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El consumo de alcohol para combatir el estrés dispara las enfermedades hepáticas durante la pandemia

Las admisiones por enfermedades hepáticas relacionadas con el alcohol se dispararon hasta un 50% desde el inicio de la pandemia de COVID-19 y las mujeres son las más afectadas. "Lo hemos recibido en nuestros hogares como nuestra muleta y nuestro mejor amigo", advierte un especialista.

Las enfermedades relacionadas con el consumo del acohol se han disparado en el país en medio de la pandemia mientras que miles de alcohólicos en recuperación sufren recaídas, según datos de varios hospitales. 

La enfermedades hepáticas relacionada con el alcoholismo ya eran un problema creciente antes de la pandemia, con 15 millones de personas diagnosticadas con la afección en todo el país, según datos de los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por su sigla en inglés), y en la última década las hospitalizaciones por estas dolencias se habían duplicado, según una investigación publicada en abril del año pasado.

Pero la pandemia ha elevado de manera alarmante los casos. Aunque las cifras nacionales no están disponibles, las admisiones por enfermedad hepática alcohólica en el Hospital Keck de la Universidad del Sur de California aumentaron un 30% en 2020 en comparación con 2019, según el doctor Brian Lee, hepatólogo de trasplantes que trata la afección en alcohólicos.

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En los hospitales afiliados a la Universidad de Michigan, Northwestern, Harvard y el Sistema de Salud Mount Sinai en la ciudad de Nueva York los ingresos por enfermedad hepática alcohólica se han disparado hasta en un 50% desde marzo, según especialistas de estos centros consultados por el periódico Los Angeles Times.

Beber en exceso puede causar inflamación del hígado y hepatitis alcohólica, aunque no todas las personas que consumen alcohol en cantidad excesiva desarrollan enfermedad hepática grave y con la misma ingestión de alcohol unas personas pueden llegar a desarrollar cirrosis y otras solamente esteatosis.

Estas recaídas y las hospitalizaciones que provocan pueden poner en peligro la vida. Más de 1 de cada 20 pacientes con insuficiencia hepática relacionada con el alcohol muere antes de salir del hospital, y la enfermedad hepática relacionada con el alcohol es la principal causa de trasplante. Los pacientes con enfermedad hepática mueren por COVID-19 a tasas tres veces más altas, según datos del NIH.

Shade Bar de Nueva York
La camarera Lindsay Pace sirve una cerveza en el Shade Bar de Nueva York, el lunes 22 de junio de 2020.AP Photo/John Minchillo

Los principales especialistas en enfermedades hepáticas y psiquiatras creen que el aislamiento, el desempleo y la desesperanza asociados con COVID-19 están impulsando el consumo del alcohol. 

Muchos de los pacientes de la doctora Haripriya Maddur, hepatóloga de Northwestern Medicine, “estaban bien” antes de la pandemia, sin haber recaído durante años, pero el estrés provocado por esta fue definitorio para que regresaran al hospital.

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La edad de los pacientes hospitalizados por enfermedad hepática alcohólica ha disminuido en estos centros. Según el doctor Raymond Chung, hepatólogo de la Universidad de Harvard, la tendencia de alcoholismo ha sido en personas menores de 40 años “ha sido alarmante durante años", pero lo que está sucediendo ahora "es realmente dramático".

Las mujeres son las más afectadas porque metabolizan el alcohol a un ritmo más lento que los hombres, según el New England Journal of Medicine, y "el estrés de la pandemia, de alguna manera, se ha dirigido particularmente a las mujeres", según la doctora Jessica Mellinger, hepatóloga de la Universidad de Michigan. Los salarios más bajos, menor estabilidad laboral y la maternidad recáen con fuerza sobre las mujeres, según la especialista.

"Con estos factores estresantes adicionales y sin apoyo, todo lo que les queda es recurrir a la botella, Pero una mujer que bebe como un hombre enferma más rápido", apuntó Mellinger al Times.

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Un estudio reveló que las tasas de consumo de alcohol en la primavera de 2020 aumentaron un 14% en comparación con el mismo período en 2019; otro demostró que los bebedores consumían casi un 30% más que en los meses previos a la pandemia.

“La pandemia ha sacado a relucir nuestra incómoda relación con el alcohol”, opinó el doctor Timothy Fong, psiquiatra de adicciones en la Universidad de California en Los Ángeles. "Lo hemos recibido en nuestros hogares como nuestra muleta y nuestro mejor amigo", agregó al periódico californiano.

A algunos médicos les preocupa que todo este sea el comienzo. "Creo que estamos en la cúspide. La cuarentena es una cosa, pero la recesión de la economía no va a desaparecer pronto", lamenta la doctora Haripriya Maddur.

Con información de Los Angeles Times.