénero”, indicó. “Lo que la junta busca es proteger a nuestros niños de terapias que han demostrado crear daños irreversibles”.
La norma establece que cualquier persona puede presentar una queja contra un profesional de la salud, y si se descubre que está infringiendo la medida, puede enfrentarse a una sanción, una multa o la suspensión o revocación de su licencia profesional, entre otras consecuencias.
La norma se enfrentará a una batalla legal liderada por un grupo de padres representados por cuatro importantes organizaciones de defensa de los derechos LGBTQ: Southern Legal Counsel, GLBTQ Legal Advocates & Defenders, National Center for Lesbian Rights y Human Rights Campaign.
Testimonios de personas afectadas
Una de las demandantes, identificada como Jane Doe, señaló en un comunicado que la prohibición impedirá a su hija trans de 11 años acceder al tratamiento que necesitará cuando alcance la pubertad.
“Nuestra hija es una niña feliz y segura de sí misma, pero negarle el acceso a la atención médica recomendada por sus médicos trastornaría por completo su vida”, lamentó. “Estoy devastada por lo que esto significará para su salud física y mental”.
Otra madre de Florida que se unió a la querella en representación de su hijo de 14 años, resaltó que la norma despoja “a los padres como yo de nuestro derecho a garantizar que nuestros hijos reciban una atención médica adecuada y basada en evidencias”.
“Mi hijo por fin estaba llegando a un punto en el que se sentía esperanzado, en el que la prescripción de testosterona estaba en el horizonte y podía ver un futuro en su propio cuerpo, pero esta norma discriminatoria se lo ha arrebatado”, lamentó en un comunicado. “Estoy muy preocupada por el impacto que tendrá en mi hijo la falta de acceso al tratamiento médico. Es la peor pesadilla de todo padre tener que preocuparse por lo impensable”.
La Junta Médica de Florida y la Junta de Medicina Osteopática no respondieron una solicitud de comentarios.
Tras una solicitud en junio del Departamento de Salud del estado, la Agencia de Florida para la Administración del Cuidado de la Salud prohibió en agosto a Medicaid cubrir los bloqueadores de la pubertad, la terapia hormonal y la cirugía como tratamientos para la disforia de género para pacientes de cualquier edad. Aunque la medida fue impugnada por grupos de derechos civiles, un juez federal decidió en octubre que se mantuviera.
Un comité del Senado aprobó el lunes un proyecto de ley en la legislatura estatal que prohibiría a los menores empezar a tomar bloqueadores de la pubertad o terapia hormonal y someterse a cirugía para el tratamiento de la disforia de género, también que fondos estatales cubran la atención relacionada con la transición para pacientes de cualquier edad.
El proyecto de ley será examinado por otra comisión y deberá ser aprobado por el pleno del Senado y la Cámara de Representantes antes de ser enviado al gobernador.
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La medida también otorgará jurisdicción a los tribunales en casos de custodia de menores “para protegerlos de ser sometidos a prescripciones o procedimientos de reasignación de sexo”.
Aunque permitirá que aquellos que ya los estén recibiendo continúen haciéndolo, pero deberán ser administrados por un médico en lugar de una enfermera u otro profesional sanitario autorizado.
Otros estados con medidas similares
Ocho estados —Alabama, Arizona, Arkansas, Dakota del Sur, Tennessee, Utah, Mississippi y, ahora, Florida— restringen la atención médica relacionada con la transición de género para menores.
En lo que va del año, los legisladores de Florida han presentado 10 proyectos de ley en contra del colectivo LGBTQ, indicó la Unión Estadounidense de Libertades Civiles, que precisó que en todo el país la cifra supera las 400 iniciativas de este tipo.
Jim Lopresti, fundador SunServe, una agencia de servicios de salud mental que apoya a jóvenes LGBTQ en Fort Lauderdale, aseguró que ya ha visto en sus pacientes y sus familias las consecuencias de la legislación propuesta y aprobada, así como el debate sobre la regla de la Junta Médica.
“Donde estamos descubriendo más problemas y preocupaciones es en el estrés en las familias y jóvenes, que por todas las iniciativas anti-LGBTQ en Florida, están hallando pocos lugares seguros a los que recurrir”, lamentó.
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Los defensores de las restricciones a la atención de afirmación de género argumentan que los menores podrían arrepentirse de la transición más tarde, pero Lopresti dijo que en casi dos décadas trabajando con jóvenes trans, solo recuerda a una persona que lo vivió como un adulto y se debió a que no contó con el apoyo adecuado durante el proceso.
“Cuando oímos hablar de arrepentimiento son personas de la comunidad trans que se arrepienten de no haberlo hecho antes: esa es una experiencia mucho más frecuente”, apuntó.