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Trump y Biden enfrentan escrutinio por el hallazgo de documentos clasificados: ¿por qué ambos casos son similares pero muy distintos?

Los documentos hallados en una antigua oficina de Joe Biden son alrededor de una decena y los hallados en la residencia privada de Donald Trump son cientos. Los de Trump fueron encontrados tras un cateo del FBI y los de Biden no, pero su equipo esperó a después de las eleciones de medio término para reportarlos.

Por Dareh Gregorian - NBC News

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aseguró este martes que se “sorprendió” al enterarse del hallazgo de documentos clasificados de la era Obama-Biden en una antigua oficina suya, y dijo no tener conocimiento sobre lo que contienen los archivos hallados por sus abogados en un clóset bajo llave.

“La gente sabe que me tomo en serio los documentos y la información clasificada”, dijo Biden desde México en sus primeras declaraciones sobre el hallazgo que ha puesto a su Administración bajo la lupa, pues los documentos fueron encontrados días antes de las elecciones de medio término, pero no se dijo nada sobre ellos hasta esta semana.

No sé qué contienen los documentos”, aseguró, y dijo que sus abogados han estado “cooperando plenamente” con la investigación del Departamento de Justicia.

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El hallazgo fue informado al público este lunes, cuando la Casa Blanca confirmó información adelantada por la cadena CBS News que detallaba la existencia de un “pequeño número de documentos” clasificados que parecían pertenecer a la Administración Obama, y que habían sido encontrados en un centro de estudios vinculado a Biden.

Los archivos fueron hallados por los abogados del presidente en un armario, cuando se disponían a desalojar las oficinas del Penn Biden Center for Diplomacy and Global Engagement, informó en un comunicado Richard Sauber, asesor especial de Biden.

La Universidad de Pennsylvania alquiló un conjunto de oficinas para el centro en febrero de 2018, incluida una destinada al uso personal de Biden cuando estaba en Washington trabajando como vicepresidente.

Algunos republicanos en el Congreso —y Trump— han cuestionado por qué el FBI no había emitido órdenes de cateo contra el presidente para conocer si este tiene más documentos clasificados en su poder.

“¿Cuándo va a allanar el FBI las muchas casas de Joe Biden, quizá incluso la Casa Blanca?”, dijo Trump en su red social, Truth Social.

Aunque todavía hay mucho que no se sabe sobre el reciente hallazgo, existen diferencias clave entre ambos casos, así como algunas similitudes.

Los lugares donde fueron hallados los documentos

Los Archivos Nacionales —que deben recibir todos los documentos presidenciales cuando un presidente o vicepresidente abandona el cargo— se pusieron en contacto con funcionarios de la Administración Trump, poco después de que él dejara la Casa Blanca en 2021, para informarles que la agencia creía que faltaban algunos archivos y que necesitaban recuperarlos.

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Tras varios meses de negociaciones, Trump envió 15 cajas de archivos de su residencia en Mar-a-Lago en enero del año pasado. Los informes judiciales muestran que se encontraron documentos clasificados en 14 de las 15 cajas, incluidos 25 que estaban marcados como secretos. En total, había 184 papeles clasificados en las cajas.

Más tarde se encontrarían más.

En el caso de Biden, Sauber declaró que los Archivos Nacionales desconocían la desaparición de los archivos y no habían solicitado su devolución. Añadió que la oficina del abogado de la Casa Blanca avisó cuando se hallaron y que los funcionarios los recogieron al día siguiente.

No está claro cuántos archivos de la vicepresidencia y documentos clasificados se encontraron en la oficina. Sauber dijo que los abogados personales de Biden estaban empaquetando archivos cuando encontraron “lo que parecían ser registros de la Administración Obama-Biden, incluyendo un pequeño número de documentos clasificados”, sin especificar el nivel de secreto de los mismos.

Dos fuentes familiarizadas con el tema dijeron que se halló al menos una docena de documentos clasificados en la oficina.

La investigación del Departamento de Justicia

En ambos casos, los Archivos informaron del descubrimiento al Departamento de Justicia.

Cuando a principios del año pasado la agencia notificó al personal de Trump que entregaría los documentos a los servicios de inteligencia para que examinaran si podían afectar a la seguridad nacional, el equipo del expresidente se opuso y pidió un aplazamiento temporal. Los Archivos accedieron a la primera petición pero denegaron la segunda, según indican los documentos judiciales.

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Más tarde, el FBI obtuvo información de que Trump tenía más papeles del Gobierno y emitió una citación para que los devolviera. En junio, los abogados del expresidente entregaron un paquete que incluía 38 documentos clasificados, entre ellos 17 marcados como de alto secreto.

Los abogados de Trump mostraron a los agentes el lugar donde se guardaron los archivos, pero no permitieron que examinaran las cajas que estaban dentro, según consta en los expedientes judiciales. También entregaron una declaración de que “se había llevado a cabo una búsqueda diligente” y que “todos los documentos pertinentes habían sido entregados”, muestran los archivos judiciales del Gobierno.

President Joe Biden disembarks Air Force One at T.F. Green International Airport in Warwick, Rhode Island
El presidente Joe Biden en una foto del 20 de julio de 2022. Brendan Smialowski / AFP via Getty Images file

El FBI se enteró que Trump no había cumplido plenamente con la citación y que aún tenía más papeles clasificados. Obtuvieron una orden de registro de su propiedad de Mar-a-Lago en agosto y encontraron más de 100 documentos marcados como confidenciales, secretos y de alto secreto en el almacén y el despacho de Trump.

Más tarde, Trump trató de frenar la investigación federal solicitando que un experto los revisara y exigió su devolución, alegando que habían sido desclasificados y eran de su propiedad.

Otra búsqueda realizada a finales de año, a petición de los abogados de Trump, encontró otros dos documentos clasificados en un almacén de Florida utilizado por el expresidente cerca de Mar-a-Lago, informó en diciembre NBC, cadena hermana de Noticias Telemundo. Esos fueron entregados al FBI, dijeron las fuentes.

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En el caso de Biden, Sauber aseguró que, desde el hallazgo de los documentos el 2 de noviembre, “los abogados personales del presidente han cooperado con los Archivos y el Departamento de Justicia en un proceso para garantizar que todos los registros de la Administración Obama-Biden estén debidamente en poder de los Archivos”.

El fiscal general de Estados Unidos, Merrick Garland, pidió a John R. Lausch, fiscal del distrito norte de Illinois y designado por Trump, que revise cómo el material clasificado terminó en el Centro Penn Biden, dijo el lunes a NBC News una fuente familiarizada con el asunto.

Ian Sams, portavoz de la oficina del consejero de la Casa Blanca, declaró: “Este es un proceso bajo revisión por el DOJ, por lo que vamos a limitar lo que podemos decir en este momento. Pero estamos comprometidos a hacer esto de la manera correcta, y proporcionaremos más detalles cuando y como sea apropiado”.

¿Cuánto sabían los presidentes sobre los documentos?

No está claro cuándo supo exactamente Trump que los Archivos habían exigido la devolución de documentos, pero sin duda se enteró antes que se enviaran las 15 cajas desde Mar-a-Lago el pasado enero. También interactuó con funcionarios del FBI que fueron a recuperar los papeles entregados por su equipo en junio.

Sus afirmaciones de que los había desclasificado antes de abandonar la Casa Blanca y de que los consideraba de su propiedad personal también indican que estaba al tanto de por lo menos algunos de los archivos que se retiraron al principio.

En cuanto a Biden, el presidente dijo que no sabía que se habían guardado documentos clasificados en su antiguo despacho y que se enteró cuando sus abogados le dijeron que los habían descubierto.

Las diferencias en cifras

En total, los investigadores recuperaron más de 300 documentos clasificados de Trump. Se desconoce el número exacto de papeles hallados en el despacho de Biden. Sauber los describió como un “número pequeño”, mientras fuentes dijeron a NBC que eran menos de una docena.

Preocupaciones sobre seguridad

El Gobierno federal tiene normas estrictas para el almacenamiento y manejo de registros clasificados. Al parecer, esas normas no se cumplieron por Trump —que guardó documentos en West Palm Beach, en su oficina y en una sala cerrada con llave en una zona muy transitada en su complejo turístico en Florida— o por Biden, que los tenía en un armario cerrado con llave.

El FBI expresó su preocupación a los abogados de Trump sobre cómo se guardaban los documentos en Mar-a-Lago en un correo electrónico en junio.

“Mar-a-Lago no incluye una ubicación segura autorizada para el almacenamiento de información clasificada. Como tal, parece que desde el momento en que los documentos clasificados [ELIMINADO] fueron retirados de las instalaciones seguras de la Casa Blanca y trasladados a Mar-a-Lago alrededor del 20 de enero de 2021, no han sido manejados de manera apropiada o almacenados en un lugar adecuado”, decía el correo electrónico.

Trump ha descrito esa petición como poner un candado adicional a la puerta algo que, según él, se hizo.

Las repercusiones legales

El abogado especial Jack Smith dirige ahora la investigación criminal del FBI sobre el caso de los documentos de Trump, además de otra causa sobre su papel en la insurrección del 6 de enero.

Un documento que se adjuntó a la orden de registro de agosto mostraba que los investigadores buscaban pruebas de tres delitos relacionados con el mal manejo de registros gubernamentales confidenciales.

Por el momento no hay indicios que la investigación sobre Biden se haya convertido en una investigación penal.

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La analista jurídica de NBC News, Barbara McQuade, exfiscal federal, explicó que hay “varios factores distintivos” entre los dos casos.

McQuade indicó en Twitter que el Departamento de Justicia procesa el mal manejo de documentos clasificados cuando existe un factor agravante. “Esos son la obstrucción a la justicia, el almacenamiento de forma que se corra el riesgo de ser descubierto, la violación intencionada y la deslealtad a Estados Unidos”, tuiteó.

“En el caso de Mar-a-Lago, todos menos el último factor parecen estar presentes. En el caso de los documentos de Biden, no hay indicios de que se cumpla ninguno de los factores, pero la remisión para su investigación por parte del fiscal federal de Chicago, nombrado por Trump, parece prudente”, aseguró.