En Perú, la candidata derechista, Keiko Fujimori, parece haber dado su brazo a torcer. Tras insistir durante más de 10 días sobre un supuesto fraude por parte de su rival, el profesor de izquierda Pedro Castillo, la hija del expresidente encarcelado Alberto Fujimori ha matizado el tono de sus afirmaciones.
En una entrevista con el diario español El País, publicada este domingo, Fujimori reiteró lo que ya había prometido antes de las elecciones: que respetaría la voluntad popular.
“Voy a aceptar los resultados que el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) decida”, aseguró. El JNE es el órgano que tiene la última palabra.
Aunque luego insistió en que quizá no se está haciendo lo suficiente para conocer “la verdad”. La candidata del Partido Fuerza Popular sigue esperando que el JNE reconozca los recursos de nulidad que presentó, aunque la mayoría llegó fuera del plazo. “Le pedimos al Jurado que no nos pongan una excusa con el tema del plazo, si lo que se busca es conocer la verdad”, dijo al medio citado.
Desde que el conteo oficial de votos por parte de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) terminó y dio la victoria al candidato izquierdista Pedro Castillo, por poco más de 40,000 boletas, ninguna autoridad ha sido capaz de demostrar un supuesto fraude. “La misión no ha detectado graves irregularidades”, dice un informe de la Organización de los Estados Americanos (OEA).
Fujimori pidió la nulidad de más de 800 actas, el equivalente a más de 200,000 votos provenientes de las zonas más pobres y alejadas de Lima, las mismas que apoyaron a Castillo.
El sábado, miles de peruanos marcharon en apoyo de ambos candidatos en medio de la incertidumbre porque no se ha dado a conocer al ganador oficial de los comicios presidenciales.
Las calles de la capital, Lima, se vieron colmadas de simpatizantes de ambos candidatos que marcharon por diferentes zonas del casco histórico. Más de 3,000 policías vigilaron a ambos grupos que estaban distantes por decenas de cuadras y no hubo actos de violencia.
Si Fujimori pierde esta vez, será su tercera derrota tras postular sin éxito en 2011 y 2016. La candidata también afronta una acusación fiscal por lavado que podría conllevar 30 años de cárcel.
Con información de El País y AP.