Por Elizabeth Chuck - NBC News
Un cirujano ortopédico en Florida causó “cientos de lesiones devastadoras”, mientras que su hospital ignoró las quejas de los pacientes durante años después de que el profesional comenzó a mostrar signos de un trastorno neurológico progresivo, según documentos judiciales.
Entre 2016 y 2020, los pacientes notaron que el Dr. Richard David Heekin arrastraba las palabras y tenía “dificultades con el equilibrio, incapacidad para concentrarse, arrebatos de ira, comportamiento errático, alteraciones en el modo de andar y deterioro del juicio y del estado de ánimo”, según los documentos judiciales.
Entre los presuntos errores cometidos durante las cirugías se encuentran fracturas óseas, tendones rotos y nervios cortados.
Las complicaciones resultantes fueron significativas. Muchos pacientes requirieron cirugías de revisión, y al menos una persona murió por los problemas de la intervención, según las denuncias civiles.
Las acciones legales nombran a Heekin, su clínica y el Hospital Ascension St. Vincent’s Riverside en Jacksonville, Florida, como demandados. J. Brent Allen, el abogado de St. Vincent’s Riverside, se negó a comentar sobre las acusaciones, mientras que Jep Barbour, abogado de Heekin and Heekin Clinic, no respondió de inmediato a las llamadas telefónicas y correos electrónicos de NBC News. Los intentos de comunicarse con Heekin tampoco tuvieron éxito.
Heekin realizaba principalmente reemplazos de rodilla y cadera, operaciones que generalmente no conllevan una alta tasa de complicaciones importantes para los pacientes, según encontró un estudio de 2020 publicado en la revista BMC Musculoskeletal Disorders.
Hasta el momento, se han presentado 350 demandas, y se esperan al menos 100 más para fin de año, dijo Daniel Harwin, quien representa a las presuntas víctimas, a NBC News en una entrevista exclusiva.
“Ellos tenían una expectativa razonable de que sus vidas mejorarían”, dijo Harwin sobre los pacientes de Heekin.
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Una de las complicaciones más extremas citadas en los documentos judiciales le ocurrió a Lucinda Bonk, de 70 años, quien murió en septiembre de 2018 después de un reemplazo de cadera que duró más de lo esperado porque Heekin supuestamente le fracturó el fémur durante la cirugía.
Después de que Heekin intentó reparar la fractura, los signos vitales de Bonk comenzaron a disminuir, dijo Harwin. Su certificado de defunción, que fue visto por NBC News, señala las complicaciones de una fractura de fémur como la causa de su muerte.
Cuando Bonk conoció a Heekin, este no había levantado ninguna sospecha, dijo Anthony Bonk, su esposo durante 42 años. Hablando con NBC News en sus primeros comentarios públicos sobre el caso, Anthony Bonk dijo que Heekin no era muy amable, pero le expresó confianza en que podría arreglar la cadera de su esposa.
La mañana de su cirugía, Bonk se sentía optimista, recordó su esposo.
“Ella solo quería que sostuviera su mano durante y después de la cirugía”, dijo. “No hace falta decir que no tuve esa oportunidad”.
“Ella solo quería que sostuviera su mano durante y después de la cirugía. No hace falta decir que no tuve esa oportunidad”.
Anthony Bonk, Esposo de Lucinda Bonk
En cambio, Anthony Bonk dijo que vio cómo el personal intentaba frenéticamente resucitar a su esposa después de la operación.
“Todavía me golpea hoy”, agregó, con la voz entrecortada. “Nunca lo superas”.
Entre las otras presuntas víctimas se encontraban pacientes cuya cirugía los dejó con una pierna más corta que la otra, porque Heekin supuestamente había seleccionado un componente femoral de tamaño incorrecto para el reemplazo de cadera. Otros pacientes tenían un daño nervioso tan severo que terminaron con un “pie caído” permanente, dicen los documentos, refiriéndose a la dificultad para levantar la parte delantera del pie del suelo.
Un trastorno cerebral poco común
Según los documentos de la corte, Heekin tenía parálisis supranuclear progresiva, que la Clínica Mayo describe como un trastorno cerebral poco común que causa problemas graves para caminar, equilibrar y mover los ojos y, eventualmente, para tragar. La enfermedad empeora con el tiempo.
No trascendieron detalles sobre cuándo o si los funcionarios del hospital se dieron cuenta de que Heekin podría tener la afección.
Varios médicos y enfermeras expresaron su preocupación por la capacidad de Heekin para operar, dicen los documentos judiciales. Estas personas expresaron sus preocupaciones a quienes ocupan puestos gerenciales en el hospital St. Vincent’s Riverside, pero el hospital incluso “obligó a por lo menos una enfermera que pidió no estar en la habitación con él, a continuar realizando la cirugía con Heekin cuando sabía que era un riesgo para la seguridad del paciente”, según los registros judiciales.
A través de su abogado, el hospital Ascension St. Vincent’s Riverside se negó a comentar.
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Heekin había realizado miles de cirugías exitosas antes de 2016, dicen los documentos judiciales. Terminó su carrera quirúrgica en 2020, cuando se retiró por su propia voluntad, dijo Harwin.
El primer juicio del caso, un proceso consolidado para seis demandantes, está programado para agosto de 2023, dijo Harwin.
Anthony Bonk dijo que espera que la muerte de su esposa obligue a las instituciones médicas a revisar sus prácticas.
“Confías en ellos. Para eso están en el negocio”, dijo.