WASHINGTON.— El brote de coronavirus en la Casa Blanca ha aumentado el riesgo de contagio para cerca de un centenar de empleados que el público jamás ve pero que realizan labores de limpieza o trabajan allí como mayordomos, jardineros, cocineros, pintores, albañiles y floristas. Cuatro de ellos han contraído el COVID-19, pero la Casa Blanca defiende sus protocolos de desinfección.
La Casa Blanca ha sido criticada por no proporcionar datos sobre cuántos de sus funcionarios se han contagiado con el coronavirus, quiénes son, ni cuándo se enfermaron. En días recientes, las instalaciones han acogido a grandes grupos de invitados para participar en eventos como la confirmación de Amy Coney Barrett a la Corte Suprema.
Tampoco ha precisado cuándo fue la última vez que el presidente, Donald Trump, dio negativo al COVID-19.
Trump regresó a la Casa Blanca el lunes pasado, después de tres días de tratamiento en el hospital militar Walter Reed, tras dar positivo al coronavirus la noche del 1 de octubre.
El lunes pasado, dos trabajadores de limpieza dieron positivo al COVID-19, según reportó primero el diario The New York Times.
La Casa Blanca, que insiste en que no divulga información para resguardar la privacidad del personal, pidió a los contagiados que fueran “discretos” al discutir su diagnóstico, indicó el diario.
La cadena televisiva NBC, cadena hermana de Noticias Telemundo, confirmó hoy que otros dos empleados del ala residencial de la Casa Blanca dieron positivo al COVID-19 hace casi tres semanas.
Ninguno de los cuatro empleados contagiados tuvo contacto directo con la familia presidencial y todos habían utilizado mascarillas, según dijo a NBC un funcionario de la Casa Blanca.
Trabajan en una "caja de Petri"
Quienes realizan labores de limpieza y servicio son trabajadores que el público nunca ve, que han prestado servicio durante décadas a gobiernos demócratas y republicanos, sin importar afinidades políticas y, por ser mayores de edad y pasar el día en espacios cerrados, corren mayor riesgo de contagio.
La periodista Kate Andersen Brower escribió el libro The Residence: Inside the Private World of the White House (La Residencia: Dentro del Mundo Privado de la Casa Blanca) precisamente para narrar la vida de los entre 90 y 95 trabajadores del ala residencial.
Brower aseguró que estos trabajadores respetan la institución de la presidencia y trabajan lealmente bajo cualquier Administración como floristas, ingenieros, mayordomos, cocineros o trabajadores de limpieza.
"Estoy muy preocupada por ellos. El segundo piso de la Casa Blanca, donde vive la familia Trump, es una caja de Petri, y sé que (los trabajadores) están nerviosos", dijo Brower a Noticias Telemundo.
"Son esa excepcional isla de gente muy trabajadora en Washington, que no son partidistas y se han entregado a la presidencia. No es correcto poner en riesgo sus vidas", enfatizó Brower, quien ha elogiado la "dignidad" de esos trabajadores, muchos de ellos mayores de 50 años.
Protocolos de protección
La oficina de prensa de la Casa Blanca ha dicho que la salud y seguridad de los empleados de la residencia “es de máxima importancia para la familia presidencial”, y destacó en una declaración el martes pasado los protocolos de desinfección en el complejo.
La Casa Blanca explicó que desde marzo ha puesto en marcha políticas de desinfección idénticas a las implementadas en los hospitales: ha reducido su personal, y ha alentado el teletrabajo a quienes pueden laborar desde casa.
“Con los recientes resultados positivos del presidente y la primera dama, el personal utiliza equipos completos de protección personal y sigue tomando todas las precauciones necesarias, que incluyen procedimientos actualizados para evitar la contaminación”, agregó.
Desde abril pasado, todos los trabajadores del ala residencial utilizan mascarillas, y los que tienen contacto con la familia Trump son sometidos a pruebas diariamente, mientras que el personal de apoyo administrativo se somete a pruebas cada 48 horas, explicó el documento.
Además, las autoridades han instalado sistemas de filtración y limpieza en todo el complejo residencial.
"El presidente y la primera dama no han usado mascarillas en público"
En entrevista telefónica con Noticias Telemundo, Arnulfo de la Cruz, vicepresidente ejecutivo del sindicato SEIU local 2015, en Los Ángeles, California, destacó que Trump ha demostrado “una gran falta de liderazgo”, porque ha contrariado las recomendaciones de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) contra la propagación del coronavirus.
“El presidente, algunos miembros de su Gabinete, la Primera Dama, no han usado mascarillas en público”, se quejó el líder sindicalista.
Los expertos en salud pública han indicado que las personas que no toman las debidas precauciones ni mantienen sana distancia “pueden transmitir el coronavirus a quienes sí están siendo responsables”, afirmó de la Cruz.
“Estos trabajadores (en la Casa Blanca) están siguiendo las reglas y respetando lo peligroso que es el virus”, pero pueden contagiarse por culpa de “personas que no están tomando las medidas necesarias”, subrayó.
“Veo una gran falta de liderazgo, y veo que la gente está frustrada, enojada, (porque) estamos poniendo nuestras vidas en riesgo, pero también se sienten muy motivados para participar en nuestras elecciones para un cambio”, puntualizó.
La propagación dentro de la Casa Blanca
Trump, quien durante mucho tiempo ridiculizó el uso de mascarillas, anunció que dio positivo al coronavirus en su cuenta en Twitter un par de horas después de recibir el diagnóstico.
Desde que el presidente y la Primera Dama, Melania Trump, dieron positivo, se ha revelado que cerca de una decena de sus asesores y asistentes más cercanos también se han contagiado.
La lista incluye a los asesores Hope Hicks y Stephen Miller; la portavoz de prensa, Kayleigh McEnany; la exasesora política, Kellyanne Conway, y el encargado de las operaciones en el Despacho Oval, Nicholas Luna.
Desde su diagnóstico, Trump, de 74 años, ha promovido una narrativa de fortaleza, y ha instado a los estadounidenses a que “no le tengan miedo” al coronavirus, argumentando que hay buenos tratamientos y las autoridades están cerca de desarrollar una vacuna.
Trump ha recibido varias terapias experimentales, incluyendo la dexametasona, y el cóctel de anticuerpos REGN-COV2, de la empresa Regeneron Pharmaceuticals.
Este mismo viernes, durante una extensa entrevista con el comentarista conservador Rush Limbaugh, Trump aseguró que el tratamiento de Regeneron “es una cura”, algo “terapéutico” pese a que, según reconoció, él encaja en ciertas categorías de riesgo.
Sin embargo, el mandatario ha omitido que el estadounidense promedio no tiene acceso al cuidado médico que él ha recibido. En la actualidad, Estados Unidos registra más de 210,000 muertos por el COVID-19 y más de siete millones de casos confirmados.
Trump regresó al Despacho Oval el miércoles pasado y su médico personal, Sean Conley, ha dicho que ya puede reanudar sus eventos públicos a partir de este fin de semana. Este sábado, hará un discurso sobre "la ley y el orden" desde el balcón que tiene vista al cesped sur de la Casa Blanca, en un evento al que han sido invitados centenares de sus seguidores.
Según las guías de los CDC, Trump aún es considerado un paciente contagioso para otras personas.