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Cinco actividades para los niños en verano que los médicos de urgencias piden evitar

Piscinas, playas, fuegos artificiales... cada año miles de niños ponen sus vidas en peligro sin saberlo en sus juegos favoritos durante las vacaciones. Esto puede hacer para protegerlos.

Por Caroline Kee - TODAY

El verano está a punto de llegar, lo que significa que hace más calor, los días son más largos, y los padres se preparan para el cambio en los horarios infantiles. Es la estación favorita de muchos niños, y con razón: además de un descanso muy necesario de la escuela, ofrece muchas oportunidades para divertirse. Pero cuidado: según los expertos, también presenta riesgos para su salud y seguridad.

Tanto si los niños disfrutan del verano en casa como si se van de vacaciones o de campamento, es importante encargarse de que se diviertan de forma segura. Para ello, hemos hablado con médicos de urgencias pediátricas sobre algunas de las principales razones por las que los niños acaban en urgencias durante el verano; sobre las actividades de riesgo que no dejarían hacer a sus hijos; y cómo los padres pueden garantizar la seguridad de sus hijos este verano.

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Jugar con fuegos artificiales

Preguntados por esta nostálgica actividad veraniega, los expertos coincidieron unánimemente en que los fuegos artificiales deben dejarse en manos de los profesionales y disfrutarse desde una distancia segura. Es decir, nada de fuegos artificiales en casa, ni siquiera los legales.

Todos los veranos, los niños llegan a la sala de emergencias con lesiones relacionadas con los fuegos artificiales; como era de esperar, tienden a aumentar alrededor del 4 de julio, según explicó Brent Kaziny, director médico de gestión de emergencias del Texas Children’s Hospital.

Las heridas van desde quemaduras leves hasta de tercer grado, lesiones graves en la cara o los ojos, e incluso la pérdida de dedos o manos. En 2021, se produjeron nueve muertes en Estados Unidos a causa de los fuegos artificiales, según la Comisión para la Seguridad de los Productos de Consumo.

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Afortunadamente, la mayoría de estas heridas se pueden prevenir no encendiendo fuegos artificiales en casa. Si los padres siguen queriendo correr ese riesgo, Kaziny insiste en que no se debe permitir nunca que los niños toquen o enciendan los fuegos artificiales, incluidas las bengalas.

“Los padres deben saber que las bengalas pueden alcanzar temperaturas de más de 2,000 grados Fahrenheit. Es como el calor de un soplete de soldar”, dijo Kaziny, que recomienda alternativas más seguras, como las barritas luminosas, sobre todo para los niños pequeños.

“Los fuegos artificiales pueden ser una parte muy divertida de la celebración de las vacaciones de verano, pero no merece la pena que el niño sufra lesiones devastadoras de por vida”, indicó Caitlin Farrell, médico de urgencias pediátricas del Hospital Infantil de Boston e investigadora en prevención de lesiones de la Facultad de Medicina de Harvard.

Entrar o estar cerca de piscinas sin supervisión

Las piscinas son una de las alegrías del verano, pero también uno de los mayores peligros para los niños, según los expertos. El ahogamiento es la principal causa de muerte de niños de 1 a 4 años en Estados Unidos, y la mayoría se producen en piscinas privadas en casas, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés).

Los ahogamientos y las lesiones por sumersión suelen producirse de forma rápida y silenciosa, explica Meghan Martin, doctora de urgencias pediátricas del Johns Hopkins All Children’s Hospital. Por eso, dice que nunca se debe dejar a los niños dentro o cerca de una piscina sin supervisión. “Evite alejarse, aunque sólo sea un segundo, porque es cuando ocurre todo”, recomendó Martin.

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Asegúrese siempre de que hay un “vigilante del agua” designado para supervisar a los niños en la piscina, dijo Farrell, especialmente cuando hay niños pequeños en el agua. Los padres también deben enseñar a los niños seguridad en la piscina lo antes posible, para que sepan que no deben meterse en el agua cuando no hay adultos y cómo salir.

Lo ideal, según Farrell, es que las piscinas privadas en casas tengan una valla de cuatro lados que se cierre o cierre automáticamente y que mida al menos cuatro pies (metro y medio) de altura.

“No hay truco para la seguridad de los niños en el agua. Hay que asegurarse de prestarles toda la atención y darles clases de natación”, advirtió Martin.

Nadar en un océano agitado

Relajarse en la playa es una de las actividades veraniegas favoritas de muchas familias. Sin embargo, el océano presenta riesgos únicos, y los accidentes por ahogamiento en aguas naturales (incluidos los océanos) son frecuentes entre los niños, sobre todo entre los de 5 a 14 años, según datos de los CDC.

Antes de ir a la playa, compruebe siempre las condiciones meteorológicas y la previsión de la zona de oleaje. “Cuando estés en la playa, asegúrate de prestar atención a cualquier aviso relacionado con resacas o mareas vivas”, señaló Kaziny. Si hay banderas izadas en la playa o avisos de los socorristas, escúchelos siempre.

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En cualquier caso, si el mar parece demasiado agitado o la corriente demasiado fuerte, Martin recomienda a los padres que mantengan a los niños alejados por completo, sobre todo si son pequeños o no son buenos nadadores.

Unos niños juegan en una playa de Deauville, noroeste de Francia, el 24 de agosto de 2022.
Unos niños juegan en una playa de Deauville, noroeste de Francia, el 24 de agosto de 2022.Lou Benoist / AFP via Getty Images

Cuando los niños se bañen en el mar, deben ir acompañados de sus padres o supervisados de cerca, dice Kaziny. Los chalecos salvavidas o flotadores homologados por la Guardia Costera pueden ofrecer una capa adicional de protección. “Lo mejor que se puede hacer [para proteger] a los niños más pequeños es darles clases de natación”, explicó Kaziny.

Otro consejo de Martin sobre seguridad en la playa es enseñar a los niños a salir nadando de las corrientes de resaca, lo que implica nadar en paralelo a la playa y nunca contra la corriente. “Incluso los nadadores más fuertes pueden caer en esta trampa”, recordó.

Pasar tiempo al sol sin protección

El sol puede ser una de las mejores partes del verano, pero es importante que los padres tomen medidas para proteger a los niños de una exposición excesiva a los rayos ultravioleta (UV), según los expertos.

“Todos los veranos vemos quemaduras solares muy graves en los niños, sobre todo en los lactantes”, señaló Martin. Entre ellas se incluyen las quemaduras solares de segundo grado que producen ampollas y dañan la piel.

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Según los CDC, los antecedentes de una o más quemaduras solares durante la infancia aumentan el riesgo de desarrollar cáncer de piel en la edad adulta. La protección solar es clave tanto para niños como para adultos durante todo el verano, según los expertos.

“Los bebés menores de 6 meses deben estar protegidos de la luz solar directa”, indicó Kaziny, que recordó que los padres deben llevar una sombrilla o un toldo para darles sombra cuando estén al aire libre.

Todos los niños deben ponerse protección solar antes de exponerse al sol, dice Kaziny. El protector solar debe ser de amplio espectro (protege contra los rayos UVA/UVB), añade, y tener al menos un factor de protección 15, aunque lo ideal es que sea superior.

“Asegúrate de volver a aplicársela con regularidad o, al menos, cada dos horas y después de que se metan en el agua y se sequen”, dice Kaziny.

Además del protector solar, Kaziny recomienda que los niños lleven sombreros, gafas de sol y ropa protectora, como lycras de manga larga, siempre que sea posible.

Si un niño se quema con el sol, los padres deben asegurarse de que beba mucho líquido y utilice analgésicos de venta libre, así como lociones medicinales, dice Kaziny. Los padres deben consultar siempre al pediatra si tienen dudas o preguntas.

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Los niños también corren el riesgo de intoxicación solar, una quemadura solar grave que puede simular una reacción alérgica o una enfermedad similar a la gripe, según la Clínica Cleveland: además de la piel quemada, puede causar fiebre, escalofríos, erupción cutánea grave, náuseas, deshidratación y mareos.

Montar en bicicleta sin casco

Los accidentes de bicicleta ocurren durante todo el año, pero aumentan entre los niños en verano, cuando acaba el colegio y la gente pasa más tiempo al aire libre, dice Farrell. Las lesiones resultantes pueden ir desde cortes y contusiones hasta fracturas óseas y traumatismos craneoencefálicos.

“Cuando los niños se caen y se golpean la cabeza o se lesionan el cerebro... pueden ser lesiones devastadoras (con) consecuencias para toda la vida”, dice Farrell, y añade que es esencial que todos los niños lleven casco cada vez que monten en bicicleta, por muy cerca que estén de casa.

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“Los niños mayores a menudo piensan que no necesitan casco porque son buenos ciclistas y no tienen miedo a caerse”, dice Farrell. Pero las visitas a urgencias demuestran lo contrario.

Según los CDC, los adolescentes presentan una de las tasas más elevadas de lesiones relacionadas con el ciclismo atendidas en los servicios de urgencias.

Independientemente de la experiencia del ciclista, los accidentes pueden ocurrir, señalan los expertos. “[El casco] es una sencilla norma de seguridad que sabemos que salva vidas”, recordó Farrell, quien añade que los padres también deberían llevarlo de forma sistemática para que sus hijos aprendan a llevarlo.

Unas palabras finales sobre la seguridad infantil

Éstas no son las únicas actividades populares que son arriesgadas o inseguras para los niños. TODAY.com, de la cadena de noticias NBC News, informó anteriormente de que los expertos en medicina de urgencias pediátricas también advierten contra estas actividades durante todo el año: conducir vehículos todoterreno, saltar en camas elásticas sin supervisión, tocar mascotas desconocidas, viajar en el asiento delantero de un coche con menos de 13 años y entrar en otra casa sin preguntar antes por las armas de fuego.