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Ronaldinho en México: ¿tiene todavía gasolina en el tanque?

Llegada de Ronaldinho al club de futbol mexicano de Queretaro

Por Carlos Rajo

Ronaldinho, uno de los más grandes jugadores del fútbol internacional en la pasada década, llega hoy a los 34 años al fútbol mexicano contratado por el equipo Querétaro. La gran pregunta es si el futbolista brasileño tiene todavía gasolina en el tanque de creatividad y talento que mostró en sus mejores días, o viene únicamente al fútbol azteca a cobrar fácil su último buen salario antes de colgar los botines.

“He tenido posibilidades (de fichar) con equipos casi de cualquier parte del mundo, y como he explicado antes me conquistó (la Liga Mexicana)”, explicó el futbolista el viernes en su presentación oficial ante la prensa local. “Siempre he tenido ganas de vivir aquí y también he venido para continuar mi historia aquí en México”.

Ciertamente, una historia llena de galardones en lo más alto del fútbol mundial.

Ronaldinho literalmente ha ganado todo en el fútbol. La Copa Mundial en 2002 con la selección brasileña, o la Champions League, el más prestigioso torneo a nivel de equipos, con el Barcelona en 2006. A nivel individual ganó el Balón de Oro en el 2005 (el trofeo que reconoce al mejor futbolista del mundo del año previo). Además del Barcelona, Ronaldinho jugo también con el Paris Saint Germain en Francia, el Milán en Italia y varios equipos brasileños, entre ellos el Atletico de Mineiro con el cual recién terminó.

El “ruido” que ha generado la llegada de Ronaldinho al fútbol mexicano es intenso. Aun cuando hay alguno que otro comentarista que cuestiona si el jugador tiene todavía mucho que ofrecer, la gran mayoría de la prensa le concede el beneficio de la duda e incluso más de alguien habla de que es la incorporación más importante que ha existido en la historia del fútbol mexicano. Un tanto hay como cierta sorpresa por la llegada del futbolista debido a que en los últimos años no ha sido común que lleguen este tipo de jugadores a la Liga Mexicana.

No es que la Liga Mexicana sea pobre y que por eso no llegaban jugadores de gran nombre pasados sus treinta años. Es que muchos de ellos preferían ir a la liga estadounidense (MLS) o incluso terminar sus carreras en su país de origen (en este caso Brazil). En el pasado era más común que llegaran estos grandes jugadores. Es así que en los años 60s llegaron los brasilenos Vavá y Didí; luego en los 70s el también brasileño Couthino; en los 80s Edú y en los 90s Bebeto. Por México también pasaron ya, en el ocaso de sus carreras, el español Buitragueño e incluso el gran Guardiola, justo antes de retirarse y comenzar su memorable carrera de técnico con el Barcelona. O, también, otro jugador que dejó buenos recuerdos en México, el polaco Grzegorz Lato.

Un poco las circunstancias favorecieron para que Ronaldinho llegara al fútbol mexicano. En parte porque el jugador no costó nada extra, excepto su salario. Al terminar su contrato con el Atlético Mineiro quedó libre y podía irse adonde quisiera. En parte también porque se supone que nadie más quiso contratarlo o al menos pagarle lo que pedía. No queda claro cuánto ganará, pero si se toma como referencia su más reciente salario con el Mineiro (un poco más de dos millones de dólares anuales), habría que pensar que lo menos que ganará en México son los mismos dos millones o, lo más seguro, mucho más.

Cifra nada extraordinaria para lo que se paga en el fútbol mexicano (Oribe Peralta, el goleador contratado por el América hace unos meses, gana 2.5 millones de dólares anuales). Quizá lo que sorprende es el que equipo que lo contrató y que pagará tal salario. Si fuera el América, las Chivas, el Monterrey o alguno de los “nuevos ricos” del fútbol mexicano como el León o el Pachucha (ricos gracias a que Carlos Slim les ha inyectado dinero y a que han hecho astutas ventas de sus derechos televisivos), no habría sorpresa. El Querétaro en cambio es un equipo que recién hace unos meses estaba al borde de la quiebra debido a que su principal dueño tenía líos con la justicia (se le acusa de un fraude de cientos de millones de dólares).

Todo cambió cuando hace tres meses el Querétaro fue adquirido por el millonario, y relativamente poderoso en el contexto mexicano, Grupo Empresarial Angeles, el cual tiene intereses en hospitales, hoteles y medios de comunicación (donde se hace llamar Grupo Imagen Multimedia y tiene propiedades en televisión, radio y prensa escrita).

“No será fácil hacer esta contratación sustentable en el tiempo, pero estamos ciertos (de) que somos capaces de lograrlo”, explicó Olegario Vázquez Aldir, el Director General del Grupo Angeles y heredero de la fortuna familiar, citado por el diario Excélsior, una de las tantas propiedades del Grupo. “Nuestra visión es una visión de ir construyendo los resultados en el mediano y en el largo plazo”.

Ojalá que esto del “mediano y el corto plazo” no sea verso. Es precisamente una de las críticas que se le hacen al fútbol mexicano de que los dueños son impacientes y a las primeras de cambio cuando los resultados no se dan echan al técnico o a los jugadores más caros. O que también contratan por un montón de dinero a cualquier jugador sudamericano que al final es un fracaso en la Liga Mexicana.

Con Ronaldinho es claro que más allá de si el jugador tiene todavía algo de esa creatividad y talento que lo caracterizó en sus mejores días, la sola mención de su nombre y figura genera prensa y atención del público. Pero, además, hace ruido por su carácter alegre dentro y fuera de la cancha -‘parrandero’, lo tildan algunos. Su llegada a México le ha generado tal buena prensa al Querétaro como nunca se había visto en años. El siguiente paso será la venta de playeras con el número y nombre de Ronaldinho, lo mismo que más gente en los estadios y mejores contratos televisivos para el Querétaro.

“Soy un jugador con mucha ambición, como si estuviera empezando una vez más”, aseguró Ronaldinho en la citada presentación ante los medios. “Quiero hacer historia con el club”.

Un Querétaro sin mucha historia de triunfos ciertamente que necesitará de alguien del calibre de Ronaldinho.