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A quién ayuda Trump con su visita a Georgia: ¿a los senadores republicanos al Senado o a sí mismo?

Horas antes de su visita a Valdosta, el mandatario llamó al gobernador del estado, Brian Kemp, para pedirle que revocara la victoria de Biden en el estado. La pregunta es si esta noche el presidente saliente usará su discurso para ayudar a su partido o si volverá a reiterar sus teorías conspirativas y sin fundamento sobre fraude electoral. 
/ Source: The Associated Press

El presidente saliente, Donald Trump, ofrecerá este sábado en Georgia su primer mitin político desde su derrota en las elecciones presidenciales de noviembre. Aparentemente, su aparición está programada para pedir el apoyo a los contrincantes republicanos en las dos elecciones del estado que decidirán qué partido controlará el Senado una vez que se inicie la legislatura del presidente electo, Joe Biden.

Horas antes de la visita de Trump a Georgia, el mandatario llamó esta mañana al gobernador del estado, Brian Kemp, para que tratara de persuadir a la legislatura estatal a que revocara la victoria de Biden en el estado y le pidió que ordenara una auditoría de las firmas de votantes por correo, según publica The Washington Post. Es el último movimiento agresivo del mandatario tratando de interferir en las elecciones de 2020.

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Trump presionó a Kemp para que convocara una sesión especial para que los legisladores anularan los resultados y nombraran a electores que lo respaldarían, según una fuente anónima citada por el Post. Kemp rechazó las peticiones de Trump, según la misma fuente.

El gobernador hizo referencia a su conversación con Trump en su cuenta de Twitter, y señaló que le dijo al presidente que ya había abogado públicamente por una auditoría de firmas.

La cuestión que sobrevuela el mitin de esta noche en Valdosta es si Trump realmente invertirá su discurso en ayudar a su partido o volverá a reiterar sus teorías conspirativas y sin fundamento sobre fraude electoral. 

A los republicanos les preocupa que si Trump hace esto último, sus votantes puedan pensar que el sistema está manipulado y no participen en las dos elecciones del 5 de enero. Anhelan que Trump le diga a los ciudadanos de manera directa y sin rodeos que voten en esos comicios.

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Los ayudantes del mandatario se burlan públicamente de la idea de que podría hacer algo más que alentar a los republicanos a respaldar a los senadores David Perdue y Kelly Loeffler mientras soportan los embistes de los demócratas Jon Ossoff y Raphael Warnock.

 "Creo que es el comienzo de estos dos senadores cruzando la línea de meta", declaró la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Kelly McEnany, en vísperas de la visita de Trump. McEnany le dio crédito a Trump por ser el mayor impulsor de participación de su partido, y señaló que los republicanos redujeron la mayoría de los demócratas de la Cámara de Representantes, mientras que varios senadores republicanos que estaban en la cuerda floja sobrevivieron con cómodos márgenes.

La base de Trump "está detrás de él todo el tiempo", señaló a Fox Business Network. "Él es el líder de este movimiento, no se equivoquen, y eso no va a cambiar", añadió.

Pero después de que dos abogados pro-Trump cuestionaran la semana pasada si votar nuevamente vale la pena, en eco de las acusaciones infundadas del presidente de fraude electoral generalizado, incluso el vicepresidente saliente, Mike Pence, traicionó las preocupaciones de que la coalición republicana podría resquebrajarse si Trump continúa con el mismo discurso.

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"Sé que todos tenemos nuestras dudas sobre las últimas elecciones, y escuché a algunos de ustedes decir: 'Simplemente no voten'", declaró Pence el viernes mientras hacía campaña con Perdue en Savannah. "Si no votan, ellos ganan", afirmó.

Los republicanos necesitan un escaño más para obtener la mayoría en el Senado. Los demócratas necesitan ganar de manera amplia en Georgia para forzar un Senado con una represeptanción de 50-50 y posicionar a la vicepresidenta electa, Kamala Harris, como el voto mayoritario de desempate.

Pocos republicanos en Washington o Georgia creen que el electorado optaría por no votar de manera masiva por las afirmaciones infundadas de Trump o su denigración del gobernador y secretario de estado de Georgia por certificar la victoria de Biden en el estado.

Brian Kemp y Donald Trump
El entonces candidato republicano a gobernador de Georgia, Brian Kemp, a la izquierda, camina con el presidente saliente, Donald Trump, antes de un mitin en Macon, Georgia, el 4 de noviembre de 2018.AP Photo/John Bazemore

El riesgo para el Partido Republicano es que no haría falta una gran disminución de votos si la segunda vuelta es tan cercana como la contienda presidencial: Biden ganó Georgia por alrededor de 12,500 votos de los cinco millones emitidos.

Hay suficiente ruido para explicar por qué Pence sintió la necesidad de enfrentar el asunto de cara después de que dos políticos leales a Trump plantearan la idea de que los partidarios del presidente abandonaron a Perdue y Loeffler.

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“Animaría a todos los georgianos a que hagan saber que no votarán en absoluto hasta que su voto sea seguro, y lo digo sin importar el partido”, declaró el abogado Sidney Powell la semana pasada en una manifestación suburbana de Atlanta, calificada como Stop the Steal (Paren el robo).

Lin Wood, abogado célebre de Atlanta, que ha tratado de impugnar las elecciones sin éxito, insistió a los partidarios de Trump en que las elecciones estatales están "amañadas".

El equipo de Trump ha intentado recientemente disociarse de ambos letrados, pero solo después de que se le dieran gasolina para seguir atacando los resultados. En suma, el abogado personal de Trump, Rudy Giuliani, regresó el jueves al Capitolio de Georgia para una audiencia maratónica preñada de afirmaciones refutadas.

Trump ha sido el origen de la angustia del partido con sus recientes declaraciones en las que calificó de "desdichado" al gobernador de Georgia, Brian Kemp, y al secretario de estado, Brad Raffensperger de "enemigo del pueblo", porque no bloquearon la victoria de Biden en Georgia, pese a que la ley estatal no les da ninguna posibilidad de hacerlo.

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Esta polémica llegó a oídos de Barry Mann, un empresario de 61 años que acudió a escuchar a Pence en Savannah. Mann no ha decidido si votará por sus senadores por segunda vez.

"Creo que hay algunos problemas con nuestra elección y es necesario realizar más investigaciones", opinó Mann, y agregó que no cree que Perdue y Loeffler hayan hecho lo suficiente para apoyar a Trump en su cruzada por anular los resultados presidenciales. "Quiero ver qué sucede entre ahora y enero", añadió Mann.

Un tercer recuento de votos, este solicitado por la campaña de reelección del presidente, está a punto de completarse. Raffensperger podría certificar la elección nuevamente tan pronto como el sábado, aunque no se espera que el resultado cambie.

Tim Phillips, presidente de la asociación conservadora Americans for Prosperity, restó importancia a la idea de que haya suficientes votantes como Mann para que Perdue y Loeffler no salgan ganadores. El grupo de Phillips cuenta con alrededor de 200 trabajadores de campo en todo Georgia.

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Phillips describió al grupo de potenciales votantes del Partido Republicano, especialmente en áreas rurales y de pueblos pequeños, como en gran medida "votantes que no son tanto republicanos ni siquiera conservadores, pero aman a Trump". Esa lealtad, dijo, les permite "escuchar dos mensajes diferentes" del mandatario.

"Puede que diga algunas cosas sobre el gobernador o sobre otras personas, pero el mensaje dominante es que está aquí para Perdue y Loeffler. Y es debería ser enormemente beneficioso", argumentó Phillips".

Obama: "El Senado es verdaderamente importante"

El expresidente estadounidense, Barack Obama, hizo campaña el viernes a favor de los dos candidatos demócratas al Senado que aún deben someterse a las urnas en Georgia y que, si se imponen, negarían a los republicanos el control del Senado.

"Georgia es el centro del universo cívico porque esta elección especial va a determinar en último término el curso de la presidencia de (Joe) Biden y Kamala Harris y de si podrán cumplir sus promesas", aseguró el exmandatario en un mitin virtual.

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Obama pidió a los votantes del estado acudir masivamente a las urnas porque "el Senado es verdaderamente importante" a la hora de facilitar la agenda de gobierno de la nueva Administración del presidente electo.

Obama confió que con una división al 50 % del Senado, los republicanos se verán obligados "a tomar una postura de cooperación en el Congreso", donde los demócratas controla la Cámara de Representantes.

Con información de AP, EFE y The Washington Post.