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Trump repite falsas afirmaciones de fraude electoral en un mitin con pocas mascarillas en pleno repunte del COVID-19

El objetivo del evento era hacer campaña por los senadores republicanos Kelly Loeffler y David Perdue pero lo que predominaron fueron falsedades relacionadas con el resultado de la elección. Insistió en que ganó Georgia, aunque en verdad Biden lo hizo.

El presidente, Donald Trump, participó este sábado en un mitin en Georgia, el primero desde que perdió la elección. El objetivo del evento era hacer campaña por los senadores republicanos Kelly Loeffler y David Perdue, pero lo que predominó en su discurso fueron falsedades relacionadas con el resultado de la elección. 

El presidente pidió así a los votantes que apoyaran a los candidatos republicanos en la segunda vuelta de las elecciones al Senado en el estado en enero mientras negaba una y otra vez su nueva realidad. 

Trump insistió en que él y no Biden ganó en  Georgia y en el país, algo que no es cierto, y más temprano llamó al gobernador del estado, Brian Kemp, para pedirle que revocara la victoria del demócrata.

[A quién ayuda Trump con su visita a Georgia: ¿a los senadores republicanos al Senado o a sí mismo?]

Fanáticos se aglomeran para participar en un evento de campaña del presidente actual, Donald Trump, en Georgia.
Fanáticos se aglomeran para participar en un evento de campaña del presidente actual, Donald Trump, en Georgia. REUTERS

"Saben que ganamos Georgia, entonces entenderán", le dijo Trump a la multitud. Sin embargo, eso no es así: el presidente electo, Joe Biden, ganó el estado por una diferencia de 12,500 votos de los 5 millones que fueron emitidos. Los resultados de Georgia ya han sido certificados en un recuento manual de votos. 

La contradicción es notable: se trata de un mitin en el que está pidiéndole a sus seguidores participar en un proceso que él mismo considera fraudulento. 

Georgia debe realizar el 5 de enero una segunda vuelta electoral por dos bancas en el Senado, luego de que ninguno de los candidatos lograra más del 50% de los votos en la primera votación en noviembre. 

El presidente saliente viajó a Georgia para "asegurarse", según sus propias palabras, de que los dos republicanos ganaran, lo que se considera la segunda vuelta más importante de toda la historia de las elecciones del Senado con una campaña de alcance nacional. Perdue y Loeffler se enfrentan a los demócratas Jon Ossoff y Raphael Warnock.

Lo que está en juego en las elecciones en Georgia es el control de la Cámara Alta. “Realmente, esto significa el control de este país”, dijo Trump. 

Los republicanos necesitan una victoria para mantener su mayoría. Los demócratas tienen que ganar los dos escaños para que la cámara quede en un empate de 50 senadores cada partido. De ese modo, la vicepresidenta electa, Kamala Harris, tendría el voto de desempate. 

“Los votantes de Georgia determinarán qué partido dirige cada comité, redacta cada legislación, controla cada dólar de los contribuyentes”, explicó Trump y alentó a sus simpatizantes a salir a votar, incluso de modo anticipado a partir del 14 de diciembre. 

Una multitud con pocas mascarillas

Georgia ha registrado un récord de contagios de COVID-19 en todo el estado con hospitalizaciones alcanzando los niveles de agosto.

El acto de campaña, que se extendió por más de una hora y media, contó con la participación de miles de seguidores, en gran parte sin mascarillas y sin respetar el distanciamiento social.

En su discurso, Trump se refirió al coronavirus como un "bicho raro". Aunque el presidente también envió un mensaje especial a “las personas y familias que sufren debido a la pandemia'' y celebró la llegada de la vacuna contra el COVID-19, que se espera comience a distribuirse este mes. 

 

El presidente, Donald Trump, llega a Valdosta, en Georgia, para un acto de campaña por las elecciones para el Senado en el estado.
El presidente, Donald Trump, llega a Valdosta, en Georgia, para un acto de campaña por las elecciones para el Senado en el estado. AP

Renovado intento por negar la derrota

El discurso de Trump en Valdosta no tuvo grandes sorpresas: siguió sin reconocer la derrota en las elecciones. Sin embargo, habló de sí mismo como un posible buen perdedor.

“Si perdía, diría 'perdí' y me iría a Florida y me lo tomaría con calma y daría vueltas y diría que hice un buen trabajo”, indicó. Luego volvió a repetir que no aceptaría los resultados sosteniendo, sin fundamentos, que la elección fue manipulada. 

Los numerosos esfuerzos de Trump por revertir los resultados de las elecciones no han tenido éxito, con sus demandas legales siendo rechazadas sistemáticamente. "Probablemente he trabajado más duro en las últimas tres semanas que en toda en mi vida", dijo el mandatario sobre estos intentos frustrados. 

Antes de viajar a Georgia, Trump llamó al gobernador republicano del estado, Brian Kemp, para intentar convencerlo de que realice una sesión legislativa especial que le otorgue los votos electorales del estado. También le pidió, sin éxito, que ordenara una auditoría de las firmas de los votantes en ausencia.

En un comunicado emitido a nuestra cadena hermana NBC News, la oficina de Kemp confirmó la llamada y dijo que la ley de Georgia prohíbe al gobernador interferir en las elecciones.

Trump ha sabido mantener, sin embargo, apoyo en su partido. Analistas como Zerlina Maxwell destacaron, por ejemplo, el hecho de que ninguno de los senadores republicanos presentes en el público defendió la transparencia de la elección. "Trump sigue siendo una figura central para el partido, todo gira alrededor de él", dijeron. 

Con información de Associated Press y NBC News