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Puerto Rico lanza un SOS y ayuda a los más vulnerables tras el huracán

La ayuda federal fluye lentamente, y funcionarios y voluntarios se unen para ayudar a los sectores más frágiles de la población.

La alcaldesa de la ciudad capital de Puerto Rico, San Juan, emitió un pedido de ayuda urgente y expresó su frustración con la lentitud con la que los equipos de rescate comienzan a trabajar en el territorio estadounidense devastado por el huracán María.

"Este es un gran S.O.S", dijo Carmen Yulín Cruz a Rachel Maddow de MSNBC el martes por la noche, "una súplica para que esa ayuda, que está aquí mismo, comience a moverse".

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Cruz dijo que muchos rescatistas en el terreno se habían quedado sin órdenes y que tenía conocimiento de casos en los que los médicos habían esperado dos días antes de ser informados sobre la situación que debían enfrentar.

"La burocracia tiene que ser arrancada como si fuera un band-aid", dijo, "hay botas en el suelo ... pero esas botas tienen que empezar a caminar".

Los comentarios de Cruz se producen en momentos en que la administración Trump promete nuevas ayudas y una visita presidencial en medio de críticas a su respuesta a la crisis.

Mientras tanto, los puertorriqueños se apresuran a ayudar en las necesidades básicas a las poblaciones más vulnerables de la isla, en lo que Cruz calificó de "crisis humanitaria aterradora".

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En San Juan, un grupo de unos 50 voluntarios se ha movilizado en residencias para ancianos, encontrando gente en edificios que carecían de comida, agua corriente, acceso a sus medicinas y electricidad en un calor sofocante.

"Algunas de estas personas estaban en cama, algunas estaban deshidratadas porque no han podido obtener agua o comida durante varios días", dijo Armando Valdés Prieto, abogado y voluntario, a NBC News por teléfono, sobre un edificio que visitó. Algunos de ellos ni siquiera recordaban cuándo habían comido por última vez.

En los edificios sin electricidad, los pacientes diabéticos no pudieron refrigerar su insulina.

Los ascensores ya no estaban trabajando en algunas de las residencias, dejando a muchos con movilidad limitada imposibilitados de salir de sus apartamentos, agregó.

"Un señor anciano me pidió que lo llevara a un refugio días después de la tormenta porque sentía que tendría mejores cuidado en un refugio que en un apartamento del octavo piso, de donde no podía subir y bajar", dijo.

El huracán María, que llegó a tierra el miércoles pasado como Categoría 4, ha sido culpado de 18 muertes en Puerto Rico.

El representante de Puerto Rico, Luis Vega Ramos, quien también estaba ayudando a los voluntarios, dijo que en los últimos días han tenido que llevar a una docena de personas a hospitales.

Describió la visita a un centro de ancianos dirigido por monjas en una remota parte de San Juan que albergaba a unas 90 personas en cama.

El centro necesitaba "un suministro constante de agua" para cuidar a sus residentes y más gasóleo, dijo por teléfono mientras visitaba sitios diferentes.

"Ese sigue siendo el temor - que pueden quedarse sin suministros, que pueden quedarse sin gasolina", dijo. "Todo el mundo está luchando, pero están enfrentando la lucha con mucha fortaleza".

Cruz dijo que había visitado casas de jubilados donde los residentes gritaban pidiendo ayuda. "Han quedado solos, no pueden caminar, el ascensor no funciona", explicó.

La alcaldesa dijo que Puerto Rico necesitaba desesperadamente diésel, gas, agua y alimentos. "Es realmente una situación de vida o muerte", aseguró a NBC News el martes por la tarde.

El presidente Donald Trump anunció que visitará Puerto Rico el próximo martes en medio de las desesperadas súplicas de funcionarios y residentes por más ayuda.

Trump también dijo el martes que el gobierno federal eliminó las regulaciones que requieren que Puerto Rico equipare los fondos de ayuda humanitaria de FEMA.

Oscar "Can" Santiago, el alcalde de la ciudad de Vega Alta, describió una situación desesperada en la que las tareas aparentemente simples eran prácticamente imposibles de lograr, poniendo en peligro a los residentes de su ciudad.

Un hospital local iba a tener que cerrar debido a la falta de combustible diésel, no porque no estuviera disponible - hay una gasolinera cerca, dijo -, sino porque la ciudad no tenía una manera de almacenar y transportar el combustible al hospital. Su propia oficina de manejo de emergencias también se quedó sin gasolina.

Santiago dijo que había pedido a los miembros de la Guardia Nacional y al cuerpo de ingenieros un camión el sábado, pero aún lo estaba esperando.

"No he recibido ningún tipo de ayuda", dijo el alcalde de la ciudad costera del norte, quien tuvo que viajar a San Juan para hacer pedidos en la oficina central de manejo de emergencias porque no pudo realizar llamadas telefónicas desde su ciudad.

“Tuve que tomar un generador de nuestra oficina de manejo de emergencias y darlo a una familia con un bebé que necesitaba oxígeno", relató Santiago.