Cuando a Kevin Kwong le aparecieron las primeras lesiones, no uno ni dos sino varios especialistas las confundieron con sarna o herpes porque no lucían como las de las fotos que habían visto circular de la viruela de mono. Para cuando obtuvo el diagnóstico correcto, a inicios de julio, su salud ya había empeorado y tenía entre 600 y 800 ronchas en las manos, pies, codos, garganta y cerca de los ojos.
“Mis síntomas se agravaron y ninguno de mis fármacos funcionaba para lo que creíamos era herpes simple y sarna”, contó Kwong de 33 años en la red social Instagram. “Sentía que no sabía qué me estaba pasando, pero no me di cuenta de la poca información con que contaban los médicos y de lo poco preparados que estaban ellos también”, aseguró a Kaiser Health News, aliados de Noticias Telemundo.
Su experiencia sorteando el sistema de salud no es única.
“A veces estas lesiones ya tienen costras y ya ni siquiera lucen en su etapa madura como las que vemos en revistas y en noticieros, y eso ha probado ser un reto para la mayoría de los doctores”, explica el doctor Mauricio González Arias, especialista en medicina interna y emergencias, que atiende desde hace más de siete años en el Metropolitan Hospital Center de Nueva York.
González ha tenido varios pacientes con viruela de mono: "Poco a poco nos hemos ido familiarizando”, explicó a Noticias Telemundo.
Los primeros casos de este brote se detectaron en mayo de 2022. Hasta el 5 de agosto, se reportaban casi 30,000 en 88 países del mundo, y 7,510 de ellos en Estados Unidos, que declaró la enfermedad como una emergencia de salud pública en agosto.
Al ser tan poco conocida en sitios donde no era endémica, es decir donde no aparece comúnmente, cada día surgieron nuevos mitos. Pero esto es lo que se sabe hasta ahora, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC):
- Se detectó por primera vez en 1958 en monos.
- Su origen es desconocido, pero se cree que roedores africanos y primates pueden albergar el virus e infectar a las personas.
- El primer caso en seres humanos se reportó en 1970.
- Antes de 2022, se registró en países de África central y occidental.
- El virus que causa la viruela del mono es parte de la misma familia del de la viruela y sus síntomas, aunque similares, son más leves.
Qué dicen los médicos
Además de conversar con el doctor González Arias, hablamos con Katrine Wallace, epidemióloga y profesora en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Illinois, y con Margaret Russell, doctora familiar en Chicago y especialista en la salud de las personas LGBTQ, para aclarar dudas comunes sobre esta enfermedad. Ellos no son ajenos a desacreditar noticias falsas. Usan sus cuentas en redes como TikTok o Twitter para amplificar lo que dice la ciencia. Esto es lo que explican:
- No es una enfermedad de transmisión sexual. Que la gripe pueda contagiarse durante el sexo no la hace una enfermedad de transmisión sexual, asegura Wallace. Y lo mismo sucede con la viruela de mono: la infección se da por la cercanía y roce con la persona infectada. “Lo que hemos visto es que la proximidad del acto sexual, con las lesiones activas, conduce a la transmisión”, apunta González Arias, “no ha sido clasificada como enfermedad de transmisión sexual, pero eso no significa que no lo vaya a ser en el futuro”.
- No es exclusiva de la comunidad LGBTQ: “No hay nada biológico en el hecho de ser un hombre que tiene sexo con hombres o una persona gay que te predisponga a la viruela del mono, podría sucederle a cualquiera que haya estado expuesto al virus”, aclara Wallace. Niños y mujeres y hombres de cualquier orientación sexual pueden contraerla.
- Sí, hay vacunas. “En Estados Unidos tenemos vacunas y antivirales. La vacuna después de la exposición se les está aplicando a las personas que tienen alto riesgo, que puedan tener inmunocompromiso”, dice el especialista en Medicina Interna y Urgencias. Antes de administrar cualquier fármaco debe comprobarse que la persona está contagiada.
- Las lesiones en la piel no siempre lucen como en las fotos. El virus tiene distintas etapas: una persona puede estar enferma y presentar síntomas como los de la gripe o el COVID-19, antes de que aparezcan las erupciones en la piel. “Estas lesiones tienen un progreso, inicialmente se pueden ver como granos, como acné, pero conforme pasan los días se van formando las vesículas”, afirma González Arias.
- Las precauciones del COVID-19 funcionan para evitar el contagio: “No me molesta si las personas usan mascarilla para prevenir la viruela porque también nos ayuda con el COVID-19”, agrega Wallace, quien insiste que a diferencia del coronavirus –que es muy contagioso incluso sin un contacto directo– la viruela de mono necesita el contacto piel con piel para transmitirse.
Lo explicamos a continuación.
1. No solo se transmite mediante el sexo
La viruela de mono se contagia por contacto “estrecho y personal, a menudo de piel a piel”. Ese contacto puede darse en el contexto de una relación íntima al besar, abrazar, rozar o masajear a alguien infectado, pero no hay pruebas de que pueda propagarse a través de “semen, fluidos vaginales, orina o heces”, según los CDC.
“Se necesitan estudios para comprender mejor este riesgo”, reconoce la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“La ropa, las sábanas o compartir cama con alguien contagiado te expone a una gran cantidad del virus”, dice la profesora Wallace. Y también las toallas sin desinfectar que estuvieron expuestas a las erupciones, a los cascarones y fluidos corporales de una persona infectada.
[El Gobierno declara la emergencia de salud pública por la viruela del mono]
Sobre si es posible contagiarse al probarse ropa en una tienda, la epidemióloga recalca que es poco probable. “El nivel del virus no es suficiente probablemente para contagiarte: hoy no estamos viendo ese tipo de transmisión en la comunidad y esperamos que la gente con la viruela no esté en las tiendas probándose ropa”.
2. No es exclusiva de la comunidad LGBTQ
Aunque los contagios se han extendido entre hombres que tienen sexo con hombres, Wallace cree que tiene más que ver con la estrecha interconexión de los círculos sociales y sexuales que se dan en esa comunidad. “Se ha visto esta enfermedad sobre todo en hombres que tienen sexo con hombres pero eso no significa que sea exclusivo de ellos, y eso ha herido y estigmatizado a esta comunidad”, lamenta González Arias, quien ha atendido todo tipo de casos entre ellos de latinos. La mayoría, dice, son leves.
La mayoría de los casos son leves: pacientes jóvenes que solo requieren aislamiento y tratamiento sintomático"
Mauricio González Arias Medicina Interna
“Son pacientes jóvenes que no están sumamente enfermos, que solo requieren aislamiento y tratamiento sintomático, es decir líquidos orales y comer bien, descansar, ibuprofeno o Tylenol para la fiebre o los dolores musculares o de cabeza”, agrega el doctor.
3. Hay dos vacunas disponibles
ACAM2000. Fue aprobada para usarse contra la viruela y hay dosis disponibles. Pero “está asociada a más efectos secundarios y problemas relacionados a su toxicidad y seguridad", dice la epidemióloga: "No puede ser usada en personas con sistemas inmunodeprimidos, ni embarazadas, ni en alguien con eczema”.
Jynneos. Fue aprobada en un principio para adultos, pero tras la detección del caso positivo de un trabajador en una guardería de Illinois, se autorizó su uso en niños en situaciones excepcionales.
“Lamentablemente no ordenamos suficientes dosis y la respuesta ha sido limitada debido a eso, ahorita estamos vacunando solamente a personas con alto riesgo”, sostiene la doctora.
Ese riesgo se determina si alguien ha estado en contacto cercano a un caso positivo, “puede ser la pareja sexual, o una persona que ha tenido múltiples parejas sexuales en un área con un brote”.
El trabajo de la doctora Margaret Russell se enfoca en la salud sexual y reproductiva y también en el acceso a la salud de los pacientes LGBTQ. Ella dice que, ante la emergencia, las pruebas y vacunas estuvieron “limitadas y se reservaron para personas de mayor riesgo”, como sucedió al inicio de la pandemia del COVID-19.
Eso dio lugar “a muchas ideas erróneas sobre la enfermedad y sobre quién se encuentra potencialmente en riesgo”. A finales de julio, Russell desmintió algunos bulos sobre la viruela del mono en un hilo en Twitter. “No está restringida a la edad, el género, la orientación sexual o cualquier otra característica personal”, insiste.
De acuerdo a la OMS, varios estudios han demostrado que “la vacunación contra la viruela tiene una eficacia de aproximadamente el 85% en la prevención de la viruela del mono”.
4. Las lesiones no siempre se ven como en las fotos
“He visto bastantes casos, la gran mayoría hombres jóvenes sin patologías agregadas, que presentan los síntomas característicos: fatiga, fiebre, falta de apetito y que días o semanas después aparecen las lesiones que ya conocemos”, explica González Arias.
“Desde ese punto no deberías salir, uno a cuatro días después aparecerá el sarpullido”, prosigue Wallace. Ese sarpullido también pasa por distintas etapas. “Las primeras erupciones son pequeñas, como un grano, luego empezarán a crecer y crecer hasta crear costras que finalmente se desprenden, cuando se caen se cree que la persona ya no es contagiosa”, explica.
Los síntomas pueden empezar tres semanas después de la exposición al virus y “la enfermedad suele durar entre dos y cuatro semanas”, según los CDC. González reconoce que ha sido un reto para los profesionales familiarizarse con ellas y sus distintas etapas.
Russell coincide con él. “Muchos médicos no la han visto nunca y puede que no sientan confianza para diagnosticarla”, explicó a Noticias Telemundo.
Una de las peculiaridades de este brote es que los síntomas virales no siempre aparecen o empiezan después del sarpullido.
Las partes del cuerpo donde surgen los granos también varía. “A menudo comienzan en la zona genital o en el interior de la boca y el recto, donde la gente puede tener dolor pero las lesiones son difíciles de ver”, aclara Russell.
5. Algunas medidas contra el COVID-19 funcionan
El COVID-19 es tan contagioso que no necesita un contacto cercano, pero la viruela del mono sí. Aunque los CDC detallan distintas vías de transmisión, no todas son igual de peligrosas, considera Wallace. “Probablemente no te contagiarás de la viruela del mono por algo casual como estar en el supermercado o en un café”, explica.
“Creemos que también puede infectarse por gotas de saliva pero no sabemos qué tan efectiva es esa ruta de transmisión”, indica Gutiérrez Arias.
Las comparaciones entre ambos virus parten de la familiaridad que las personas tienen con el COVID-19 y sus medidas de prevención tras dos años de pandemia, consideran los expertos. El uso de mascarilla y el distanciamiento social siempre resultan útiles.
“Son dos familias completamente diferentes de virus”, aclara Wallace, así que “sí es posible tenerlos al mismo tiempo”.
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