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Niegan la entrada a una reportera que iba a presenciar la ejecución de un asesino en Alabama porque su falda era muy corta

Este incidente “sexista" es "una violación atroz de la conducta profesional” que “no debería volver a sucederle a nadie”, denuncia su jefa. La periodista pudo acceder gracias a un colega.

Los oficiales de una prisión estatal en Alabama negaron la entrada a una periodista, Ivana Hrynkiw, que había acudido a informar sobre la ejecución de un preso condenado a muerte, alegando que su ropa y calzado violaban el código de vestimenta, según denunció la propia reportera en redes sociales, explicando que había elegido la misma falda y zapatos que ya había usado en ocasiones similares.

Hrynkiw había acudido al centro correccional William C. Holman a presenciar la ejecución de Joe Nathan James Jr., que recibió la inyección letal por asesinar a su exnovia en 1994 pese a las súplicas de la familia de la mujer para que le fuera perdonada la vida.

“He usado esta falda en otras ejecuciones sin incidentes, así como en el trabajo, eventos profesionales y más lugares, y la considero más que adecuada. Mido 5 pies y 10 pulgadas con tacones, soy una persona alta y de piernas largas", explicó Hrynkiw, una periodista galardonada, que ha asistido y presenciado siete ejecuciones.

Pero los oficiales de la prisión le negaron en esta ocasión la entrada, explicando, según su portavoz, Kelly Betts, que el nuevo director de la cárcel, Terry Raybon, había ordenado cumplir con el código de vestimenta. Anteriormente, según el medio para el que trabaja la periodista, este código había sido ignorado.

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Hrynkiw contó en redes sociales que trató de bajarse la falda hasta la cadera para cumplir con el requerimiento, pero los oficiales penitenciarios le dijeron que eso no era suficiente.

La prisión Holmanen Atmore, Alabama.
La prisión Holmanen Atmore, en Alabama, en enero de 2022.Jay Reeves / AP

Un reportero de televisión que también había acudido a informar sobre la ejecución y que presenció lo ocurrido le ofreció a la periodista unos pantalones de pesca impermeables que tenía guardados en la cajuela de su auto.

“Esta fue una situación incómoda”, dijo la periodista, “y me sentí avergonzada de que mi cuerpo y mi ropa fueran cuestionados frente a una sala llena de personas que en su mayoría no había conocido”.

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Aun así, le negaron la entrada porque sus zapatos "eran demasiado reveladores", según contó la periodista, que hubo de cambiárselos por un par de tenis nuevos que había comprado y llevaba en el auto.

"A pesar de usar los pantalones de un hombre que acababa de conocer y tenis informales, seguí con mi trabajo", explicó la periodista, "me senté, traté de dejar de sonrojarme e hice mi trabajo. Como a menudo lo tienen que hacer muchas mujeres".

Kelly Ann Scott, editora en jefe y vicepresidenta de Alabama Media Group, dijo que lo que le sucedido a su periodista estuvo “mal”, y presentó una queja formal al Departamento estatal de Prisiones.

“Ivana siempre, siempre es profesional y, pese a cómo la trataron, se enfocó primero en cubrir una ejecución”, dijo Scott, quien describió el incidente como “sexista y una violación atroz de la conducta profesional” que “no debería volver a sucederle a nadie".