IE 11 is not supported. For an optimal experience visit our site on another browser.

Científicos estadounidenses dicen que han curado el VIH por primera vez a una mujer

'La paciente de Nueva York' recibió un tratamiento con células madre y está "asintomática".

Por Benjamin Ryan - NBC News

Un equipo científico estadounidense dio a conocer este martes que posiblemente ha curado el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) en una persona por primera vez. 

Basándose en los éxitos y fracasos de otros investigadores, estos científicos utilizaron un método vanguardista de trasplante de células madre que esperan que se pueda aplicar a más personas.

La paciente de Nueva York, como se le conoce para mantener su privacidad, ingresó así en el reducido grupo de personas a las que se les ha curado el VIH, formado hasta ahora por tres hombres.

Los investigadores también conocen a dos mujeres cuyo sistema inmunitario venció al VIH de forma extraordinaria por su cuenta.

Imagen de archivo de una investigación del VIH.
Imagen de archivo de una investigación del VIH.Westend61 / Getty Images/Westend61

Carl Dieffenbach, director de la división sobre sida del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas, que financia a estos investigadores, dijo a la cadena de noticias NBC News que la acumulación de repetidos triunfos aparentes en la curación del VIH “sigue dando esperanzas”. 

“Es importante que siga habiendo éxitos”, aseguró.

En el primer caso de lo que finalmente se consideró una cura exitosa del VIH, los investigadores trataron al estadounidense Timothy Ray Brown de leucemia mieloide aguda (AML, en inglés).

El hombre recibió un trasplante de células madre de un donante que tenía una rara anomalía genética que otorga a las células inmunitarias a las que se dirige el VIH una resistencia natural al virus.

La estrategia en el caso de Brown, que se hizo pública por primera vez en 2008, ha curado aparentemente el VIH en otras dos personas. Pero también ha fracasado en varias ocasiones.

Este proceso terapéutico busca sustituir el sistema inmunitario de un individuo por el de otra persona, tratando su cáncer y curando al mismo tiempo su VIH. Para ello, los médicos deben destruir primero el sistema inmunitario original con quimioterapia y, a veces, con radiación.

La esperanza es que esto también destruya el mayor número posible de células inmunitarias que todavía albergan silenciosamente el VIH a pesar del tratamiento antirretroviral eficaz.

Siempre que las células madre resistentes al VIH trasplantadas se injerten correctamente, las nuevas copias víricas que puedan surgir de cualquier célula infectada restante serán incapaces de infectar a ninguna otra célula inmunitaria. 

Los expertos subrayan que no es ético intentar curar el VIH mediante un trasplante de células madre porque lo consideran un procedimiento tóxico y a veces mortal en cualquier persona que no padezca un cáncer potencialmente mortal u otra afección que la haga ya candidata a un tratamiento tan arriesgado. 

Deborah Persaud, especialista en enfermedades infecciosas pediátricas de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, que preside el comité científico que está detrás del nuevo estudio de casos (la Red Internacional de Ensayos Clínicos sobre el SIDA Materno-Pediátrico), dijo que aunque están "muy emocionados" por la nueva posible cura del VIH, el método de tratamiento con células madre "todavía no es una estrategia factible para todos, excepto para un puñado de los millones de personas que viven con el VIH".

Empujando los límites de la ciencia

Yvonne J. Bryson, especialista en enfermedades infecciosas pediátricas de la Facultad de Medicina David Geffen de la UCLA, describió el nuevo caso de estudio el martes en la conferencia anual Retroviruses and Opportunistic Infections.

La paciente de Nueva York, que recibió su tratamiento en el New York-Presbyterian Weill Cornell Medical Center de la ciudad , fue diagnosticada con VIH en 2013 y con leucemia en 2017.

Bryson y Persaud se han asociado con una red de otros investigadores para realizar pruebas de laboratorio para evaluar a la mujer. En Weill Cornell, los doctores Jingmei Hsu y Koen van Besien, del programa de trasplante de células madre, se unieron con el doctor Marshall Glesby, especialista en enfermedades infecciosas, en la atención a la paciente. 

Este equipo lleva mucho tiempo tratando de mitigar el considerable reto al que se enfrentan los investigadores a la hora de encontrar un donante cuyas células madre puedan tratar el cáncer de un paciente y curar su VIH.

Tradicionalmente, un donante de este tipo debe ser lo suficientemente compatible con el antígeno leucocitario humano (HLA, en inglés), para maximizar la probabilidad de que el trasplante de células madre se injerte bien. El donante también debe tener la rara anomalía genética que confiere resistencia al VIH.

Esta anomalía genética se da en gran medida en personas con ascendencia del norte de Europa, e incluso entre los nativos de esa zona, en una proporción de sólo el 1% aproximadamente. Por tanto, para quienes carecen de una ascendencia similar considerable, la posibilidad de encontrar un donante de células madre adecuado es especialmente baja.

En Estados Unidos, los afroamericanos representan el 40% y los hispanos el 25% de los aproximadamente 1.2 millones de personas con VIH; los blancos representan el 28%.

Tratamiento de vanguardia

El procedimiento utilizado para tratar a la paciente de Nueva York, conocido como trasplante de haplo-cord fue desarrollado por el equipo de Weill Cornell para ampliar las opciones de tratamiento del cáncer para las personas con tumores malignos en la sangre que carecen de donantes con HLA idéntico.

En primer lugar, el paciente con cáncer recibe un trasplante de sangre del cordón umbilical, que contiene células madre que constituyen un potente sistema inmunitario incipiente. Un día después, recibe un injerto mayor de células madre adultas. Las células madre adultas florecen rápidamente, pero con el tiempo son sustituidas en su totalidad por las células del cordón umbilical.

En comparación con las células madre adultas, la sangre de cordón umbilical es más adaptable, suele requerir menos compatibilidad HLA para tener éxito en el tratamiento del cáncer y causa menos complicaciones. Sin embargo, la sangre del cordón umbilical no suele producir suficientes células para ser eficaz como tratamiento del cáncer en adultos, por lo que los trasplantes de dicha sangre se han limitado tradicionalmente a la oncología pediátrica.

En los trasplantes haplo-cord, el trasplante adicional de células madre de un donante adulto, que proporciona una cantidad de células, puede ayudar a compensar la escasez de células de sangre de cordón. 

"El papel de las células del donante adulto es acelerar el proceso de injerto temprano y hacer que el trasplante sea más fácil y seguro", dijo Van Besien. 

En el caso de la paciente de Nueva York, de ascendencia mezclada, el equipo de Weill Cornell y sus colaboradores encontraron la anomalía genética resistente al VIH en la sangre del cordón umbilical de un donante infantil. Emparejaron un trasplante de esas células con células madre de un donante adulto. Ambos donantes eran sólo parcialmente compatibles con el HLA de la mujer, pero la combinación de los dos trasplantes lo permitió. 

“Calculamos que hay aproximadamente 50 pacientes al año en EE.UU. que podrían beneficiarse de este procedimiento”, dijo van Besien sobre el uso del trasplante de haplo-cord como terapia para curar el VIH. “La posibilidad de utilizar injertos de sangre de cordón umbilical parcialmente compatibles aumenta enormemente la probabilidad de encontrar donantes adecuados para estos pacientes”, agregó.

Otra ventaja de recurrir a la sangre del cordón umbilical es que los bancos de este recurso son mucho más fáciles de examinar en grandes cantidades para detectar la anomalía de resistencia al VIH que los registros de médula ósea de los que los oncólogos encuentran donantes de células madre.

Antes de que la paciente neoyorquina se convirtiera en candidata al tratamiento haplo-cord, Bryson y sus colaboradores ya habían examinado miles de muestras de sangre de cordón umbilical en busca de la anomalía genética.

El trasplante de la mujer se injertó muy bien. Lleva más de cuatro años en remisión de su leucemia. Tres años después del trasplante, ella y sus médicos suspendieron el tratamiento contra el VIH. Catorce meses después, todavía no ha experimentado ningún resurgimiento del virus.

Múltiples pruebas no detectan en las células inmunitarias de la mujer ningún signo de VIH capaz de replicarse, tampoco los investigadores pueden detectar anticuerpos contra el VIH o células inmunitarias programadas para perseguir el virus. También extrajeron células inmunitarias de la mujer y, en un experimento de laboratorio, intentaron infectarlas con el VIH, sin éxito.