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Les negaron amamantar a sus bebés por un falso positivo en una prueba de drogas: habían comido semillas de amapola

Las mujeres fueron sometidas sin su consentimiento a análisis de drogas y ahora demandan al hospital Garnet Health Medical Center por hacerlas pasar una "absoluta pesadilla". La denuncia plantea que estas prácticas alimentan el estigma de las madres negras y latinas.

Dos mujeres en Nueva York denunciaron a un hospital por hacerles pasar “una absoluta pesadilla” al realizarles, sin su consentimiento ni conocimiento, análisis de drogas mientras estaban en labores de parto.

Las pruebas de orina dieron falsos positivos y, tras dar a luz, a las madres se les prohibió amamantar a sus hijos y se alertó a las autoridades de bienestar infantil sobre los exámenes que resultaron alterados porque, antes del parto, ambas habían ingerido alimentos que contenían semillas de amapola.

“Esos momentos de unión con mi recién nacido son momentos que nunca recuperaré”, lamentó Crystal H en la demanda presentada el viernes ante la División de Derechos Humanos del estado de Nueva York en contra del Garnet Health Medical Center.

“Garnet Health convirtió la alegría de ser una nueva mamá en una absoluta pesadilla”, aseguró Crystal H, quien explicó que no pudo amamantar a su bebé “debido a un falso resultado positivo en un análisis de drogas después de haber comido un panecillo de semillas de amapola”. Ella dio a luz en diciembre de 2020.

La otra madre a quien solo se identifica como Jane Doe afirmó que el centro médico “convirtió lo que debería haber sido el momento más significativo de mi vida en el más traumático. Todo porque comí una ensalada con aderezo de semillas de amapola”.

Convirtió la alegría de ser una nueva mamá en una absoluta pesadilla”

Crystal H en su denuncia

De acuerdo a su testimonio, en marzo de 2021, poco antes de ser ingresada para dar a luz, quiso comer algo saludable sin saber que “la ingestión de alimentos con semillas de amapola puede dar lugar a falsos positivos en las pruebas de drogas para los opioides”. Esto se debe al contenido de morfina en estas semillas que podría generar un resultado errado en una análisis de orina.

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Pese a que los expertos médicos recomiendan realizar otros análisis para confirmar los resultados, el hospital, según la denuncia, se negó a practicarlos y en su lugar notificó a las autoridades.

“Racismo médico”

El centro “discriminó a ambas madres por motivos de sexo y embarazo” y provocó que las autoridades locales realizaran “registros invasivos en sus hogares” luego de ser reportadas al Registro Central Estatal de Abuso y Maltrato Infantil (SCR), alertó en un comunicado The New York Civil Liberties Union (NYCLU).

Las madres y sus recién nacidos luego dieron negativo a la misma prueba. 


La denuncia plantea que este tipo de prácticas alimenta el estigma y escrutinio de las madres negras y latinas.
La denuncia plantea que este tipo de prácticas alimenta el estigma y escrutinio de las madres negras y latinas.Jose Luis Pelaez Inc / Getty Images

Para Crystal H el hospital actuó basándose en “estereotipos racistas” y la pesadilla que ella vivió se repite entre “las neoyorquinas embarazadas de bajos ingresos, de raza negra y latinas”.

Según ella, las mujeres son discriminadas por sus proveedores de atención médica y son amenazadas con “la separación de sus familias”.

“Garnet Health me trató como una madre no apta, me dijo que no podía amamantar, negó repetidamente mis peticiones de una prueba confirmatoria y se aseguró de que mi nombre figurara en el Registro Central de Abuso y Maltrato Infantil del estado de Nueva York”, aseveró la otra denunciante.

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“Las pruebas de drogas a las embarazadas son una forma de racismo médico”, advirtió el NYCLU.

Según la organización, esta práctica es arcaica y se centra en las mujeres de color, alimentando el estigma y escrutinio de las madres negras y latinas, que “sufren altas tasas de mortalidad materna y separación familiar”.

Este tipo de pruebas, sostienen las demandantes, deben ser aprobadas por las madres. 

“Las pruebas de drogas no consensuadas priorizan el estigma sobre la ciencia”, aseveró Gabriella Larios, miembro de Equal Justice Works en The New York Civil Liberties Union. 

“Deben dejar inmediatamente de hacer análisis de drogas a las embarazadas en secreto”, insistió. Tanto ella como las madres que presentaron la denuncia alegan que hace falta una legislación que regule esta práctica.

Crystal H y Jane Doe han pedido que este tipo de procedimientos sean declarados como un tipo de discriminación y se les pague una indemnización por daños y perjuicios. También demandan que el hospital cambie sus políticas, “presente disculpas por escrito y ordene la corrección de sus historiales médicos”.