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EE.UU. dejará de considerar al COVID-19 como emergencia nacional. Qué pasará con las vacunas y las pruebas gratis

La decisión, que se implementará a partir del 11 de mayo, implica que el Gobierno pasará a tratar al coronavirus como una enfermedad endémica. Explicamos los cambios que significará para la gente el nuevo enfoque de la Administración Biden.

Por Zeke Miller y Amanda Seitz - The Associated Press

El presidente, Joe Biden, le informó al Congreso este lunes que el 11 de mayo pondrá fin a las dos emergencias nacionales para enfrentar el COVID-19, ya que la mayor parte del mundo está viviendo más cerca de la normalidad casi tres años después de que fueron declaradas por primera vez.

La medida para poner fin a las declaraciones de emergencia nacional y de salud pública reestructuraría formalmente la respuesta federal al coronavirus, con lo cual se le daría al virus un trato de amenaza endémica a la salud pública que puede ser manejada a través de las autoridades normales de las agencias.

Llega en un momento en que los legisladores ya pusieron fin a elementos de las emergencias que mantuvieron a millones de estadounidenses amparados por un seguro médico durante la pandemia. Junto con la disminución de casi todo el fondo federal para el alivio al COVID-19, también haría que la administración de vacunas y tratamientos ya no estuviese bajo la gestión directa del Gobierno federal.

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El anuncio de Biden está incluido en una declaración que se opone a resoluciones que serán presentadas esta semana por los republicanos de la Cámara de Representantes, que quieren se ponga fin de inmediato a la emergencia. Los republicanos de la Cámara Baja también se preparan para lanzar investigaciones sobre la respuesta del Gobierno federal al COVID-19.

Un centro de pruebas de COVID-19 en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles el lunes 9 de enero de 2023.
Un centro de pruebas de COVID-19 en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles el lunes 9 de enero de 2023.Bloomberg / Bloomberg via Getty Images

El entonces presidente Donald Trump declaró por primera vez que la pandemia del COVID-19 era una emergencia nacional el 13 de marzo de 2020. Biden ha extendido reiteradamente las emergencias desde que asumió el puesto en enero de 2021, y van a expirar en los próximos meses. La Casa Blanca dijo que el mandatario planea extender ambas brevemente para que finalicen el 11 de mayo.

“Un final abrupto a las declaraciones de emergencia crearía un caos e incertidumbre generalizados en todo el sistema de atención médica: Para los estados, para los hospitales y consultorios y, sobre todo, para decenas de millones de estadounidenses”, escribió la Oficina de Administración y Presupuesto en una Declaración de Política de Administración.

Más de 1.1 millones de personas en Estados Unidos han fallecido de COVID-19 desde 2020, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, cifra que incluye unas 3,700 la semana pasada.

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El Congreso ya ha mitigado el alcance de la emergencia de salud pública que tuvo el impacto más directo sobre los estadounidenses, luego de que se intensificaron las peticiones políticas para que se pusiera fin a la declaración.

Durante meses los legisladores se han negado a cumplir con la solicitud del Gobierno de Biden de destinar miles de millones de dólares más para extender el periodo de vacunas y pruebas diagnósticas gratis contra el COVID-19.

Y el paquete de gastos de 1.7 billones de dólares aprobado el año pasado y promulgado por Biden puso fin a una norma que les prohibía a los estados expulsar del Medicaid a algunos beneficiarios, una medida que se anticipa dejará a millones de personas sin cobertura después del 1 de abril.

Se espera que los costos de las vacunas contra el COVID-19 se disparen una vez que el Gobierno deje de comprarlas, y Pfizer afirma que cobrará hasta 130 dólares por dosis. Solo el 15% de las personas en Estados Unidos ha recibido la dosis de refuerzo recomendada y actualizada que se ofrece desde el otoño pasado.

Quienes tienen seguro privado pueden esperar tener que gastar de su bolsillo para las vacunas, especialmente si acuden a un proveedor fuera de su red, señaló Levitt. Las pruebas gratuitas a domicilio también dejarán de ofrecerse. Y los hospitales no cobrarán pagos adicionales por tratar a pacientes con COVID-19.

Los legisladores ampliaron por otros dos años las flexibilidades de telesalud que se introdujeron cuando la pandemia comenzó, lo que llevó a los servicios de salud en todo el país a prestar regularmente la atención por teléfono inteligente o computadora.

El Gobierno ya se había planteado poner fin a la declaración de emergencia el año pasado, pero no lo hizo por temor a un posible “aumento invernal” de los casos y para dar tiempo a proveedores, aseguradoras y pacientes a prepararse para su finalización.

Los funcionarios indicaron que la Administración utilizará los próximos tres meses para la transición al sistema convencionales de respuesta sanitaria, advirtiendo que el fin inmediato de la declaración de emergencia “sembraría la confusión y el caos en esta fase crítica”.

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“Para ser claros, la continuación de estas declaraciones de emergencia hasta el 11 de mayo no impone ninguna restricción en absoluto sobre la conducta individual con respecto a COVID-19”, dijo la Administración. “No establecen mandatos de máscaras ni de vacunas. No restringen las operaciones escolares o comerciales. No exigen el uso de ningún medicamento o prueba en respuesta a los casos de COVID-19”.

El recuento de casos ha seguido disminuyendo tras un ligero repunte durante las vacaciones de invierno, y se sitúa significativamente por debajo de los niveles registrados en los dos últimos años, aunque el número de pruebas realizadas para detectar el virus y notificadas a las autoridades de salud pública ha descendido drásticamente.

El lunes, la Organización Mundial de la Salud declaró que el coronavirus sigue constituyendo una emergencia sanitaria mundial, pese a que un grupo consultivo clave del organismo determinó que la pandemia podría estar acercándose a un “punto de inflexión” en el que niveles más altos de inmunidad podrían reducir las muertes relacionadas con el virus. China, por ejemplo, informó de un aumento sin precedentes en diciembre después de levantar la mayoría de sus restricciones de COVID-19.

Poco antes del anuncio de la Casa Blanca, el representante Tom Cole, republicano por Oklahoma, acusó al presidente de prolongar innecesariamente la emergencia de salud pública para tomar medidas en asuntos como la condonación de algunas deudas de préstamos federales a los estudiantes.

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“El país ha vuelto en gran medida a la normalidad”, declaró Cole el lunes, al presentar un proyecto de ley respaldado por los republicanos que pide el fin de la emergencia sanitaria. “Los estadounidenses han vuelto a trabajar y a estudiar sin restricciones en sus actividades. Es hora de que el Gobierno reconozca esta realidad: la pandemia ha terminado”.