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Presentadores de "Morning Show": "Donald Trump no está bien"

Los periodistas del programa de MSNBC responden a los ataques personales del presidente contra ellos
FILE PHOTO: MSNBC's Scarborough and Brzezinski arrive for the annual White House Correspondents' Association dinner in Washington
Mika Brzezinski y Joe Scarborough llegan a la cena anual de los corresponsales en Washington, el 25 de abril de 2015. Foto de ReutersREUTERS / REUTERS

El presidente Trump lanzó ataques personales contra nosotros el jueves, pero nuestra preocupación sobre su comportamiento sin contención va más allá de lo personal. Los líderes y aliados de EEUU se preguntan de nuevo si este hombre es apto para ser presidente. Tenemos nuestras dudas, pero ambos estamos de acuerdo en que este hombre no está mentalmente capacitado para continuar viendo nuestro programa, “Morning Joe”.

La obsesión enfermiza del presidente con nuestro programa ha estado en el ojo público desde hace meses y rara vez nos sorprendemos por los tuits desagradables que publica sobre nosotros. Durante la campaña electoral, el nominado republicano llamó a Mika “neurótica” y prometió atacarnos personalmente después de que la campaña finalizara.

Este año, personal de alto rango la Casa Blanca advirtió que el “National Enquirer” planeaba publicar un artículo negativo sobre nosotros a menos que le rogáramos al presidente que lo eliminara. Ignoramos sus súplicas desesperadas.

La obsesión malsana del presidente con "Morning Joe" no favorece los mejores intereses de su estado mental o del país que dirige. A pesar de sus constantes afirmaciones de que ya no mira el programa, los asesores más cercanos del presidente nos dicen lo contrario. Eso es desafortunado. Creemos que sería mejor para Estados Unidos y el resto del mundo si él mantuviera su televisor de pantalla plana de más de 60 pulgadas sintonizado con "Fox & Friends".

Para los que tuvieron la suerte de perderse la rabieta del jueves desde el ala oeste de la Casa Blanca, el presidente continuó con un hábito de un año de fustigar a "Morning Joe" mientras afirmaba que nunca lo vería. Durante su diatriba en la madrugada, el Sr. Trump escupió insultos escolares sobre el "bajo coeficiente de inteligencia de la loca Mika", "el siquiátrico Joe" y otros peores. También incluyó una avalancha de falsedades en su tormenta de tuits en dos partes.

El Sr. Trump afirma que le pedimos unirnos a él en Mar-a-Lago tres noches seguidas. Eso es falso. También afirmó que se negó a vernos. Eso es risible.

El presidente electo nos invitó a cenar juntos el 30 de diciembre. Joe asistió porque Mika no quería ir. Después de escuchar al presidente electo hablar sobre sus planes de política exterior, un decepcionado Sr. Trump le preguntó a Joe al día siguiente si Mika también podría visitar Mar-a-Lago esa noche. A regañadientes, ella aceptó ir.

Después de que llegamos, el presidente electo nos llevó a la casa de su familia con su esposa, Melania, donde sostuvimos una conversación agradable. Cortésmente declinamos sus repetidas invitaciones a asistir a una fiesta de Año Nuevo, y estábamos de vuelta en nuestro auto en 15 minutos.

El Sr. Trump también afirma que Mika estaba "sangrando mucho de una cirugía para alisarse la cara". Eso también es una mentira.

Dejando a un lado la interminable obsesión del señor Trump con la sangre de las mujeres, Mika y su cara estaban completamente intactas, como revelan las imágenes de esa noche. Y aunque no es asunto de nadie, el petulante ataque personal del presidente contra la apariencia de otra mujer nos obliga a informar que Mika nunca ha tenido una cirugía facial. Si lo hubiera hecho, sería evidente para cualquiera que estuviera viendo "Morning Joe" en su televisor de alta definición.

Le ajustaron a Mika un poco de piel bajo la barbilla, pero no era un secreto de Estado. Su madre le sugirió que lo hiciera, y todos los que la rodeaban eran conscientes de ese acto mundano.

Más significativo es el continuo maltrato del señor Trump a las mujeres. Es preocupante que el presidente de los Estados Unidos continúe con su incesante asalto contra las mujeres. Desde lo que rezongaba sobre las menstruaciones de Megyn Kelly, hasta su tratamiento de una ex Miss Universo, hasta jactarse de agarrar los genitales femeninos, el 45º presidente está estableciendo los estándares más bajos para nuestros hijos.

Nos sentimos alentados al oír a varios legisladores republicanos llamarle la atención al Sr. Trump por sus palabras ofensivas y sólo podemos esperar que las mujeres que están más cerca de él seguirán sus ejemplos. Sería el colmo de la hipocresía reivindicar el manto del empoderamiento de las mujeres mientras se permite que un miembro de la familia continúe esa conducta abusiva.

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Conocemos al Sr. Trump desde hace más de una década y tenemos algunos buenos recuerdos de nuestra relación. Pero eso no nos ha impedido criticar su abominable comportamiento o preocuparnos por su estado de salud. Durante el apogeo de la campaña presidencial de 2016, Joe escuchó a menudo a los miembros del personal de Trump quejarse de la conducta errática de su jefe, incluyendo a un oficial de campaña superior que estaba cerca del candidato republicano.

Nosotros también hemos notado un cambio en su comportamiento en los últimos años. Quizás por eso no nos sorprendió ni nos insultó el ataque personal del presidente. El Donald Trump que conocíamos antes de la campaña era un personaje defectuoso, pero que todavía parecía capaz de mantener sus peores instintos bajo control.