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Por qué los tres meses que vienen pueden dar forma a los próximos tres años de Biden en el cargo

El presidente tiene el reto de aprobar antes de que termine el verano proyectos bipartidistas como la reforma policial o el plan de infraestructura y ganar impulso internacional. Pero una serie desafíos podrían desbaratar su agenda de cara a las elecciones de medio mandato del año que viene.

Por Shannon Pettypiece - NBC News

WASHINGTON — La agenda del presidente Joe Biden se encuentra en este Memorial Day con un punto de inflexión en la política interior y exterior y con la mirada puesta en las próximas semanas, que le pueden dar forma a la trayectoria entera de su presidencia.

Si la actualidad no desbarata sus planes, Biden podría cerrar el verano con proyectos de ley bipartidistas firmados sobre infraestructura y reforma policial, y con Estados Unidos en una mejor posición internacional después de su primer viaje al extranjero y una reunión con el presidente ruso Vladimir Putin. O podría encontrarse con sus proyectos para el país estancados en un pantano partidista y sus ambiciones internacionales tambaleándose.

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En los primeros meses de su presidencia, Biden logró marcar el rumbo en gran parte. Su Administración tenía un enfoque claro con la pandemia de COVID-19 y pudo superar los objetivos que se propuso de vacunar a millones de estadounidenses y aprobar un paquete de estímulo de dos billones de dólares para paliar la crisis.

Pero en las últimas semanas han surgido una serie de desafíos, desde la escasez de gas hasta el conflicto en el Medio Oriente, y no cumplió con un plazo clave que se fijó para promulgar la legislación de reforma policial. Junio ​​presentará una serie de momentos de alto riesgo para Biden que le darán la oportunidad de recuperar el control de la agenda.

Los funcionarios de la Administración reconocen la importancia del momento que enfrentan y admiten que el tiempo es esencial, pero confían en el camino que deben seguir.

"Al pasar la página de este capítulo oscuro de la historia de Estados Unidos, nos encontramos en un punto de inflexión sobre qué tipo de economía y país queremos para nosotros y para las generaciones futuras", señaló Mike Donilon, principal asesor de la Administración, en un memorando enviado a empleados de la Casa White la semana pasada.

El Gobierno sabe que está en una carrera contrarreloj: los veteranos del Gobierno de Obama experimentaron de primera mano cuán limitada es la ventana que tiene un presidente para realizar un trabajo significativo, recordaron funcionarios de la Casa Blanca.

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Para fin de año, los miembros del Congreso estarán enfocados en sus campañas de reelección y si los demócratas pierden la Cámara de Representantes, como suele le ocurrir en las elecciones de medio mandato al partido que ocupa la presidencia, Biden habrá perdido la oportunidad de lograr grandes logros legislativos durante el resto del mandato.

“Saben que tienen una cantidad muy limitada de tiempo en ese primer año y medio crucial en el cargo para hacer las cosas”, afirmó la estratega demócrata Adrienne Elrod. "No están dando nada por sentado para lograr que se cumplan estos monumentales proyectos de legislativos", agregó.

En el frente interno, la Casa Blanca planea reanudar las conversaciones con los republicanos después del fin de semana festivo sobre la amplia propuesta de infraestructura de Biden con la esperanza de alcanzar una "dirección clara" sobre cómo hacer avanzar el proyecto de ley cuando el Congreso vuelva a trabajar el 7 de junio, según avanzó la secretaria de prensa Jen Psaki el 27 de mayo.

Los republicanos del Senado presentaron una contrapropuesta de casi un billón de dólares la semana pasada frente a la última oferta de Biden de 1.7 billones y el presidente dijo que planea reunirse esta semana con la republicana Shelley Moore Capito, senadora por West Virginia, quien ha estado liderando las conversaciones de la oposición con la Casa Blanca.

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El proyecto de ley republicano incluiría fondos para muchas de las prioridades de Biden, como los ferrocarriles, el internet de banda ancha y el transporte público, pero las dos partes siguen en desacuerdo sobre cómo pagarlo.

El plan republicano se basa en gran medida en reutilizar el dinero de estímulo por la crisis del COVID-19 que no se ha utilizado, algo que la Casa Blanca rechazó rápidamente. Biden ha propuesto pagar por el plan revocando partes de la reforma fiscal de 2017, que los republicanos han dicho es una línea roja que no están dispuestos a cruzar.

La propuesta republicana también deja de lado cientos de miles de millones de dólares para programas sociales, como el cuidado de ancianos y las mejoras a la vivienda pública, que Biden ha dicho que son cruciales para ayudar a las personas de ingresos bajos y medios.

Pero Biden podría salvar esos programas utilizando un proceso presupuestario que no requeriría ningún apoyo republicano. Sin embargo, para hacer eso, tendrá que mantener unidos a los demócratas, incluido el senador Joe Manchin, por West Virginia, quien ha dicho que le preocupa que un mayor gasto aumente el déficit del país.

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En otro frente, los demócratas y republicanos en el Senado han avanzado en un proyecto de ley de reforma policial que podría darle a Biden otra victoria durante el verano. Los senadores Tim Scott, republicano por Carolina del Sur, y Corey Booker, demócrata por Nueva Jersey, dijeron que se sienten optimistas de que se pueda llegar a un acuerdo en las próximas semanas.

Joe Biden
El presidente Joe Biden habla en el Cementerio Nacional de Arlington, Virginia, el lunes 31 de mayo de 2021.AP Photo/Alex Brandon

La Casa Blanca se ha mantenido al margen de esas negociaciones, que han estado en marcha desde antes de que Biden asumiera el cargo, para evitar alterar la dinámica. Pero Biden ha pedido repetidamente al Congreso que actúe sobre la reforma policial. El presidente se beneficiaría políticamente con su base demócrata si un proyecto de ley llega a su escritorio.

Una fuente cercana a la Casa Blanca dijo que se sentía optimista sobre que Biden terminará agosto con múltiples proyectos de ley bipartidistas firmados, incluso sobre reforma policial y de infraestructura y una economía en recuperación, colocando a los demócratas en una posición sólida de cara a las elecciones de medio término.

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"Esto es el más optimista que he sido, y nunca soy optimista", afirmó esta persona.

A nivel internacional, Biden emprenderá su primer viaje al extranjero que incluirá una reunión cara a cara con Putin durante una cumbre en Ginebra el 16 de junio. Biden ha dicho que busca una "relación estable y predecible" con Rusia y trabajar junto a Putin en áreas en las que comparten un interés común, como la seguridad nuclear y la emergencia climática.

“No consideramos la reunión con el presidente ruso como una recompensa. Lo consideramos una parte vital de la defensa de los intereses de Estados Unidos”, explicó Psaki el 25 de mayo.

"El presidente Biden se reunirá con Vladimir Putin debido a las diferencias de nuestro país, no a pesar de ellas. Es una oportunidad para plantear preocupaciones y, nuevamente, para avanzar hacia una relación más estable y predecible con el Gobierno ruso”, agregó.

Pero la reunión se producirá pocas semanas después de que un grupo con sede en Rusia lanzara una nueva campaña que parece apuntarle a las agencias gubernamentales, grupos de expertos y organizaciones no gubernamentales, según afirmaron los investigadores el 28 de mayo.

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Darle a Putin una plataforma de tan alto perfil también conlleva el riesgo de elevarlo más en el escenario internacional y elevar su posición a nivel nacional por el prestigio que traerá la reunión. La Casa Blanca indicó que no hay cambios en el calendario de reuniones.

Antes de su reunión con Putin, Biden se reunirá con líderes de las naciones del G7 en el Reino Unido, seguido de una cumbre de la OTAN en Bruselas para tratar de restablecer la relación con los aliados de Estados Unidos después de cuatro años polémicos bajo la Administración Trump.

Trump discutió con los líderes del G7 en todo, desde los aranceles hasta la crisis climática y, a menudo, teatralizó las reuniones internacionales, como cuando abandonó una cumbre del G7 antes de tiempo para reunirse con el dictador norcoreano Kim Jong Un y criticar al primer ministro canadiense en Twitter. A menudo se posicionó públicamente como más cercano a los adversarios de Estados Unidos que a sus aliados.

Biden ha estado tratando de contrarrestar la doctrina de "Estados Unidos primero" de Trump con su enfoque de "Estados Unidos ha vuelto" volviendo a participar en alianzas, como volver a unirse al acuerdo climático de París.

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Las reuniones en Europa serán su primera gran oportunidad para preparar el escenario para su visión de política exterior y una oportunidad para convencer a sus homólogos de que EE.UU. puede volver a ser un socio confiable.

Su primera incursión en ese escenario este mes da inicio a un período de tres meses que bien podría dar forma a los próximos tres años de su presidencia.