Por Marc Caputo - NBC News
El gobernador de Florida, el republicano Ron DeSantis, no dirá si se presentará a la presidencia, pero está empezando a reconocer que su camino a la Casa Blanca podría depender de una gran victoria en la reelección este año.
Durante meses, las personas más cercanas al Capitolio de Florida y los republicanos familiarizados con el pensamiento del gobernador han especulado con que una victoria rotunda en noviembre reforzaría su buena fe nacional como principal aspirante presidencial del Partido Republicano (GOP, por su sigla en inglés), incluso si su benefactor político, el expresidente Donald Trump, decide presentarse de nuevo.
DeSantis se ha negado rotundamente a enfrentarse a Trump en público o a sugerir que le desafiaría en unas primarias, pero en una nueva entrevista en el podcast conservador The Truth with Lisa Boothe (La verdad con Lisa Boothe) que se emitió el lunes por la mañana, DeSantis dejó claro que está considerando su candidatura a la reelección como un trampolín para algo más grande.
“Mi objetivo sería que, si ganamos las elecciones a lo grande, la gente como que como tú analiza estas cosas va a decir: ‘Se acabaron los días en que Florida era un estado oscilante. Florida es un estado rojo’. Y creo que eso se debe a mucho de lo que hemos hecho”, afirmó DeSantis cuando Boothe, colaboradora de la cadena conservadora Fox News, lo presionó específicamente sobre sus ambiciones en la Casa Blanca. Boothe no le preguntó si querría presentarse en dos años si Trump se presenta o esperar seis años.
DeSantis no especificó cómo sería una victoria “realmente grande”. Pero en la disputada Florida -donde ganó su cargo por menos de medio punto porcentual en 2018-, incluso unos pocos puntos pueden parecer una avalancha. Y dos fuentes en la órbita de DeSantis aseguran que le gustaría superar el inesperado margen de 3.3 puntos porcentuales de Trump de hace dos años.
“Nunca vas a escuchar al gobernador desafiar al [ex] presidente”, aclaró uno de los republicanos. “Pero definitivamente hay un marcador que Trump estableció, y definitivamente quiere superarlo”, agregó.
Por su parte, Trump no ha hablado mal de DeSantis en público. Pero ha señalado en privado que su respaldo a DeSantis, una vez un miembro poco conocido del Congreso, en 2018 le ayudó a ganar las primarias del Partido Republicano para gobernador contra Adam Putnam, un rival más conocido y mejor financiado que fue comisionado de agricultura del estado.
Desde entonces, DeSantis se ha convertido en un imán para la controversia y los titulares nacionales, empezando por su firme oposición a los mandatos y restricciones del COVID-19. Siguió siendo relevante a lo largo de la recién terminada sesión legislativa, en la que se enzarzó en una disputa política con activistas LGBTQ y con la compañía Walt Disney, uno de los mayores empleadores del estado.
DeSantis, que probablemente seguirá en los titulares como uno de los principales republicanos activos en la batalla cultural, declaró a Boothe que estaría interesado en prohibir que los niños transgénero reciban hormonas o cirugía como parte de la “atención de afirmación de género”, que el Departamento de Salud del estado está examinando.
Los asesores de Trump no creen que DeSantis vaya a desafiar a Trump en 2024, aunque están observando el considerable cofre de guerra de DeSantis como una posible fuente de dinero de los super PAC -organización que recauda fondos y los destina a apoyar a un candidato- si gana ampliamente la reelección y acumula decenas de millones de dólares después.
Las personas cercanas a Trump han estado discutiendo planes para que anuncie sus planes para la Casa Blanca a principios de enero, lo que hace más difícil que un gobernador recién reelegido como DeSantis anuncie una candidatura presidencial sin entrar en confrontación directa con Trump.
“Trump hizo a Ron, y si Ron se presentara contra Trump habría un infierno que pagar”, opinó un republicano que ha discutido los planes presidenciales de DeSantis y Trump con el exmandatario.
DeSantis es relativamente popular en Florida, con un apoyo del 56% de los votantes que aprueban su desempeño laboral y un 38% que lo desaprueban, según una encuesta de Morning Consult publicada el jueves.
Las encuestas de Florida también sugieren que DeSantis tiene una ventaja relativamente cómoda sobre sus principales rivales demócratas para la gobernación, el representante Charlie Crist y la comisionada de Agricultura Nikki Fried.
La mayoría de las encuestas nacionales, sin embargo, muestran a Trump con una ventaja de dos dígitos sobre DeSantis en unas hipotéticas primarias en 2024.
El tema de Trump nunca surgió en su entrevista con Boothe, y DeSantis rápidamente desvió sus preguntas sobre sus planes de postularse a la Casa Blanca. Pero reconoció que ahora es una figura política nacional que es tan popular en el GOP que los conservadores están comprando “parafernalia” con su nombre o semejanza.
Y cuando se trata de presentarse a la presidencia, afirmó que “la gente siempre me lo plantea”.
DeSantis se jactó de que, por primera vez, los republicanos registrados superan a los demócratas registrados en el estado. Atribuyó la dinámica en parte al número de personas que se mudaron a Florida desde otros estados, incluyendo a republicanos como Boothe.
“Eso me dice que las personas como usted, que vinieron por una razón, son la norma”, dijo, “y algunas de las personas que vendrían de estos incendios de basureros de estados azules [demócratas] y luego siguen votando de la misma manera cuando vienen aquí que son indefinidamente la clara minoría, que es algo bueno”.
Cuando se le preguntó, DeSantis dijo que su esposa, la expresentadora de noticias de televisión de Jacksonville, Casey DeSantis, es su principal asesora política.
“Ella tiene muy buen olfato para la BS, y es como [el] tipo de votante de América media que necesitamos”, afirmó. “No soy un gobernador impulsado por asesores. No voy a llamar a consultores políticos para decirles: ‘Eh, ¿qué tengo que hacer? ¿Qué tengo que hacer? ¿Cómo tengo que manejar esto?’ Simplemente lo gestiono, y hago lo que tengo que hacer. Ella es una gran caja de resonancia de lo que sucede”, aclaró.