Por Elizabeth Chuck, Suzanne Gamboa y Uwa Ede-Osifo - NBC News
Por una pequeña cantidad y al otro lado de la frontera, la cirugía estética en México ha atraído a muchos estadounidenses que, de otro modo, no podrían permitirse someterse a esos procedimientos. Pero en su búsqueda de vientres planos, narices esculpidas y piel sin arrugas, muchos a menudo pasan por alto -o no son conscientes- de los peligros a los que se enfrentan, incluso antes de llegar a la mesa de operaciones.
Programas de telerrealidad como Botched han demostrado que estos tratamientos pueden salir mal muchas veces y tener consecuencias catastróficas para la salud de los pacientes, mientras que otros ponen en evidencia las normativas más laxas que rigen en ciertos países. Pero el violento secuestro de cuatro estadounidenses en el estado de Tamaulipas, que se saldó con la muerte de dos de ellos, ha puesto de relieve otros peligros del turismo médico.
El grupo de amigos fue secuestrado el viernes 3 de marzo en la ciudad de Matamoros, al otro lado de la frontera con Brownsville (Texas), una de las zonas más castigadas por la delincuencia en México y donde los cárteles de la droga se disputan el control del territorio.
Todavía se desconoce si los cuatro estadounidenses, que viajaron a México para que uno de ellos se sometiera a una operación de estética, eran conscientes del peligro que podían correr. El Departamento de Estado recomienda no viajar a la zona por la violencia, los secuestros y los robos a mano armada.
Tamaulipas es unos de los estados de México con mayor tasa de secuestros. Más de 110,000 personas están reportadas desaparecidas en todo el país, muchas tras sufrir ataques como el de los cuatro jóvenes estadounidenses. El paradero de estas personas sigue en muchos casos desconocido años después.
Los amigos no fueron los únicos que decidieron cruzar la frontera. Jasmine Wilson, de 28 años, viajó desde Washington, D.C. hasta Matamoros en octubre del año pasado y dijo que desconocía por completo que fuera un peligro hacerlo. Según cuenta, investigó a fondo a la persona que iba a operarla y que conoció en redes sociales. Su página en Facebook, donde supera 30,000 seguidores, tiene fotos del antes y después de los procedimientos y comentarios positivos de los pacientes sobre los protocolos de seguridad.
“Literalmente, no tuvimos ningún problema”, afirmó.
Aunque el bajo costo atrae a muchos estadounidenses a México, no es la única razón por la que vienen, dijo Nain Maldonado, cirujano estético que dirige una consulta privada en una clínica de Cancún.
Muchos están frustrados con otros aspectos del sistema sanitario estadounidense, como las dificultades para conseguir citas y la sensación de que el tiempo que pasan con los médicos es apresurado una vez que logran verlos.
“Cuando hablo con mis pacientes que vienen de Estados Unidos, se sorprenden de cómo los médicos vienen a verlos, hablan con ellos, incluso durante las citas después de la cirugía o al día siguiente” de la intervención, explicó. “Creo que es más fácil hablar con tu médico aquí en México”.
La cantidad de estadounidenses que acuden a él para someterse a procedimientos estéticos ha crecido tanto en los últimos años que estadounidenses y canadienses juntos representan ahora entre el 40% y el 50% de su clientela, reconoció. Sus pacientes, agregó, también sienten que obtienen mejores resultados en México de los que podrían obtener en su país de origen.
Pero no todos los que van a México salen contentos de la operación. Antes de partir, los pacientes suelen “crearse en la cabeza la idea de lo que van a conseguir”, apuntó Filberto Rodríguez, cirujano estético que ejerce desde hace más de una década en el sur de Texas. Según él, cada mes visita a unos 30 pacientes con quejas o complicaciones de operaciones en México.
El sueño de lograr una cirugía asequible y accesible, subrayó, puede hacer que los pacientes resten importancia a las advertencias sobre las zonas a las que viajan y las complicaciones mortales que pueden acarrear sus procedimientos.
“¿Es ése un riesgo que uno está dispuesto a correr para ahorrarse un par de miles de dólares? Sé que la gente dice que pareces un esnob cuando dices: ‘Dios mío, sólo ahorras un par de miles de dólares’”, manifestó. Pero “es tu vida”, recordó.
Según David Vequist IV, director del Centro de Investigación de Turismo Médico de la Universidad del Verbo Encarnado de San Antonio (Texas), México acoge a muchos turistas que no sólo se someten a cirugías estéticas, sino también a tratamientos dentales y farmacéuticos. Además del precio más bajo que pagarían en su país, tienen la convicción de recibir una atención igual o mejor.
“La gente tiende a viajar por lo que percibe como valor. En otras palabras, no se trata sólo del precio, sino del precio más lo que consideran un nivel aceptable de calidad”, señaló Vequist.
Las estimaciones sobre el número de turistas médicos que viajan a México varían. De acuerdo con Patients Beyond Borders, una firma internacional de publicación y consultoría de viajes en torno al turismo de la salud, en 2019 -antes de la pandemia- viajaron a México alrededor de 1.2 millones de ciudadanos estadounidenses para recibir tratamiento médico electivo, en su mayoría cosméticos, odontología compleja y tratamientos bariátricos.
En muchas ocasiones, esas cirugías son exitosas, dijo el Dr. Alex Sobel, presidente de la Academia Estadounidense de Cirugía Cosmética. “Tendemos a oír y ver los malos resultados”, aseguró, pero “la cirugía estética es una comunidad tremendamente internacional, con grandes cirujanos e investigadores por todas partes”.
Los descuentos en el extranjero pueden ser importantes: Sobel ha oído hablar de intervenciones que cuestan hasta un 80% menos en México. Esto se debe a que los cirujanos tienen costos más bajos, unos ahorros que repercuten directamente en los pacientes, explicó Vequist. Esto incluye desde menores gastos inmobiliarios y farmacéuticos hasta salarios más bajos para el personal médico, como enfermeras y anestesistas.
Rodríguez dijo que también se debe en parte al tipo de cambio y a que los cirujanos no tienen que cumplir normas tan estrictas como en Estados Unidos.
Rescates y otros riesgos
Pero la seguridad de las prácticas médicas es independiente de la seguridad de las zonas que los estadounidenses recorren para conseguirlas. El Departamento de Estado ha advertido de que en el estado mexicano donde se encuentra Matamoros, los delincuentes atacan a los pasajeros de vehículos y autobuses, y exigen rescates.
Wilson, que se sometió a tres procedimientos allí en octubre, insistió en no haber sentido peligro en ningún momento y atribuyó su sensación de seguridad a una plaza que había reservado en un centro de recuperación posquirúrgico en Harlingen (Texas), que le facilitó el transporte de ida y vuelta a su operación.
Madre de cuatro hijos, está satisfecha con las mejoras estéticas que lograron corregir la flacidez de la piel del vientre causada por la diástasis de rectos, un trastorno que consiste en la separación de los músculos abdominales durante el embarazo.
Aunque está conmocionada por el secuestro y asesinato de los estadounidenses, admitió que no dudaría en volver a operarse en Matamoros, pero usando el mismo medio de transporte.
Jennyfer Cocco, cirujana plástica en Dallas (Texas) consideró que no hay nada de malo en buscar el mejor precio cuando se trata de una operación de estética, “siempre y cuando sepas en lo que te estás metiendo”.
Hay cirujanos en México, dijo, certificados según las normas estadounidenses y las certificaciones se pueden comprobar en el sitio web de la Sociedad Estadounidense de Cirujanos Plásticos.
“Mi consejo sería que cualquier estadounidense que viaje necesita mirar las advertencias del Departamento de Estado sobre qué áreas son seguras y qué tipos de problemas suceden”, dijo Vequist, “en este momento, por desgracia, en México hay varias regiones, estados y ciudades con advertencias del Departamento de Estado".